Vivir para siempre es una excelente película que adapta el best seller homónimo de Sally Nicholls. Su temática nos hace reflexionar sobre algo que a menudo esquivamos o posponemos: pensar o hablar abiertamente sobre la muerte. La propuesta se realiza, al igual que en la ya comentada en este Blog Cartas a Dios, desde la perpectiva de un niño enfermo cuya muerte está cercana. De la misma manera que en la película francesa, ello no es óbice para que el humor y el optimismo vital tengan cabida. No estamos ante un film lacrimógeno o sensiblero, sino ante una tragicomedia en la que sus protagonistas derrochan ganas de vivir y nos dan una lección para que aprovechemos el tiempo que nos quede en la vida. Como dice su slogan publicitario: "Persigue tus sueños, cada segundo cuenta".
La pelicula cuenta con una producción española, aunque su reparto e interpretación sean en inglés. Su director es Gustavo Ron, en el que se trata de su segundo largometraje (de tres) antes de dedicarse en exclusiva a las series para TV. Me parece una auténtica pena ese giro en su carrera, pues al menos en este film se percibe mucho talento e ingenio, acompañados de atrevidos movimientos de cámara, mezlando la animación en 3D, el paisaje urbano y los exteriores de la naturaleza con bastante acierto. Es justo destacar la fotografía del film, así como los ya mencionados momentos de animación en 3D. También está muy bien seleccionada la BSO, destacando especialmente el tema Amor De Conuco de Juan Luis Guerra. Los solos de piano dan un toque intimista y melancólico a los momentos más dramáticos del film.
Del reparto podemos comentar que la pareja de adultos está formada por los experimentados Ben Chaplin y Emilia Fox, quienes dotan a la interpretación de sobriedad y aplomo. Menos fortuna tuvieron el resto de niños-adolescentes del reparto, quienes en sus carreras cinematográficas no han pasado -en el mejor de los casos- de papeles secundarios. No obstante, todas las interpretaciones son convincentes, destacando por el peso que tiene en la misma su protagonista principal, Robbie Kay.
En apenas 95 minutos se nos cuenta la corta vida de Sam, un niño de doce años que decide grabar y escribir un video-libro en el que él mismo se presenta de la siguiente manera: "Uno, mi nombre es Sam. Dos, tengo doce años. Tres, colecciono historias y hechos fantásticos. Cuatro, tengo leucemia. Y cinco: para cuando veas esto, probablemente estaré muerto". Su nombre no es casual, su debilidad y vulnerabilidad se oponen paradójicamente a los deseos de su madre, quien escogió para él al personaje más fuerte de los textos sagrados: "Mi mamá me llamó Sam por Sansón de la Biblia". Junto a su amigo Félix y la prima de este Kaleigh intentarán dar cumplimiento a una lista de deseos que Sam maniefiesta querer cumplir antes de morir:
- Ser un científico famoso, averiguar cosas y escribir sobre ellas.
- Ver una película de terror clasificada par mayores de 18 años de las que no me dejan ver.
- Subir por las escaleras mecánicas que bajan.
- Pasear en un dirigible.
- Ser un adolescente y beber, fumar y tener novia.
- Ver un fantasma.
- Subir en una nave espacial y ver las estrellas.
- Batir un récord mundial.
La trama y el cumplimiento de esos deseos se van desarrollando al tiempo que Sam en su diario expone una serie de preguntas que nadie responde:
Número 1: ¿Cómo sabes cuando has muerto?
Número 2: ¿Por qué Dios hace que los niños se enfermen?
Número 3: ¿Qué pasaría si alguien no estuviera realmente muerto y la gente pensara que lo está?, ¿Sería enterrado vivo?
Número 4: ¿Duele morir?
Número 5: ¿Cómo es una persona muerta?, ¿O cómo se siente?
Número 6: ¿Por qué la gente tiene que morir?
Número 7: ¿Adónde vas después de morir?
Número 8: ¿El mundo seguirá aquí cuando me haya ido?
Debido al elevado número de acciones y el planteamiento de tantas preguntas da la sensación de que no se profundiza en ninguna de ellas, pero creo que ese no es el objetivo principal del director. No se trata de un manual de respuestas sobre estos temas, sino más bien de una lluvia de preguntas que interpelen al espectador. Temas como las Experiencias Cercanas a la Muerte, los espíritus, la fe, las religiones, el sentido de la vida, el misterio de la enfermedad, la muerte o la resurrección están todos ahí, como en un cocktail donde todo está rebujado y resulta difícil separar unos de otros. A nivel espiritual es por ello interesantísimo, así como el análisis psicológico de cómo cada personaje se sitúa ante el problema: el padre, la madre, la hermana, la abuela, los médicos, Félix, Kaleigh, la enfermera Annie... Cada uno vive el drama a su manera y estereotipan un acercamiento a la temática.
Espiritualmente -y más allá de la temática general- son dignos de destacar dos diálogos. El primero de ellos se produce en una clase en la que delante de la profesora, Mrs Willis (quien no interviene en el debate en ningún momento) Sam y Félix buscan una explicación a la existencia del mal y la compatibilidad de este con Dios:
Sam: "¿Por qué Dios hace que los niños se enfermen?"
Félix: "Porque Dios no existe".
S.: "Esa no es una razón".
F.: "Por supuesto que lo es. Tal vez él no existe. Escríbelo".
S.. "De acuerdo. Número dos".
F.: "Número dos. Él si existe, pero es perversamente malvado. Le gusta torturar a los niños por diversión".
S.: "Número tres. Dios es como un gran médico. Él enferma a la gente para que pueda hacer de ellos mejores personas, para hacerlos menos egoístas. A él no le importa si mueres, porque vas al cielo donde él vive de todos modos".
F.: "Eso es un montón de basura".
S. "Es lo que dice mi madre".
F.: "¿Cómo te mejora el cáncer?"
S.: "Eh... no sé, te emocionas sobre poder montar en bicicleta, y tu familia está contenta. Si no estás enfermo, no valoras las cosas como montar en bicicleta".
F.: "¡Ese es el mayor montón de mierda que nunca escuché! ¿Dios te da el cáncer para enseñarte lo bueno que es montar en bicicleta? No puedes poner eso".
S.: "Bueno, ya está ahí".
F.: "Está bien. Cuatro, no hay razón".
S: "Cinco, hay una razón, pero somos demasiado estúpidos para entenderla".
F.: "Es un castigo por ser malo".
S.: "¡No lo es!"
F.: "¿Por qué no? Eso es lo que dicen los budistas. Es el karma por lo que tú hiciste en tus otras vidas".
S. (voz en off): "Pasamos por toda la clase sin estar de acuerdo sobre por qué los niños tienen que morir..."
El segundo texto que quiero subrayar es una frase que Sam le dice a su "novia" Kaleigh. Es una reflexión interesantísima, tan impropia de un niño que la pone en boca de su abuela. Evidentemente es un indicio de que la sabiduría -en este caso acompañada de la fe- vienen de los mayores:
Sam: "Mi abuela dice que morir es como cuando las orugas van a convertirse en mariposas. Es parte de su ciclo de vida. A las orugas les da miedo entrar en un capullo, pero luego se vuelven mariposas... Supongo que eso significa que no debemos tener miedo de morir".
Cuando escuché esta frase recordé el cuento que hace unos años inventé sobre esta temática y he de reconocer que los bellos se me erizaron...
Para terminar me gustaría destacar un par de apuntes, uno positivo y otro negativo. El positivo es la elección de El Exorcismo de Emily Rose como uno de los cumplimientos de la lista de Sam. Desconozco el motivo del director para su elección, pero es una de mis cintas preferidas en el ámbito de los exorcismos, y da mucho juego para la reflexión posterior que realiza el protagonista. El negativo, el descarado montaje publicitario de Coca Cola para dar cumplimiento a otro de los deseos de Sam. Entiendo que la película hay que subvencionarla, pero las cosas se deben hacer con mayor sutileza...
Bueno, una película entretenida, emocionante, divertida a ratos, que te hace pensar... pues no sé, creo que reúne todo lo que se le puede pedir a un film de estas características... por ello termino con otras palabras de Sam, su protagonista: "Algunas cosas son perfectas de principio a fin".
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