La carta es entregada en mano a Filemón por Onésimo, uno de sus esclavos que ha pasado un tiempo con Pablo de Tarso. En la corta misiva Pablo apela a la igualdad de todos los hombres y, en concreto, a la libertad que merece Onésimo, fruto de la fe común en el Evangelio. De esta forma apela a la bondad de Filemón pidiéndole que trate a su esclavo como a un hermano. Esa intercesión, precisamente, compone los versículos que he escogido como más relevantes de esta Carta:
Carta a Filemón, 1, 15-16
Tal vez, él se apartó de ti por breve tiempo, a fin de que lo recuperes para siempre, no ya como un esclavo, sino como algo mucho mejor, como un hermano querido. Si es tan querido para mí, cuánto más lo será para ti, que estás unido a él por lazos humanos y en el Señor.