Comentamos hoy una película que fue un auténtico clásico del Cine Religioso español acerca de las apariciones de la Virgen de Fátima en Portugal. Hija de su época, predomina el proselitismo y la apologética propias del nacional-catolicismo imperante en el régimen de Franco, lo que no es óbice para que el film sea muy interesante y tenga una calidad elevada para la época.
Dirigida por el experimentado Rafael Gil (desde 1938 ya había dirigido su primera película de las 69 que realizó, muchas de ellas con contenido religioso), el reparto cuenta también con actores de primera fila como Tito Junco, Rafael Bardem o Fernando Rey. En el caso de los niños protagonistas de las apariciones también son buenas las interpretaciones de Inés Orsini, María Dulce y Eugenio Domingo, aunque paradójicamente para la primera de ellas (Lucía, la protagonista principal) supusiera su último largometraje. Ello tiene mucho mérito, ya que nunca es fácil hacer una película protagonizada por niños, menos aún en aquellos años en los que repetir escenas era un lujo prohibitivo.
El argumento recrea las apariciones en 1917 de la Virgen de Fátima en la Cova de Iría, un lugar insignificante cercano a la pequeña población que diera nombre a las apariciones. En plena Primera Guerra Mundial, Europa sufría un periodo convulso, del que no escapó Portugal, donde la persecución religiosa se había instaurado desde hacía unos años por los regímenes de izquierda. Se ha impuesto un marxismo por la fuerza, representado en el film por el alcalde de Ourem, Oliveira.
Desde el principio se percibe un ambiente familiar religioso en casa de Lucía (Rezar antes de comer, en la cama antes de dormir...), pero no exento de problemas. El hermano mayor, Manuel, se tiene que ir a la guerra. El padre, Antonio, tiene que vender parte de las tierras heredadas para tener un sustento.
La primera oración que aparece la realiza Lucía antes de dormir: "Señora vuelve tus ojos a esta casa. . No te olvides de los que sufren. Dios te salve, María… Iglesia: Tú eres nuestra única esperanza y nuestro único consuelo"
La acción de las apariciones comienza (no podía ser de otra manera el 13 de mayo. Los niños están cuidando las ovejas, y cuando se disponen a rezar el Rosario ven una luz muy fuerte. Comienzan a rezar y escuchan una voz de mujer que mantiene este diálogo con ellos:
Virgen: "No temáis, no os haré ningún daño".
Lucía: "¿Que queréis de nosotros?"
V.: "Quiero que vengáis durante seis meses los días 13 a esta misma hora. En octubre os diré quién soy y para qué os he llamado. ¿Estáis dispuestos a soportar los sufrimientos que Dios quiere mandaros en reparación de los que le ofenden?"
Niños: "Si queremos".
V.: "Sufriréis mucho, pero la gracia de Dios os confortará. Rezad todos los días por la Paz y la salvación del mundo… Yo estaré siempre a vuestro lado".
Evidentemente nadie en la familia los cree al principio, y el cura del pueblo lo achaca a que han leído la historia de Bernadette (Aparición en Lourdes, Francia), la aparición de Guadalupe (México) o incluso a cosas del diablo. Ello genera las burlas de los vecinos e incluso algunos azotes por inventar historias. No obstante, hay un cierto revuelo en el pueblo y el gobernador envía a Don Lorenzo a investigar. un funcionario cuya mujer (Elena) está inválida en una silla de ruedas.
El 13 de junio (San Antonio, patrón del pueblo). Los niños se escapan de nuevo a la Cova para mantener otra conversación con la Virgen:
Lucía: "Díganos lo que quiere".
Virgen: "Seguir viviendo todos los meses este mismo día. Se lo que habéis sufrido y lo que sufriréis aún. Pero no temáis ya. En octubre haré un gran milagro para que todos crean".
L.: "¿Qué manda de nosotros?"
V.: "Escucha lo que se refiere a ti, porque tus primos vendrán pronto conmigo. Tu permanecerás aquí abajo más tiempo. Quiero que aprendas a escribir para que puedas dar testimonio de mi mensaje".
L.: "Entonces, ¿debo quedarme sola frente a todos?"
V.: "Ten ánimo, yo no te abandonaré jamás.Este es mi mensaje: la guerra que padece el mundo acabará pronto, pero si los hombres no cambian, dentro de poco tiempo empezará otra más horrible, varias naciones serán aniquiladas, los buenos sufrirán persecución porque Rusia esparcirá sus errores por el mundo, provocando atropellos contra la Iglesia y su Pontífice. Quiero para evitar esto, que los hombres vuelvan sus ojos hacia mi. Si lo hacen, Rusia se convertirá y habrá paz. Este es el mensaje que te confío. Guárdalo en secreto hasta que yo disponga".
A partir de ahí comienza una transformación interior de los niños, con sacrificios corporales, oración y penitencias. La gente comienza a llevarles enfermos para que los curen, mientras que el alcalde los detiene e interroga. Los amenaza con quemarlos, los engaña... pero nada los hace retractarse. Curioso que los niños hubieran aguantado tanto si la historia fuera inventada. Los sacerdotes pasan de la prudencia inicial a dimitir de sus cargos por creer a los niños y no enfrentar al gobierno y la jerarquía, aún suspicaz ante el caso.
Se llega así al clímax del 13 octubre, donde se anuncia un milagro y miles de fieles acuden en peregrinación al lugar. Entre cantos de "Sálvame, Virgen María" y Rosarios en latín se produce el milagro del sol, la curación de muchos enfermos (entre ellos un ciego y Elena, la mujer del funcionario) y el último diálogo entre la Virgen y los niños:
L.: "Hablad, Señora"
V.: "Yo soy la Virgen del Rosario. Diles que construyan aquí un templo en mi honor y que no agravien a Dios, a quien tienen muy ofendido"
L.: "Quiero pediros muchas cosas, la curación de unas personas, la conversión de otras".
V.: "Algunas se han curado ya, otros curarán también, pero es preciso que todos enmienden sus vidas, si quieren que el Señor siga favoreciéndoles".
Niños: "Dios te salve, María…".
La película termina con el famoso canto "El 13 de mayo, la virgen María..." e imágenes reales de la época de la Basílica y las peregrinaciones.
Conociendo la historia, he localizado algunos fallos en la manera de contarla, como que no aparece el ángel que precede a las apariciones de la Virgen o que los tres niños parecen que tienen la misma edad, cuando en realidad Francisco era muy pequeño. El milagro del sol (recogido en los periódicos de la época) también habla de movimientos circulares, diverso a lo que se ve en el film. Quitando estos elementos y algunos más, es bastante fiel a los relatos de Lucía, la más longeva de los tres quien en varias ocasiones dejó su testimonio escrito.
La aparición a estos tres humildes niños pastores (Lucía, Jacinta y Francisco), aún es a día de hoy objeto de controversia. La Iglesia Católica nunca reconoce de facto una aparición como revelaciones auténticas, pero sí como revelaciones privadas con indicios de veracidad. El testimonio de los Papas que acuden a lugares referentes en este campo suele ser una aprobación implícita de la veracidad de lo ocurrido. Queda a juicio de la persona, creyente, agnóstico o ateo, da igual, el considerarla verdadera o no, y ver en su mensaje una llamada a la conversión y al cambio de vida, que, por otra parte, es un elemento fundamental del Evangelio.
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