lunes, 5 de julio de 2021

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull, EE.UU., 2008)

Diecinueve años después de la tercera entrega de Indiana Jones, Steven Spielberg volvió a retomar la saga con esta cuarta película, la última -de momento- pues en el año 2022 está previsto el estreno de la quinta película. En el Blog ya anuncié desde el comienzo de los análisis que no son películas de temática religiosa, pero sí con un elemento religioso importante que atraviesa toda la trama. En busca del arca perdida e Indiana Jones y la última cruzada tienen ese elemento arqueológico tomado del judeocristianismo, mientras que Indiana Jones y el Templo Maldito e Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal toman ese elemento de las religiones ancestrales, sean orientales o precolombinas. 

En estas dos últimas películas que mencionamos el elemento religioso es bastante más ajeno a nuestra mentalidad y cultura occidentales, siendo tomados más como un amuleto o totem, pero aún así hay varios diálogos y situaciones que inciden en la perspectiva religiosa. Intentaremos entresacarlos posteriormente.

Antes, podemos comentar el reparto y el argumento. Desaparecido del elenco de actores el padre de Indy (Sean Connery) para rejuvenecer la saga aparecen Cate Blanchett en el papel de una agente soviética y Shia LaBeouf como Mutt, joven compañero de fatigas de Indy que posteriormente resultará ser su hijo fruto de una relación esporádica. Si la tercera película decíamos que era casi una defensa de los valores familiares, esta cuarta es hija de su tiempo, presentando estas situaciones irregulares como normalizadas. Apuesto lo que sea a que en la anunciada quinta entrega no faltará un personaje que satisfaga las exigencias del colectivo LGTBI

Unido a esta desviación argumentativa la película deriva además del género Aventura al de Ciencia Ficción, integrando este elemento obsesivo extraterrestre que Spielberg ha mostrado en las últimas décadas. Quizás por ello o por ser otro intento de agradar a la cultura dominante y a lo políticamente correcto de su época, esta cuarta entrega deja muchas cosas que desear, lo que no pasó desapercibido para los organizadores de los Premios Razzie a las peores producciones cinemátograficas, que la "galardonaron" con el título de "peor precuela, remake, copia o secuela" de su año.

Vista con la perspectiva temporal no parece tan mala, si bien es cierto que esta a años-luz de la trilogía original. Manteniendo la música, la comicidad y la acción consigue entroncarse en la saga, pero pierde a cambio gran parte de la originalidad y de la frescura de las primeras películas.

A nivel religioso, insisto, hay poco que rescatar. La acción comienza con una pista en la que se habla de una manera politeísta: 

"Sigue las líneas de la tierra que sólo los dioses pueden leer. Llevan a la cuna de Orellana. Protegida por los muertos vivientes"

Poco después se vuelve a insistir en esta idea con otro diálogo clarificador, dejando claro que se pasa mentalmente del monoteísmo judeocristiano a un politeísmo de las religiones ancestrales:

- Los nazca ceñían la cabeza de sus bebé para alargar sus cráneos.
- ¿Por qué?
- Para honrar a sus dioses.
- No. La cabeza de Dios no es así.
- Depende de cuál sea tu dios.

Para realizar un mayor sincretismo se alude en otro diálogo posterior a la "Biblia hindú". Aquí hay que clarificar que técnicamente hablando no existe un libro con esa nomenclatura, el personaje debe estar refiriéndose a uno de los textos sagrados del hinduismo, el Rig Veda o la Upanishad:

- "Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos". ¿Reconoce esas palabras?
- Las pronunció el Dr. Oppenheimer, después de crear la bomba atómica. Citaba la biblia hindú.

Finalmente, cuando se descubre que las religiones ancestrales son en realidad la sabiduría legada por marcianos en platillos voladores (sí, habéis leído bien, esa es la tesis que finalmente se sostiene...) se realiza una acusación a Indy en un tono que ya hemos comentado en otras películas, en una tónica que se repite como un mantra: El protagonista ateo -al menos agnóstico- es testigo en todas las películas de situaciones que escapan a la racionalidad de la Ciencia, pero que son tan reales como ella misma:

La fe, Dr. Jones, es un don del que usted carece.

Es una posición ambigua, ya que Indiana Jones permanece como personaje en esa postura escéptica a pesar de ser un privilegiado que un filme detrás de otro experimenta fenómenos paranormales que convertirían al mayor de los increyentes. 

Con este comentario terminamos la saga, a la espera de la ansiada quinta entrega que se está rodando en la actualidad y está prevista sea estrenada en 2022. En España se suele decir "no hay quinto malo", pero en este caso y viendo la evolución de la saga tengo mis dudas. Ojalá me equivoque. Espero tener salud para comentarla llegado su día...

No hay comentarios :

Publicar un comentario