lunes, 20 de febrero de 2023

La ley del silencio (On the Waterfront, EE.UU., 1954)

La película de Elia Kazan que hoy comentamos no es en esencia religiosa, no obstante, el papel del sacerdote que aparece como uno de los protagonistas secundarios se me antoja fundamental para una correcta comprensión de la misma. Mi comentario irá especialmente destinado a subrayar su intervención y sus frases, que no tienen en absoluto desperdicio. Una figura que a pesar de ser ficticia está inspirada en un sacerdote real, John M. Corridan (1911-1984), sacerdote jesuita que luchó incansablemente contra el crimen organizado en los muelles de Nueva York

Con un reparto de auténtico lujo (Marlon BrandoEva Marie SaintKarl Malden...) la cinta se hizo acreedora de 8 Oscars, incluyendo mejor película, director, actor (Marlon Brando) mejor actriz secundaria (Eva Marie Saint), así como 4 Globos de Oro: incluyendo Mejor película dramática. Pocas películas han puesto tan unánimemente de acuerdo a ambos jurados por lo que estamos ante un auténtico clásico del cine negro. 

Su argumento se centra en los muelles de Nueva York. Allí, los estibadores están sometidos a los sindicatos mafiosos. Terry Malloy (Marlon Brando) es un boxeador que tras sus fracasos en el deporte intentar rehacer su vida como matón, hasta que al enamorarse de Edie Doyle (Eva Marie Saint) -cuyo hermano ha sido asesinado por el sindicato- decide poner punto y final a esa vida y destapar la trama, con la ayuda depadre Barry (Karl Malden).

Como dije anteriormente la figura que me interesa para este comentario es la del padre Barry, un sacerdote que va a salir de su vida acomodada para denunciar las injusticias que sufren los trabajadores, arriesgando para ello su vida y las de los que le rodean. Metafóricamente y como se insinúa en el film, el Padre Barry toma partido en una batalla desigual entre "halcones" y "palomas"

Su primera intervención es ante el cadáver de Joey, el hermano de Edie, con este diálogo en el que la hermana del difunto le reprocha su tibieza y el no tomar partido en una situación en la que claramente no se puede ser tibio pues hay victimas y verdugos:

Padre Barry: "Tómatelo con calma, Pop. Sé que es duro, pero el tiempo y la fe lo curan todo... ".
Edie: "El tiempo y la fe... Mi hermano está muerto y usted se queda ahí hablando tonterías sobre el tiempo y la fe".
P.B.: "Porqué Edie, yo..."
E.: "¿Cómo podría alguien hacerle esto a Joey? Lo mejor del barrio... Lo decían todos, no solo yo. ¿Quién querría hacerle daño a Joey? ¿Dime quien?, ¿quién?"
P.B.: "Ojalá lo supiera, Edie, pero..."
E.: "¡No te alejes! ¡Míralo! Tú también estás en esto, ¿No lo ves, no lo ves? Usted también está en esto, padre".
P.B. "Edie, hago lo que puedo. Estoy en la iglesia cuando me necesites".
E.: "En la iglesia cuando me necesitas". ¿Hubo alguna vez un santo que se escondiera en la Iglesia?".

La segunda vez que aparece el sacerdote es ya para tomar cartas en el asunto e intentar resolver el conflicto. El sindicato solo contrata en el muelle a quienes callan por estar amedrentados, y el Padre Barry va a intentar cambiar ese status quo convocando una reunión en su iglesia entre los más rebeldes e inconformistas:

Padre Barry: "¿Y no hay nada que podáis hacer? ¿Qué tal vuestro sindicato?" 
Moose: "Ya sabe cómo funciona el negocio local, padre. Levántate en una reunión, haz una moción, las luces se apagan, tú te apagas". 
Tommy: "Si tres chicos hablan en una esquina, los chicos de Johnny... (echa un vistazo cuidadoso a su alrededor.)... los chicos nos separan." 
P.B.: "¿No se deshicieron de esto hace años los mineros, los marineros, los trabajadores de la confección? (después de una pausa significativa) El fondo de la iglesia".

Llegamos así a la celebración de la reunión clandestina en los sótanos de la iglesia, que comienza con este interesante discurso del Padre, que no parece encontrar mucha respuesta del auditorio:

Padre Barry: "Pensé que habría más de vosotros aquí, pero los romanos descubrieron lo que un puñado de personas pueden hacer, si el puñado es el correcto. Y lo mismo sucede con vosotros y la mafia que tiene su pie en vuestro cuello. Os conformáis con lo que hay pero, la situación es tan simple como uno-dos-tres. Uno: Las condiciones de trabajo son malas. Dos: Son malas porque la mafia hace la contratación. Tres: La única forma de acabar con la mafia es detenerla. No dejarlos salirse con la suya con el asesinato. (Mira a su alrededor ellos. Todos son en silencio, esperando.) Si solo uno de ustedes respondiera una pregunta, tendríamos un comienzo. ¿Quién mato a Joey Doley?"
Silencio 
"Tengo el presentimiento de que cada uno de ustedes podría decirnos algo al respecto".
Silencio 
"Entonces responded a esta otra pregunta: ¿Cómo podemos llamarnos cristianos y proteger a estos asesinos con nuestro silencio?" 
Silencio 
"Toma asiento (a Terry, que acaba de llegar). Estoy tratando de averiguar justo lo que le pasó a Joey Doyle. Tal vez puedas ayudar. Ahora escuchad, si sabéis quienes son los pistoleros, si los veis en el muelle todos los días, ¿Vais a quedaros quietos hasta que os maten, uno a uno?"
Nolan: "Padre, tiene que comprender una cosa. En el muelle siempre hemos sido S y M".
F.B.: "¿S y M?"
N.: "Sordos y mudos. Puede pasar algo justo en frente de nuestras narices y nosotros no vemos nada. Sabe lo que quiero decir. No importa cuánto odiemos al tipo que no lo delatamos".
P.B. "Chicos, sed inteligentes. Sé que es arriesgado pero una cosa tenemos en este país, una forma de contraatacar. Divulgar los hechos para el público. Testificar lo que sabéis que es correcto contra lo que sabéis que está mal. Lo que les delatará es decir la verdad. ¿no podéis ver eso?" 
Padre Vicent: "Esto parece ser casi todo lo que se puede hacer en este momento, creo que estamos de acuerdo, padre, y por eso me gustaría terminar con unas palabras de San Pablo, "Venid a mí...".

En se momento irrumpen los matones en la reunión para disolverla, aunque tras el tumulto el Padre Barry consigue que Kayo Nolan, uno de los cabecillas, se enganche en su causa

P.B. "¿Pero aún sigues pidiendo silencio?, ¿Aún lo llamas delatar?" 
N. "¿Está usted conmigo, padre?" 
P.B.: "¿Qué crees?" 
N.: "Si me lanzo y me cortan el cuello, ¿sería ese el final? ¿O está listo para ir hasta el final?" 
P.B.: "Seguiré adelante, Kayo, créeme". 
N.: "Le apretarán, con alzacuellos o sin él"
P.B.: "Y sigo diciendo que te levantes y yo me levantaré contigo". 
N.: ¿Hasta el final?" 
P.B.: "¡Ayúdame Dios!" 
N.: "Bueno, me divertí, bebí hasta hartarme y jugué con algunas potrancas guapas. Estoy aburrido". 
P.B.: "Estamos en marcha, Kayo".

Tras la muerte de Cayo Nolan, aplastado por un contenedor del cargamento que se cae "accidentalmente" sobre él, el sacerdote no ceja en su empeño, logrando que sea el protagonista principal del film, Terry, el que siga adelante con la revolución, pasando de ser un matón al hombre que plante cara a la banda mafiosa. no es una tarea sencilla, sino llena de dudas y temores. Un proceso lento y costoso, favorecido por discursos-homilías como estos:

Padre Barry: "Vine aquí para cumplir una promesa. Le di a Kayo mi palabra de que si se enfrentaba a la mafia yo lo apoyaría hasta el final. Ahora Kayo Nolan está muerto. Era uno de esos tipos que tenían el don de levantarse, pero esta vez lo despacharon bien, a menos que fuera un accidente como dice Big Mac. Algunas personas piensan que la Crucifixión solo tuvo lugar en el Calvario. Será mejor que piensen de otra manera. Quitarle la vida a Joey Doyle para evitar que testifique es una crucifixión. Tirar un fardo sobre Kayo Nolan porque estaba listo para contarlo todo mañana eso es una crucifixión. Cada vez que la mafia aplasta a un buen hombre, trata de impedir que cumpla con su deber como ciudadano, es una crucifixión. Y cualquiera que se sienta y deja que suceda, guarda silencio sobre algo que sabe que sucedió, comparte la culpa. Tanta como el soldado romano que traspasó la carne de Nuestro Señor para ver si estaba muerto. (mirando hacia el camión y señalando el barco) Muchachos, esta es mi iglesia. Si no creéis que Cristo está aquí en el muelle, tenéis otra manera de ver las cosas. ¿Y con quién creéis que os alineáis?.... Cada mañana, cuando el jefe de contrataciones hace sonar su silbato, Jesús está a vuestro lado en la fila. Él sabe porqué algunos de vosotros son elegidos y otros pasados por alto. Ve a los padres de familia preocupados por pagar el alquiler y conseguir comida en la casa para la esposa y los niños. Él los ve vendiendo sus almas a la mafia por el jornal de un día... ¿Qué piensa Cristo de los muchachos de dinero fácil que no hacen nada del trabajo y se llevan toda la pasta? ¿Qué piensa Él de estos tipos que visten trajes de ciento cincuenta dólares y anillos de diamantes, sobre sus cuotas sindicales y el dinero de sus sobornos? ¿Cómo se siente Él acerca de los chupasangres que se llevan la ganancia del trabajo de un estibador y se quedan con el veinte por ciento de interés al final de una semana?, ¿Cómo se siente Él, que habló sin temor contra el mal, acerca de su silencio?..... ¿Queréis saber qué le pasa a nuestro muelle? Es el amor de un mísero dólar. Es amar a un dólar, al trabajo cómodo, más que amar al hombre. Es olvidar que todo hombre aquí abajo es su hermano en Cristo. Pero recuerden, compañeros, Cristo siempre está con vosotros. Cristo está en aquí, está en el muelle. Él está en la sala del sindicato. Está arrodillado aquí al lado de Nolan y está diciendo con todos ustedes— ¡Si lo hacen con el más pequeño de los míos, me lo hacen a mí! Lo que le hicieron a Joey, lo que le hicieron a Nolan, te lo están haciendo a ti. Y tú. Y tú. ¡Y solo tú, con la ayuda de Dios, tienes el poder de acabar con ellos para siempre! (se vuelve hacia el cadáver de Nolan) ¿Está bien, Kayo? (entonces mira hacia arriba y dice, con dureza) Amén". 

Terry, enamorado hasta más no poder de Edie, decide dar un paso más y enfrentarse a la banda mafiosa. Una nueva conversación con el sacerdote es la clave para ese cambio o metanoia en su vida, al contar todo lo que sucede no en una confesión, sino en una charla amistosa:

Padre Barry: "Algún otro sacerdote te puede confesar".  
Terry: (siguiéndolo) "Pero es a ti a quien se lo quiero contar... lo que dijiste sobre Nolan... sobre guardar silencio cuando sabes la situación... Soy culpable... ¿me oyes? Soy culpable..." 
P.B.: (tratando de seguir adelante) "No quiero oírlo allí" (en el confesionario)
T.: "¡No lo entiendo!" 
P.B.: "Dímelo ahí dentro (el confesionario) y se me sellan los labios. Pero si lo descubro yo mismo, puedo usarlo donde sea mejor". 
T.: "Pero tienes que escucharme". 
P.B.: "Te encontraré un sacerdote". (El padre Barry comienza a andar de nuevo. Terry lo sigue desesperadamente, agarra al Padre por el brazo con fiereza, lo gira)
T.: "Escucha, fui yo quien tendió una trampa a Joey Doyle para los matones. (El padre Barry se detiene y lo mira fijamente, dándose cuenta de que Terry está listo por fin)
P.B.: "Ven a dar un paseo conmigo, chico, y cuéntamelo bien. No hay nada que no haya escuchado." 

Acudir a la citación ante el juez no es una decisión fácil de tomar, pues Terry debe delatar a sus antiguos amigos, a los amigos de su madre y a su propio hermano. El sacerdote no lo presiona, sino que deja que sea su propia conciencia la que tome esa decisión: 

Padre Barry: "¿Cuánto valdrá tu alma si no lo haces? (testificar). Escucha, no te estoy pidiendo que hagas nada, Terry. Es tu propia conciencia la que tiene que hacerse esa pregunta. 
Terry: "Conciencia... (sacude la cabeza con tristeza) Ni siquiera sabía que tenía una hasta que te conocí a ti ya Edie... Este asunto de la conciencia puede volverte loco." 
P.B.: "Buena suerte". 
T.: "¿Es todo lo que tienes que decirme, padre?" .
P.B.: "Depende de ti. Solo una cosa más: Será mejor que se lo digas a Edie".

Sin embargo, no es suficiente con esa conversación. Terry intenta tomarse la justicia por su mano usando la fuerza, por lo que de nuevo el sacerdote tiene que convencer en la barra de un bar a Terry para que en lugar de usar la violencia sea valiente y testifique:

Padre Barry (a Terry) "Un matón. Mira lo que estás haciendo. ¿Quieres ser valiente? Disparar plomo al cuerpo de otro hombre no es ser valiente. Cualquier matón que adquiere un 45 en una casa de empeño puede ser así de valiente. ¿Quieres herir a Johnny Friendly? ¿Quieres arruinarlo por lo que le hizo a Charley y a una docena de hombres que eran mejores que Charley? No luches contra él como un matón aquí en la jungla. Eso es justo lo que quiere. Te golpeará en la cabeza y alegará defensa propia. Enfréntate a él mañana en la sala del tribunal, con la verdad tal como la conoces, la verdad es tu arma, tira esa pistola y di la verdad, un arma mucho más peligrosa que esta pistola de casquillos. Eso es, si tienes las agallas. Si no las tienes, será mejor que te quedes con esto. (le ofrece el arma a Terry)

El desenlace es una mezcla de fuerza, violencia, coraje y valentía. Tras una pelea casi a vida o muerte ente Terry y Johny, todos se quedan admirados de lo que Terry ha hecho, pero esperan que de un paso más y se presente a las puertas del trabajo para confiar en él y seguirlo como líder. De nuevo la intervención del sacerdote es clave para ello:

Padre Barry: "¿Qué pasó? ¿Qué sucedió?" 
Edie: "Tommy, ¿Qué pasó?" 
Pop: "¿Adónde vas?"
E.: "Déjame pasar". 
Johny: "¿Lo quieres? Puedes tenerlo. La ratita es tuya". 
P.B.: "Traed un poco de agua fresca". 
E.: ¿Terry...?" 
P.B.: "Terry... Terry... ."
E.: (al padre Barry) "Están esperando a que entre". 
P.B..: "¿Has oído eso, Terry? Terry, ¿escuchaste eso? Perdiste la batalla pero tienes la oportunidad de ganar la guerra. Todo lo que tienes que hacer es caminar".
T.: ¿Caminar?" 
P. B.: "Johnny Friendly está apostando a que no te levantarás". 
E,: "¿Terry...?" 
P,B,: "Estás de pie. Puedes terminar lo que empezaste. (Terry se tambalea, muy confuso, con abundante sangre brotando de sus heridas)". 
P.B.: "¡Tú puedes!" 
T.: "¿Puedo? Está bien. Está bien..."
P.B.: "Dejadlo en paz. Quítale las manos de encima, dejadlo en paz."

Un final apoteósico que hace que toda la historia y todo el sufrimiento haya tenido sentido. A veces juzgamos las situaciones cuando estamos en medio de la "tormenta" sin tener la calma y paciencia necesarias para ver el desenlace de los problemas al final del todo. Como historia es moralizante y edificante, como película una obra de arte del Cine negro.

Por último, destacar un guiño que he percibido, el que muchos años más tarde Martin Scorsese haría en su película Sleepers donde el papel de Robert de Niro como sacerdote influyente y confidente en unos asesinos recuerda mucho a la figura del Padre Barry. Eso sí, salvando las distancias temporales, ya que la moralidad del Padre Bobby (de Niro) es bastante discutible.... Ahí lo dejo. 

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