La Iglesia celebra hoy a Santa Matilde de Sajonia (+968), santa alemana que estuvo casada con el rey Enrique I y se dedicó a socorrer a los pobres y a fundar hospitales y monasterios. Madre de 5 hijos herederos al Reino, tuvo que soportar las rivalidades entre ellos. Copio una parte de su biografía en la que se deja clara su vocación de servicio a los más necesitados:
La reina llevó desde entonces una vida de completo auto-sacrificio; sus joyas habían sido vendidas para ayudar a los pobres y era tan pródiga en sus dádivas, que dio motivo a críticas y censuras. Su hijo Otto la acusó de haber ocultado un tesoro y de malgastar los ingresos de su corona; le exigió que rindiera cuentas de todo cuanto había gastado y envió espías a vigilar sus movimientos y registrar sus donativos. Su sufrimiento más amargo fue descubrir que su otro hijo Enrique instigaba y ayudaba a su hermano en contra de ella. Lo sobrellevó todo con paciencia inquebrantable, haciendo notar, con un toque de patético humor, que por lo menos la consolaba ver que sus hijos estaban unidos, aunque sólo fuera para perseguirla. "Gustosamente soportaré todo lo que puedan hacerme, siempre que lo hagan sin pecar, si es que con ello se conservan unidos", solía decir.
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