viernes, 2 de abril de 2021

Últimos días en el desierto (Last Days in the Desert, EE.UU., 2015)

Atraído por la sugerente portada de esta película, he visto durante esta Semana Santa este título sobre los últimos días de Jesucristo en el desierto, previos a lo que conocemos como su vida pública. Lo primero que puedo decir de ella es que me equivoqué en el enfoque que le di al visionado. Anunciada con el subtitulo "Una historia del Nuevo Testamento", yo creía que me iba a encontrar un relato semi-bíblico, pero nada más lejos de la realidad. Como he leído en algunas críticas posteriormente, el film apenas tiene base bíblica, siendo una visión ficticia y personalísima de su director, el colombiano Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez, quien ha cambiado la pluma de su padre por la cámara cinematográfica.

No es el primer cineasta que se aparta del Evangelio e intenta dar una visión íntima de Jesucristo al margen de los relatos canónicos. En este blog ya he comentado La última tentación de Cristo de Scorsese, quien también (basado en Nikos Kazantzakis) ofreció su particularísima visión de la historia de Cristo. Si bien la obra de Scorsese buscaba desde el principio la polémica y la confrontación con la doctrina teológica (al menos como reclamo publicitario), el producto de García es más inocuo, sin excesivas escenas comprometedoras y con un hilo conductor diverso, menos teológico y más humanista.

Lo primero que conviene aclarar es que en Cristología (la parte de la Teología que estudia a Jesucristo) existen dos visiones opuestas a la hora de elaborar el tratado. Está la Cristología descendente (aquella que considera como punto de partida que la segunda persona de la Trinidad baja al mundo) y la cristología ascendente (cuya perspectiva es que la humanidad de Cristo es divinizada por Dios). Evidentemente el approach del director es el segundo, incidiendo en un figura de Cristo casi desdivinizada, que duda interiormente de la bondad de su Padre y que se prepara para una misión que no entiende. El problema de este acercamiento que parte de la humanidad de Jesucristo en busca de su humanidad es que casi siempre termina conduciendo a la herejía del arrianismo, cuyos defensores afirmaban que Jesucristo fue creado por Dios Padre y está subordinado a él, doctrina condenada por el Concilio de Nicea en el año 325. Creo que el director no es ajeno a ello, y muestra de ello es que el protagonista es llamado "hombre santo" durante toda la película. Un hombre bueno pero poco más, ni Salvador del mundo ni por supuesto Hijo de Dios

No obstante, el objetivo de la película no es generar contenido teológico, ya que todo lo que ocurre en el film es ficción. Y lo que ocurre -el argumento- es que Jesucristo (Ewan McGregor)está próximo a concluir su estancia en el desierto y se encuentra con una familia a la que ayudar, al tiempo que el diablo sigue tentándolo sin cesar. Para el comentario establezco seis claves que pueden ayudaros en el visionado de la película.

- El diablo se presenta con la misma cara del protagonista y ambos conversan con frecuencia, pues pueden verse el uno al otro y lo tienta con palabras  ("Un niño necesita el permiso de su padre para convertirse en un hombre") e imágenes. Creo que ésta es de nuevo una característica algo confusa teológicamente, si bien la intuición es brillante. El tentador no es una figura externa al Mesías sino que opera desde las dudas internas que le genera al Salvador (o que éste se genera a sí mismo). En este sentido el autor se alinea con la psicología moderna en la que nuestra voz interior es capaz de lo mejor y de lo peor, pero tras 40 días de ayuno y penitencia, es fácil pensar que la tentación puede desdibujarse en locura del protagonista, con lo cual los límites de una y otra cosa no quedan bien definidos. Sus últimas palabras son de despedida, pero le dice a Cristo que volverán a verse en la cruz: "Vendré a ti al final. Y si me das una señal, te ayudaré a bajar... y podrás quedarte".

- Hay una crisis paterno-filial entre Dios y Jesucristo y entre el padre y el hijo de la familia que se encuentra, de los cuáles no conocemos sus nombres. Jesucristo realiza una pregunta a Dios al comienzo del film: “¿Dónde estás?.. ¡Háblame!" que no es respondida directamente, sino que su Padre le presenta la ocasión de ayudar a resolver una tensión familiar ayudando a dilucidar también la suya. Dios actuando a través de las causas segundas es también un clásico de la teología medieval a la que se apunta García en la resolución de su trama. 

- La familia del desierto está compuesta por tres miembros: un padre tradicional, severo e incomprendido, una madre enferma e incapaz y un hijo adolescente, obediente en lo exterior pero rebelde internamente. Debo reconocer que durante un periodo del film creí ver un reflejo de la Sagrada Familia, especialmente cuando el tentador dice por boca de la mujer que el hijo no es de su padre, vemos que el padre tiene el oficio de artesano y que su hijo no quiere seguir su estela sino conocer los encantos de Jerusalén, la gran ciudad. Incluso el hijo dice en una conversación con Cristo unas palabras que me reafirmaban: "A veces cuando estoy afuera siento que esta cosa se eleva dentro de mí, que yo soy todo y que todo soy yo. Que siempre estaré vivo. Para siempre". La muerte evitable del padre en la que participan por omisión los dos hijos creía que simbolizaba una ruptura freudiana Jesús-José, pero mas adelante descarté esta idea cuando la madre se convierte en tentación sexual para Jesucristo. Tampoco descarto una relación análoga con la Trinidad (Padre tradicional, severo e incomprendido, Hijo obediente y rebelde y Espíritu Santo enfermo e incapaz, inoperante por los pecados de la sociedad actual). Supongo que la explicación es más sencilla, existiendo en esta temática un reflejo personal del propio autor, quien aún siguiendo la creatividad artística escogió una disciplina diferente para abrirse camino con un nombre propio en el complicado mundo del Cine. "¡No soy un mal hijo!" repite hasta seis veces -gritando- el hijo de la película posiblemente en este sentido. De todas formas todas ellas son posturas interesantes y quién sabe si complementarias.

- El desierto es un personaje más del film. En palabras del padre de familia, "El desierto es implacable, te despoja de tus vanidades, de tus ilusiones, y te concede la oportunidad de ver como eres realmente.". En la película, la fotografía de este imponente paisaje corre a cargo de Emmanuel Lubezki (3 Óscars consecutivos, Gravity, Birdman y El Renacido), hombre de confianza también de directores como Alejandro González Iñarritu o Alfonso Cuarón, que tanta importancia dan al escenario como un cuasi-personaje de sus películas. 

- Hay tres elementos que interpreto como simbólicos per no capto completamente su significado. Los dos primeros se trata de animales del desierto. En una escena vemos algunos bichejos repugnantes que entran en el cuerpo de Cristo (¿pueden ser los llamados escarabajos diabólicos?) y por otro lado tenemos el pájaro que aparece en la crucifixión (un colibrí, símbolo de la divinidad en la cultura maya y de Jesucristo en la poesía mexicana del siglo XVII). El tercero es la roca valiosa por la que el padre arriesga su vida y finalmente muere. Ninguno de estos elementos son causales, sé que significan algo, pero no completamente el qué. Si algún lector lo intuye me encantaría una aclaración en estos puntos.

- Interpreto también el final como simbólico. Tras breves fragmentos de la crucifixión aparecen dos turistas tomándose fotografías en un plano general del desierto. Creo intuir que se trata de una crítica velada a la frivolización que se produce del elemento religioso por parte de la sociedad actual en general. Tanto sufrimiento, tanta entrega, tanta angustia... ¿Y al final el escenario en el que se libra esa lucha interior del Hijo de Dios solo sirve para tener un souvenir curioso?.

En definitiva, como digo siempre, espero que estas claves os ayuden a una mejor comprensión de una película que no es fácil de ver ni de interpretar...

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