Cuenta el Génesis que el séptimo día -curiosamente como en nuestro viaje el sabbat- Dios descansó... pero nosotros no. Entre otras cosas, porque teníamos dos visitas concertadas con antelación desde España y había que aprovecharlas, ya que ambas eran oportunidades excepcionales para enriquecer el viaje. Además así reivindicamos que el día de descanso cristiano es el domingo (el dominicus, día del Señor) y no el sábado.
Entrada a las catacumbas de la Basílica de San Pedro |
Obelisco de la Plaza de San Pedro |
Por lo tanto, bien desayunados para no perder la costumbre, nos marchamos en el tren a la estación de San Pedro. Una vez allí -bien cogidos de la mano para no perdernos en esta ocasión- nos dirigimos a Soprani para comprar la primera tanda de souvenirs, en este caso religiosos. Para quien no lo conozca Soprani es como El Corte Inglés de los artículos religiosos, cestita de mano incluida. Medallas, llaveros, rosarios, estampas, bendiciones... el paraíso que te permite además tener la seguridad de que lo que buscas lo encuentras y no demasiado caro (Es sintomático que la palabra "barato" en italiano no existe, se sustituye por las expresiones que no necesitan traducción "meno caro", "a buon mercato"...). Allí compramos un buen número de recuerdos al tiempo que curioseamos por toda la tienda para hacer tiempo para la visita.
Realizadas las compras, a las 12 como un reloj suizo estábamos delante de la guardia del mismo país para entregar nuestras acreditaciones. Allí coincidimos con un grupo de 8 españoles más que habían tenido la misma suerte que nosotros. La visita en sí fue conmovedora por lo simbólico del lugar y por lo bien explicada que estuvo. La guía italiana que nos tocó tenía un castellano perfecto y vivía las explicaciones como si fuera la primera vez que lo hacía, no con la desidia que poco después nos tocaría sufrir. Moviéndonos por debajo de la Basílica peregrinamos por el cementerio pagano, el cementerio cristiano y finalmente, la que se cree que es la tumba de San Pedro. Para afirmar esto hay dos claros indicios: primero, la antigüedad de la tumba y de los restos óseos encontrados en ella, datados en el siglo I d.C. y segundo, que su posición localizada por GPS coincide exactamente con el centro de la cúpula diseñada por Miguel Ángel. La frase de Jesucristo "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" parece haber encontrado corroboración en las nuevas tecnologías. Al salir de la Basílica, dimos una nueva vuelta por las tres naves y nos dirigimos al Metro, para realizar la segunda visita del día.
Tumba de San Pedro |
Fresco de la Domus Aurea |
Cata de restauración de las paredes de la Domus Aurea |
Vista de Roma desde el Hotel |
Tras una copita y un helado para celebrar el reencuentro y ponernos mutuamente al día dimos por concluida la jornada. Tras despedirnos de nuestra famigllia romana volvimos en autobús al Hotel y nos fuimos a descansar, que la jornada de nuevo, había sido pródiga en kilómetros andados y en sensaciones...
Poco a poco se iban desgranando los días, y el final comenzaba a vislumbrarse a la vuelta de la esquina...
Me ha gustado mucho la descripcion de la Tumba de San Pedro. No la visite nunca. Como la describe Jaime, es como que veerla, con todos los detalles.
ResponderEliminarEl mercado del Soprani es tal cual lo describe. Tantas veces he estado alli para unos souvenirs.
Con todos estos detalles, uno puede visitar Roma sin perder tiempo ni en restaurantes, transportes, nada de nada, porque está todo muy claro, los dias muy bien aprovechados. Un guia turistico no lo hacia mejor. Felicitaciones por tantos detalles. Me hice nacer el deseo de visitar Roma seguindo vuestros pasos...
Gracias, Mª Fernanda!!!! Tus comentarios me ayudan mucho y me animan siempre a seguir escribiendo....
EliminarMe alegro que te guste y ojalá puedas ir pronto a Roma y disfrutar como nosotros lo hicimos....
Muchos saludos!!!!