miércoles, 1 de abril de 2020

Si Dios quiere (Se Dio vuole, Italia, 2015)

Si Dios quiere es una tragicomedia italiana dirigida por Edouardo Maria Falcone. Digo "tragicomedia" porque el 95% del contenido es cómico, pero tanto el tema que aborda como el desenlace final son lo suficientemente serios como para etiquetarlos como "tragedia". 

El argumento gira en torno a Tommaso, un afamado médico cirujano cardiovascular bastante huraño, ateo y borde al que en apariencia toda la vida le va bien: éxito y reconocimiento laboral, una posición social acomodada y una familia que en apariencia es feliz. Pero un día su hijo mayor que estudia medicina da una noticia que convulsiona toda la situación: ha decidido hacerse sacerdote y entrar en un seminario. Comienza entonces un proceso espiritual de todos los miembros de la familia, cada uno tomando un camino diverso....

La película está plagada de estereotipos muy interesantes y de frases profundas. Para analizarlas voy simplemente a sugerir algunos temas que el film aborda y exponer algunas frases representativas. La película es de visionado obligatorio y seguro que se pueden añadir más frases, comentarios y temas que se me habrán escapado...

La fe / La conversión: La fe en Dios es un tema transversal a toda la película. Cuando Pietro está predicando a los jóvenes dice: “Probad su Palabra y os daréis cuenta que ya no os faltará nada”. Luego, cuando habla a solas con Tommaso le hace la pregunta que todo espectador debe responder en privado: ¿Crees en Dios?. Al principio Tommaso llama a Dios "El amigo imaginario", pero poco a poco va mostrando con sus acciones (ya no con sus palabras) que comienza a creer en Dios y darle una nueva orientación a su existencia

La familia: La familia de Tommaso vive de las apariencias. Todo ha encontrado un equilibrio artificial en el que se tapan las miserias a costa de la infelicidad de todos sus miembros. La noticia de Andrea destapa la caja de Pandora y las relaciones se vuelven auténticas, afloran los reproches, emergen las frustraciones... Valga como ejemplo esta frase de Bianca a su padre: “Tú no has dejado de juzgarme desde que era pequeña”. A esta etapa de crisis le sigue otra en el que los vínculos salen fortalecidos y las relaciones se tornan en auténticas, aceptando al otro tal como es y no como a uno le gustaría que fuera. 

El sacerdocio: El padre Pietro pasa de ser un desconocido para Tommaso a ser el coprotagonista del film. La figura del sacerdote la anuncia Andrea de esta manera: "Tienes razón, lo importante es amar. De hecho la mía es una elección de amor. Desde hace tiempo me parecía siempre que me faltaba algo y me preguntaba ¿qué me falla? ¿Por qué estoy tan mal? Y entonces encontré a una persona que le ha dado sentido a todo y esa persona se llama Jesús. He decidido ir al seminario y hacerme sacerdote.". Desde ese momento Tommaso comienza a investigar porqué una persona ha cambiado tanto la vida de su hijo y descubre que sus prejuicios sobre la Iglesia eran erróneos y que la labor de un sacerdote va más allá de lo que uno cree que hace. Ayuda a todos sin distinción y da su vida literalmente por la salvación de los demás.

El amor. Tommaso lo dice claramente, aún cuando no se ha producido su conversión: “Lo importante es amar”. Con fe o sin ella una cosa está clara: la vida no tiene sentido sino se basa en el amor. 

La amistad. La relación entre Tommaso y Pietro pasa del odio inicial que Tommaso siente a un amor de amistad que se demuestra no con palabras, sino con obras. Tras la tragedia de Pietro, Tommaso acude a la Iglesia a terminar su labor (como el sacerdote hacía con su madre) y a rezar al lugar favorito de el sacerdote. 

La oración:  Frente a la incredulidad en la oración inicial de Tommaso expuesta con las palabras  “Mientras tu finges salvar personas con rezos y bendiciones yo las salvo de verdad” se sitúa la petición del padre Pietro que se cumple al final de la película: “Reza, hazme caso, nunca hay que cansarse de rezar”. La aparente contradicción fe-ciencia encuentra su equilibrio al final de la película. Llega un momento de la vida en la que la ciencia no encuentra ni puede dar respuestas a los problemas fundamentales del ser humano y ahí entran la fe y la oración.

El sentido de la vida.  Todos los protagonistas realizan un planteamiento existencialista durante la película. Unos encuentran la respuesta en el sacerdocio (Pietro y Andrea), otros en la bebida y la lucha social (Carla), otros en el éxito laboral (Tommaso), otros pasan de la frivolidad a la búsqueda de respuestas en las distintas religiones (Bianca)... La película está salpicada de frases profundas que hablan de ello: “Creo que es terrible vivir sin un objetivo” (Andrea) “Parece que lo que hago, lo que digo, no le interesa a nadie” (Carla“Creemos estar despiertos porque comemos, trabajamos, llenamos la vida de cosas inútiles. Pero en realidad nosotros también dormimos siempre. Y no nos damos cuenta.” (Pietro).

El testimonio de vida. Las palabras mueven, los ejemplos arrastran. A pesar de lo bonito de las predicaciones públicas y privadas del Padre Pietro, no son sus palabras lo que consiguen la conversión de Tommaso, sino el ejemplo de su vida y la coherencia entre lo que cree y lo que vive. Bajo mi humilde punto de vista esta debería ser una de las grandes lecciones que nos da el film.

La muerte: El padre Pietro se lo dice a Tommaso en una de sus conversaciones: “Recuerda que la muerte llega cuando menos te lo esperas, como un ladrón en la noche”. El final de la película también nos hace pensar intensamente en la muerte, como veremos en el último punto. 

La providencia divina. Tras la primera operación exitosa del cirujano Tommaso, la familia del paciente le dice que ha hecho un milagro. En su fase atea él responde: “Los milagros no existen, soy yo el que lo he hecho bien.”. El médico que va a operar al Padre Pietro en la escena final del film dice: "Te seré sincero, aquí hace falta un milagro" y la respuesta de Tommaso ahora es distinta: terminar la obra del Padre Pietro y rezar en su lugar favorito. 

Final de la película. A mitad de la película Pietro lleva a Tommaso a su lugar favorito para rezar. Allí le muestra un peral y le dice: ¿Ves esa pera?, ¿Crees que caerá por la ley de la gravedad? ¿Por que crees que caerá? Tomasso dice sarcásticamente: ¿Porqué Dios quiere? y Pietro responde: "Ya lo vas entendiendo". El final de la película es un final abierto, en el que el espectador debe terminarla pues no queda claro qué es lo que pasará finalmente con los personajes principales. Mi interpretación es que la última escena da sentido al título de la misma: "Si Dios quiere". La pera a la que se refería Pietro en la conversación anterior cae, y Tommaso recuerda las palabras de su amigo. Entonces se ilumina y lo comprende todo. Todo pasa "porque Dios quiere", y su amigo vivirá o morirá "Si Dios quiere". Ello lo reconforta. El teléfono ha sonado pero no sabremos si las noticias son buenas o malas. No importa, "la voluntad de Dios" es la que Pietro predicaba y vivía y la única que se debe cumplir. Tommaso lo ha entendido ya. 

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