lunes, 28 de junio de 2021

Indiana Jones y la última cruzada (Indiana Jones and the Last Crusade, EE.UU., 1989)

Tras comentar En busca del arca perdida e Indiana Jones y el Templo Maldito hoy toca el turno a la tercera película de la saga, Indiana Jones y la última cruzada. Al igual que con sus dos antecesoras, vamos a intentar entresacar los contenidos y los diálogos religiosos que contiene el filme. 

Además del protagonista, la continuidad de la saga se centra en la búsqueda de un objeto religioso, en este caso del Santo Grial con el que Jesús celebró la Última Cena. Con ello se vuelve al elemento judeo-cristiano que ya se iniciara en el primer filme, tan cercano para la mentalidad occidental. El elemento novedoso introducido en esta secuela es un nuevo protagonista, el padre de Indiana, interpretado por el genial Sean Connery. Este diálogo inicial introduce tanto al padre como el tema que desarrolla la película: 

- "'... aquel que beba el agua que Yo le daré', dice el Señor, 'verá brotar en él un manantial de vida eterna"'. "Deja que me lleven a tu montaña santa y al lugar en donde moras, a través del desierto y la montaña hasta el cañón de la Media Luna y al templo donde la copa que contiene la sangre de Jesucristo habita para siempre".
- El Santo Grial, Dr. Jones. El cáliz que utilizó Cristo durante la Última Cena, la copa que recogió su sangre en la Crucifixión y que fue confiada a José de Arimatea.
- La leyenda artúrica. Conozco bien ese cuento de niños.
- ¡La vida eterna! El don de la eterna juventud para el que beba del Grial.
- Un cuento en el que querría despertar.
- Un sueño de viejos.
- De todos los hombres, incluso el de su padre, creo.
- El Grial es su afición.

¿Por qué se le encarga la búsqueda a Indiana y no a su padre, siendo el experto en la materia?, pues porque su padre ha desaparecido, posiblemente secuestrado por los nazis (de nuevo una conexión con el primer filme) y ahora Indiana tendrá que intentar localizar a ambos, a su padre y al Santo Grial. Nuevo datos son aportados a Indy para que acepte la misión que de manera escéptica (como siempre) escucha sin demasiada credulidad:

- Tras confiar el Grial a José de Arimatea, desapareció durante mil años hasta que lo hallaron tres caballeros de la Primera Cruzada, tres hermanos.
- Conozco ese cuento. 150 años después, dos de los hermanos salieron del desierto con el Grial y emprendieron un viaje a Francia, pero sólo llegó uno. Y antes de morir... de extrema vejez, se supone que contó su historia a un fraile franciscano, creo.
- No es una suposición, Dr. Jones. He aquí el manuscrito en el que el fraile redactó la crónica del caballero. No revela el paradero del Grial, pero el caballero juró que dos señales lo harían. Esta tablilla es una de las señales. Demuestra que la historia es cierta. Pero está incompleta. La segunda señal está en la tumba del hermano. El encargado de nuestro proyecto cree que esa tumba está en Venecia, Italia. Como verá, estamos a punto de culminar una búsqueda que empezó hace casi dos milenios.

El elemento nazi no es casual. En las tres películas hay una lucha entre el bien y el mal, entre dos modos contrapuestos de entender la vida, independientemente de que sus protagonistas sean religiosos o no lo sean. Una frase del guion nos hace caer en la cuenta de ello al tiempo que intenta ser un estímulo más con el que convencer al protagonista:

- La búsqueda del Grial no es arqueología. Es una carrera contra el mal. Si cae en manos de los nazis, los ejércitos de la oscuridad marcharán sobre la faz de la Tierra. ¿No lo comprendes? 

Una nueva pregunta directa al corazón de Indiana me parece clave en la espiritualidad del filme. ¿Por qué y para qué hacemos las cosas?, ¿las hacemos a la mayor gloria de Dios o de uno mismo? Un caballero que intenta asesinar a Indy le lanza esas preguntas a la que creo que todos los espectadores estamos invitados a responder en primera persona:

- ¿Por qué querías matarme?
- El secreto del Grial ha estado a salvo durante mil años.
- Y durante ese tiempo, la hermandad de la Espada Cruciforme ha estado dispuesta a todo por guardarlo. Déjeme bajar aquí. Pregúntese esto: ¿por qué busca el Cáliz de Cristo? ¿Por la gloria de Dios o por la suya?
- No busco el Cáliz de Cristo, busco a mi padre.
- En ese caso, que Dios le acompañe. Su padre está en el castillo de Brunwald en la frontera de Austria y Alemania.

A nivel argumentativo la película incluye -como se ha indicado anteriormente- una difícil relación paterno-filial, con unas relaciones que se enfriaron en el pasado y que producen un ahondamiento emocional en los sentimientos de los protagonistas. Todo ello, eso sí, con los toques de humor consustanciales a la saga, cuestión difícil de conseguir pues se hace mezclando el aparente mal humor del padre con el resentimiento del hijo. La reconciliación final se antoja necesaria y curativa en una relación dañada por el enfriamiento de los años sin comunicación. Finalmente, la colaboración entre ambos es decisiva, pues gracias a los apuntes de su padre,  "Junior" (nombre que utiliza para su hijo y que lo saca de quicio) podrá afrontar las tres pruebas finales para conseguir el cáliz:

La primera: "El soplo de Dios. Sólo pasará el penitente". La segunda: "La palabra de Dios. El que siga sus pasos seguirá adelante". La tercera: "El camino de Dios. Sólo el que salte de la cabeza del león probará su valía".

Una vez llegados a la sala que oculta el cáliz, la sorpresa es que hay una gran variedad de ellos y solo uno es el verdadero. La elección final me parece genial y también muy espiritual, aunque guarda una última sorpresa...

- No puede ser de oro. Ésa es la copa de un carpintero. Sólo hay una forma de averiguarlo.
- Has elegido sabiamente. Pero el Grial no puede pasar más allá del Gran Sello. Ése es el límite y el precio de la inmortalidad.

El final... hay que verlo, no voy a ser spoiler. Sólo un último apunte: cuenta una antigua tradición que el auténtico cáliz de la Última Cena se conserva en la catedral de Valencia (España). Cómo llegó allí y qué pruebas hay de su autenticidad serán objeto de otro post, si Dios quiere...

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