lunes, 26 de agosto de 2024

Expediente Warren: El caso Enfield (The Conjuring 2: The Enfield Poltergeist, EE.UU., 2016)

"Lo que funciona no se toca". Algo así debieron de pensar los creadores de la saga Warren tras tener unos beneficios netos de más de 300 millones de dólares por Expediente Warren: The Conjuring. Con esos números, resistirse a crear una secuela era poco menos que rayar en el absurdo. Así que tres años después de la primera entrega, nos encontramos con esta segunda parte de la vida del matrimonio Warren. Dirigida de nuevo por James Wang y contando asimismo con Patrick Wilson y Vera Farmiga para dar vida al matrimonio de demonólogos, la manera en la que se cuenta la historia es también bastante similar a la comentada hace unas semanas. Se vuelve a desarrollar una doble trama que fluye de manera perfecta: mientras el espectador conoce el caso de Enfield como núcleo del film,  de manera paralela vamos descubriendo más cosas del matrimonio protagonista de su resolución. Con un presupuesto prácticamente el doble de la primera entrega -40 millones de dólares- recaudó casi aproximadamente la misma cifra, así que los beneficios se quedaron esta vez en "solo" 280 millones. La llegada de más entregas se antojaba inevitable, como así ha continuado sucediendo hasta la actualidad.

El argumento del poltergeist se desarrolla en esta ocasión en Enfield, un suburbio de Londres, teniendo por protagonistas a la familia Hodgson (una madre recién separada con sus cuatro hijas). Cronológicamente se ubica seis años después de los hechos narrados en la primera entrega. Aunque está basada en hechos reales, el fenómeno no fue investigado en la realidad por los Warren, sino por Maurice Grosse y Guy Lyon Playfair, quienes concluyeron que se trataba de un caso auténtico de posesión. Sin embrago, no todos los entendidos opinaron lo mismo, siendo en la actualidad un caso controvertido y poco claro en su resolución. La participación de los Warren fue muy puntual, actuando casi únicamente como espectadores de los sucesos. Se trata, por lo tanto, de una apropiación y adaptación del caso para seguir dando contenido a la saga. 

Al igual que en la anterior entrega, vamos a desgranar los aspectos espirituales del film al tiempo que lo comentamos. Las primeras líneas -de nuevo- son para la propia presentación que se nos da con un texto en pantalla al comenzar la acción:

"La investigación de Ed y Lorraine Warren sobre los poltergeist de Amityville desató una tormenta mediática que los hizo saltar a la opinión pública. Mientras, un poltergeist que muchos iban a comparar con el de Amityville estaba teniendo lugar a miles de kilómetros en Enfield, Inglaterra, e iba a embarcar a los Warren en uno de sus casos más demoníacos. Basada en una historia real"

La propia Lorraine Warren añade en las primeras escenas, mientras tiene una visión del demonio que los aguarda en Enfield: "Después de lo que hemos visto, ya casi nada nos asusta a ninguno de los dos. Pero esto, este caso, sigue inquietándome". "No quiero volver a estar tan cerca del infierno"

Un tema bastante recurrente en el cine de posesiones es presentar la ouija como origen de todos los males. En este caso, una de las niñas, Janet, comienza a jugar con ella y desencadenará la aparición de un par de espíritus que se manifestarán sucesivamente a través de juguetes, canales de tv, ruidos, apariciones... Al tiempo que el matrimonio Warren y los demás investigadores constatan la credibilidad de los mismos, Lorraine tiene otros sueños y apariciones en los que presiente la muerte de su marido. Ello le hace dudar de si deben involucrarse en el caso o mantenerse al margen:
Ed Warren: "Tus visiones son un regalo de Dios, y si Dios te ha mostrado mi muerte será por alguna razón. A lo mejor estás destinada a impedirla"

En los interrogatorios con la familia y con los demás investigadores es donde encontramos frases bastante interesantes. Resalto algunas de ellas: 

Ed Warren: "La capacidad de la Iglesia para ayudar a la gente depende de su reputación"
"Cuando yo tenia tu edad vi un ángel. "Los entes negativos se aprovechan de la angustia emocional. Hacen leña del árbol caído."

Anita Gregory: "Sinceramente, no sé qué es peor, los demonios o la gente que se aprovecha de nuestra predisposición a creer en ellos"
Lorraine Warren: "Los demonios. Son peores"

Ed Warren: "Entonces recordé lo que me había dicho una monja en catequesis. Dios está ahí para quienes lo necesitan". "A veces debemos tener fe. Creer cuando nadie más lo hace"

Crucifijos bocaabajo, ruidos, golpes, levitación, voces guturales, mordiscos... se van sucediendo para crear un clima de inquietud mientras se acerca el clímax. En este caso, más que un exorcismo (que termina produciéndose) Lorraine deberá salvar la vida de Janet y de su marido en lo que parece ser un macabro plan del demonio Valak para matarlos a ambos. Afortunadamente Lorraine logra su propósito: 

Lorraine Warren: "El nombre del demonio nos da poder sobre él". "Tu nombre me da poder sobre tí demonio y sé cuál es tu nombre: Valak el blasfemo, el profanador, el marqués de las serpientes. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, yo te condeno al infierno"

Valak (aunque en el film se representa como una monja) es en realidad un demonio que se representa como un niño con alas de ángel, montado en un dragón de dos cabezas. Su poder especial es dominar a las serpientes y dirigir un ejército de 30 legiones de demonios. En la película tenía sometido a otro espíritu (Bill Wilkins) para que amedrentara a la familia mientras él pasaba desapèrcibido. 

El film, al igual que el anterior, termina con imágenes y voces reales sacadas de las hemerotecas, mientras en pantalla leemos el siguiente mensaje:

"El poltergeist de Enfield iba a convertirse en uno de los casos más documentados de la historia de lo paranormal. Peggy Hodgson vivió el resto de su vida en la casa de la calle Green. En 2003 falleció sentada en un sillón del salón en el mismo lugar en el que había muerto Bill Wilkins 40 años antes"

Como toda secuela, algunos elementos se repiten y resultan excesivamente reiterativos. Espiritualmente tampoco añade elementos novedosos a la anterior entrega. La novedad en este caso radica -bajo mi punto de vista- en apartarse ligeramente del cine de terror y posesiones dando un giro hacia el thriller, especialmente en su resolución final. 

Espero seguir viendo y comentando las demás entregas para comprobar si esa visión es correcta o únicamente una apreciación personal

lunes, 19 de agosto de 2024

Sencillez y austeridad: 1 Timoteo

La primera Carta de Timoteo forma parte de las llamadas "Cartas pastorales" de San Pablo. Contiene exhortaciones al propio Timoteo, a los Obispos, presbíteros, diáconos y responsables de comunidades, así como consejos en el tratamiento necesario para viudas, esclavos, mujeres. De entre todas ellas me voy a quedar con unos versívulos que alertan sobre los peligros de las riquezas, de la codicia y de la ostentación. 

Los tesoros en esta vida tienen fecha de caducidad, así que San Pablo recomienda -siguiendo el mandato evangélico- prepararse tesoros en el Cielo. Me parecen unos vesículos que no podemos perder de vista y que nos centran en lo verdaderamente importante en esta vida.

1 Timoteo 6, 7-10

Porque nosotros no hemos traído nada al mundo y nada podemos llevarnos de él. Mientras tengamos comida y vestido, estemos contentos con eso. Los que quieren enriquecerse caen en la tentación, en el lazo y en muchas codicias insentatas y perniciosas que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él, se extraviaron en la fe y se atormentaron con muchos dolores.

lunes, 12 de agosto de 2024

Un ápice de misericordia en medio de la amenaza continua: Amós

El libro de Amós es un libro profético cuyos 9 capítulos son prácticamente una amenaza continua de Dios al Pueblo de Israel debido a su mal comportamiento y a su escasa propensión al arrepentimiento. A causa de esta temática, resulta bastante difícil encontrar un versículo "amable" o esperanzador en el conjunto de sus palabras. Lo primero que nos debe hacer pensar estas palabras proféticas es que el corazón humano es duro y obstinado, lento a la conversión y bastante inclinado al pecado. 

No obstante, siempre hay un motivo para la esperanza. Incluso el pesimista autor de este texto sagrado incluyó un par de versículos justo en medio de su desasosegado discurso. Me quedo con ellos, sin olvidar que el pecado nos acecha y que se nos quiere transmitir la idea de que Dios se desespera ante nuestra obstinación:

Amós, 5 14-15:

"Buscad el bien y no el mal, para que tengáis vida, y así el Señor, Dios de los ejércitos, estará con vosotros, como vosotros decís. Aborreced el mal, amad el bien, y haced triunfar el derecho en la Puerta: tal vez el Señor, Dios de los ejércitos, tenga piedad del resto de José".

lunes, 5 de agosto de 2024

Expediente Warren: The Conjuring (The Conjuring (The Warren Files), EE.UU, 2013)

He comenzado a ver la saga Expediente Warren, que en el momento en el que escribo estas líneas cuanta ya con 8 películas estrenadas y una novena anunciada para 2025. Nos centramos hoy en la primera de ellas, la que supuso la presentación del matrimonio estadounidense Warren, formado por Edward (1926-2006) y Lorraine (1927-2019), interpretados a partir de esta entrega respectivamente por Patrick Wilson y Vera Farmiga. Ambos estaban considerados como pioneros en el campo de lo sobrenatural y expertos demonólogos, un coto reservado para sacerdotes exorcistas en el que rara vez obtienen protagonismo católicos seglares. El director de las primeras películas es James Wang, quien posteriormente permaneció como productor de las mismas, lo cual es extraño pues a menudo los directores abandonan este tipo de proyectos al ver decrecer paulatinamente la calidad de las películas en las sucesivas secuelas. La primera entrega supuso todo un récord de recaudación para este tipo de películas, ya que con un presupuesto de 20 millones de dólares logró recaudar más de 320, propiciando así un inicio prometedor para la saga.

Basado en una historia real, vamos a dejar que la presentación del argumento de esta primera entrega la haga el narrador de la misma, quien dice lo siguiente en la primera escena del film:

Desde la década de 1960, Ed y Lorraine Warren han sido conocidos como los investigadores paranormales más renombrados del mundo. Lorraine es una clarividente talentosa, mientras que Ed es el único demonólogo no ordenado reconocido por la Iglesia Católica. De los miles de casos a lo largo de sus controvertidas carreras, hay un caso tan malévolo que lo han mantenido bajo llave hasta ahora.

A partir de ahí comienza a exponerse la historia del los Perron, un matrimonio con cinco hijas que habitan una casa supuestamente encantada y en la que en el pasado han sucedido múltiples acontecimientos macabros.

Como película es técnicamente muy buena. La sangre o los efectos especiales son en su mayoría sustituidos por un terror de tipo más psicológico, con toda una serie de ruidos, puertas que crujen, oscuridad, objetos antiguos... que crean un clima de angustia en el espectador. Lo visual es mayormente sustituido por lo auditivo, lo cual es bastante ingenioso. 

Esta primera entrega, al menos, me da la sensación de querer tocar demasiados temas sin profundizar excesivamente en ninguno, conscientes probablemente de que se trataba del comienzo de una saga y de que tiempo habría de ahondar en diversos aspectos sobrenaturales. Hay prácticamente dos películas en una, con la situación que viven los Perron por un lado y la presentación de la familia Warren por otro.

Espiritualmente hablando, por ello, carece de una sistematización de los temas, que casi deben ser inferidos por el espectador, a pesar de que en su conjunto sí habla de una lucha contra el mal y lo demoníaco. Podemos entresacar abundantes diálogos interesantes, pues el carácter introductorio de este primer film se presta a explicaciones bastante detalladas de la labor de los Warren

El primero de ellos hace referencia al número 3, pues los relojes de la casa se paraban a esa hora y se comenzaban a oír golpes con ritmo de tres:

Ed Warren: "¿Siempre de tres en tres?"
Roger Perron: "Si"
E.W.: "¿Paran al amanecer?"
R.P.: "Ajá"
E.W.: "Se considera un insulto a la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo"


Los tres siguientes sirven para despejar dudas entre los protagonistas masculinos. Uno hace referencia a la posibilidad de exorcizar objetos, no solo personas o animales, el segundo a lo conveniente de estar bautizados para alejar al demonio, y el tercero al poder espiritual de los objetos religiosos:

Ed Warren: "Lorreine y yo creemos que lo que su casa necesita es una limpieza. Un exorcismo"
Roger Perron: "¿Qué? ¿Un exorcismo? Creía que… que eso solo se hace a las personas"
E.W.: "No necesariamente"

E.W: "¿Sus hijas están bautizadas?"
R.P.: "No, nunca llegamos a bautizarlas. No somos una familia practicante"
E.W.: "A lo mejor quieren replanteárselo"

E.W.: "La presencia de iconos religiosos provocará la reacción de cualquier cosa profana. Digamos que les cabrea. Los pondré por toda la casa, a ver si puedo caldear el ambiente".
R.P.: "¿Cómo enseñarle un crucifijo a un vampiro?"
E.W.: "Sí, exacto. Solo que yo no creo en los vampiros"

Las dos protagonistas femeninas, por su parte, también mantienen este interesante diálogo sobre la maldad del demonio una vez que posee a su víctima:

Carolyn Perron: "¿Cómo puede una madre matar a su propio hijo?"
Lorreine Warren: "Para ella nunca fue su hijo. Solo utilizó su regalo divino para hacerle todo el daño posible. Las brujas creen que ganan prestigio a ojos de Satán"

La intervención del sacerdote es escasa e irrelevante para el resultado final. En este sentido, se presenta a la Iglesia Católica como excesivamente precavida en estos casos, lo cual tiene aspectos positivos (no se precipita en sus decisiones) pero también negativos (los casos verdaderos sufren innecesarios retrasos). Una muestra de ello es este diálogo:

Padre Gordon: "Mira, Ed. Esto es complicado porque las niñas no están bautizadas"
Ed Warren: "Si ya lo sé"
P.G.: "...y La familia no son miembros de la Iglesia"
E.W.: "Venga, por favor"
P.G.: "...y tendría que aprobarlo directamente al Vaticano"
Lorraine Warren: "Padre, nunca hemos visto algo así"
P.G.: "Sí, bueno, yo tampoco"

La escena del exorcismo merece un comentario aparte. Realizada por un laico (el ritual no contempla esta posibilidad) es exitosa en cuanto consigue su propósito final, presentando elementos convencionales tales como levitaciones, fuerza descomunal, lenguaje blasfemo o vómitos de sangre. Comienza con la invocación a la Trinidad "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" Seguida de la imprecación contenida en la oración de San Benito "Vade retro Satana". En su versión larga la oración dice: "Crux Sacra Sit Mihi Lux / Non Draco Sit Mihi Dux / Vade Retro Satana / Numquam Suade Mihi Vana / Sunt Mala Quae Libas / Ipse Venena Bibas" (Que la Santa Cruz sea mi luz / Que el dragón nunca sea mi Señor / Vete atrás Satanás / Nunca me tientes con cosas vanas / Lo que me ofreces es malo / Bebe tu propio el veneno). Se sigue con las letanías y a partir de ahí Ed Warren va saltando páginas de un libro de oraciones sin demasiada sistemática.

El film termina con unas palabras en pantalla sobre fondo negro atribuidas a Ed Warren:

"Las fuerzas diabólicas son extraordinarias, son eternas y en la actualidad existen. El cuento de hadas es real. El diablo existe. Dios existe. Y nuestro destino como personas depende de a quien decidamos seguir"

Como curiosidad esta primera entrega contó con un cameo de Lorraine Warren, quien aparece sentada en primera fila en la charla que el ficticio matrimonio Warren imparte en un aula universitaria en el minuto 44 del film. De la misma manera, la película termina con fotografías reales de los protagonistas de la historia, los Perron y los Warren. En los extras del DVD todos ellos dan incluso su versión de lo sucedido, si bien estos son posteriores a 2006 (fruto del éxito de la película) y solo Lorraine interviene por parte del matrimonio Warren.

Seguiremos viendo y comentando la saga, que de momento tiene muy buena pinta