lunes, 24 de noviembre de 2025

Ciencia y Religión. Razón y Fe (3): Georges Lemaître

Hace ya varios años años (2013) escribí dos posts sobre la complementariedad entre razón y fe de dos grandes científicos, Albert Einstein (Teoría de la relatividad ) y Louis Pasteur (el "padre" de la pasteurización). Unos años después retomo el tema con Georges Lemaître, el creador de la teoría del Big Bang

Que es uno de los grandes científicos del siglo XX es incuestionable, como también lo es que por su condición de sacerdote era un hombre de profunda fe y convicciones religiosas. Una de sus grandes aportaciones al diálogo fe-ciencia fue descubrir que: "La ciencia y la religión no alcanzaban ambas la Verdad por caminos incompatibles y no debían prestarse a confusión"

Quizás fue uno de los hombres de Iglesia que más se acercó a la ciencia, o uno de los científicos que más fe demostró. Lo cierto es que nos dejó perlas como "Dios está en el principio de la reflexión de un creyente y al final de las investigaciones de un científico" o "El investigador cristiano se hace como un niño delante de Dios cuando concentra su mirada en su microscopio y en su oración de la mañana, puesto que coloca toda su actividad bajo la protección de su Padre del Cielo".

Como teólogo y científico no fueron pocas las veces que tuvo que exponer la complementariedad de ambos saberes. Su talante respetuoso y dialogante le situó en una situación privilegiada para establecer puentes en dos saberes a menudo separados por excesivos muros. Precisamente utilizando su experiencia de vida y exponiendo la no oposición entre ambas disciplinas, también escribió: "Yo me interesaba por la verdad desde el punto de vista de la salvación y desde el punto de vista de la certeza científica. Me parecía que los dos caminos conducían a la verdad y decidí seguir ambos. Nada en mi vida profesional, ni en lo que he encontrado en la ciencia y en la religión, me ha inducido jamás a cambiar de opinión". Curiosa reflexión de un sacerdote científico que rompió tópicos, esquemas y tabúes que aún hoy siguen vigentes de alguna manera.

Eso sí, dentro de la valoración positiva de ambas disciplinas, Lamaitre tenía claro la superioridad de la fe sobre la ciencia, por cuestiones obvias que expongo en la siguiente cita:

"¿Podría, acaso, la Iglesia tener necesidad de la ciencia? No; la cruz y el Evangelio le bastan. Pero al cristiano nada humano le es ajeno. ¿Cómo podría desinteresarse la Iglesia de la más noble de las ocupaciones estrictamente humanas, la investigación de la verdad?" 

Interesante camino el de descubrir más científicos creyentes o creyentes científicos. Habrá que seguir profundizando. 

Ciencia y Religión (1): Albert Einstein
Ciencia y Religión (2): Louis Pasteur
Ciencia y Religión (3): George Lamaitre

lunes, 17 de noviembre de 2025

El exorcista del Papa (The Pope's Exorcist, EE.UU., 2023)

Este año celebré mi particular Halloween viendo esta película de terror de la que tan bien me habían hablado. Es cierto que el tema de los exorcismos está ya bastante manido cinematográficamente hablando, pero este film ofrece algunas novedades y aspectos interesantes que merecen la pena ser resaltados. Como hecho fundamental hay que destacar que tiene como fuentes los libros de Gabriele Amorth (1925-2016), el exorcista más prestigioso y reconocido del último siglo. A nivel de temática, he tenido la paciencia de contabilizados y se trata del film número 21 sobre exorcismos que comento en el Blog, cifra nada despreciable.

Antes del comentario espiritual, vamos con algunos datos de la ficha técnica. 

El Exorcista del Papa está dirigida por el australiano Julius Avery, en el que fue su cuarto largometraje, hasta el momento el último. El reparto es de lujo, con Russell Crowe (otra vez cerca del Coliseo romano...), Alex Essoe, Daniel Zovatto y Franco Nero (interpretando a Juan Pablo II, dándose la casualidad que ya tuvo un pequeño papel en otra película sobre exorcismos, El Rito). Como es usual en esta temática, la música es fundamental para crear una atmósfera inquietante. En este caso corrió a cargo de Jed Kurzel, para mí gusto de manera muy acertada. La temática de exorcismos atrae espectadores como la miel a los osos, por lo que se convirtió en un total éxito de taquilla (recaudó 76 millones de dólares sobre un presupuesto de 18) si bien es justo señalar que obtuvo críticas bastante negativas e incluso dos nominaciones a los premios Razzies, al peor actor (Crowe) y actor secundario (Nero).

El film está inspirado (que no basado) en la vida del Padre Gabriele Amorth, exorcista principal del Vaticano. Es, por lo tanto, una biografía con gran parte de fantasía en la que resulta difícil ver los límites entre uno y otro para quien no conozca a fondo la vida del exorcista y su mensaje. Afortunadamente he leído dos de sus libros, por lo que creo tener claro y poder explicar aquí dónde termina la realidad y comienza la fantasía. 

El argumento se ambienta en 1987, año en el que el Papa envía a Amorth a España a investigar unos hechos paranormales ocurridos en la abadía de San Sebastián. Un niño parece mostrar signos reales de posesión, pero aparte de este hecho sobrenatural existe otra trama ligada a los entresijos vaticanos: un secreto se esconde en los sótanos de la abadía. El propio Papa verbaliza este argumento en el film:

Papa: “El incidente tuvo lugar en terreno sagrado, en la abadía de San Sebastián en Castilla. Ese sitio ya causó problemas a la Iglesia anteriormente. Noto un gran mal que procede de allí"

El film parte de una idea bastante más común en la Iglesia de lo que nos podemos imaginar. Las posesiones no existen. El Padre Amorth era un predicador en el desierto, y no son muchos los que lo apoyaban. Él mismo reconoce en sus libros que gran parte de la Curia no creía en su labor. El cardenal Sullivan representa a esos escépticos. Un largo diálogo al inicio del film refleja esa tensión entre las dos facciones eclesiales:

Cardenal Sullivan: "La Congregación para la Doctrina de la Fe ha recomendado que se deje vacante formalmente el cargo de exorcista jefe".
Padre Amorth: "Entonces, ¿Lo que usted dice es que el mal no existe?"
C. Sullivan: "La Iglesia está bajo presión constante para recuperar su relevancia. Es hora de que superemos estas creencias obsoletas"
P. Amorth: "Explíqueme, por favor, Su Eminencia. Si el mal no existe, ¿Cuál es, entonces, el papel de la Iglesia?"
(...)  Padre Amorth: “El otro 2% es algo que ha desconcertado a toda la ciencia y a toda la medicina durante mucho tiempo. Yo lo llamo el Mal"  (...)
C. Sullivan: "Plantea usted un punto interesante, Amorth. Usted no es médico, pero sus prácticas podrían tener efectos perjudiciales para estas personas.
P. Amorth: "Tiene razón. No soy médico. No soy psicólogo. Pero soy teólogo, abogado, periodista y un hombre práctico. También fui partisano en la guerra, así que sé reconocer un pelotón de fusilamiento cuando lo veo. ¿De qué va todo esto?"
(...)
P. Amorth: “Soy el exorcista jefe del Vaticano. Mi puesto fue creado por mi obispo. Mi diócesis es Roma. Mi obispo local es el Papa. Si tiene un problema conmigo, hable con mi jefe, ¿De acuerdo?"

Junto a la negación del fenómeno de las posesiones se expone otra realidad entre los sacerdotes más jóvenes: la ignorancia. Desconocer todo lo relativo a una práctica que tiene miles de años es casi tan peligroso como negarla. Esta postura queda recogida en este diálogo entre el veterano Gabriele Amorth y el joven Tomás Esquivel:

Padre Amorth: "¿Qué sabes de los demonios?"                                                                                    Padre Esquibel: “Solo lo básico. Que son ángeles caídos. Uno sirve al otro en una jerarquía"

Dada esta controversia, el análisis teológico y espiritual se antoja necesario y muy interesante. La película está plagada de reflexiones y frases con un contenido profundo, que la redimensionan más allá de los efectos especiales, las torsiones imposibles y demás recursos habituales en las películas de posesiones. El film va bien servido de ambas cosas.

Comenzamos con el análisis bíblico. Cuatro son las frases o referencias directas a la Biblia:

Asmodeo: "¡Dios no está aquí!"
Padre Esquibel: "Dios siempre está en nuestros corazones. Porque donde estén dos o tres reunidos en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos" (Mateo 18, 20)  

Papa: "Nuestros pecados nos alcanzaron" (Números 23,32)

Padre Amorth: "En todos mis años he intentado seguir lo que dice San Mateo: lo que haces por el más pequeño de mis hermanos lo haces por mí" (Mateo 25, 40)

P.Amorth: "El gran dragón fue arrojado a la tierra, donde fue maniatado..."  (Cf. Apocalipsis 12,9)    P. Esquibel: “...Y sus ángeles junto a Él. El Apocalipsis"

Al respecto de esta última cita, la expulsión de Satanás del Cielo por San Miguel narrada en el Apocalipsis es también objeto de un interesante diálogo entre Amorth y uno de sus valedores, el Cardenal Lumumba:

Padre Amorth: “¿Por qué San Miguel no lo mató cuando tuvo la posibilidad?"                              Arzobispo Lumumba: "Esa es una una pregunta para la Teología. Tal vez fue su piedad lo que detuvo la espada de San Miguel"

El núcleo central de la trama es la posesión diabólica que Asmodeo realiza de un niño. Dos veces escribe en la barriga del poseído, en la primera podemos leer "Hate" (odio) y en la segunda "God is not here" (Dios no está aquí). Vamos a analizar el nombre  del demonio principal. La demonología establece una jerarquía bastante desarrollada. Este demonio, en concreto, es uno de los cinco generales de Satanás, el segundo al mando tras Baal. Su objetivo es poseer al exorcista para adentrarse en el Vaticano (este aspecto se menciona pero no se desarrolla), utilizando para ello la compasión y las debilidades del exorcista. 

Como no podía ser de otra forma, la relación que se establece entre el demonio y el exorcista es más que interesante, basado en los relatos de los libros del Padre Amorth. Algunos de los aspectos que trasluce la película son:

- Al demonio le encantan las palabrotas, concretamente las blasfemias. Al demonio le gusta la ironía, pero no los chistes. Quiere que se lo tomen en serio:

Demonio: "Mi nombre es blasfemia. Puta pesadilla"                                                                            Padre Amorth: “Mi pesadilla es que Francia gane el Mundial"

- El demonio conoce el pasado del exorcista y se aprovecha de ello para intentar desacreditarlo a través de sus pecados:

P. Amorth: “Dime uno de mis pecados. No puedes. Porque mis pecados han sido absueltos por el único Maestro: Nuestro Señor Jesucristo"

- El latín es más efectivo que la lengua vernácula en la lucha contra el demonio. De ahí la insistencia del Padre Amorth por hablar continuamente en latín a lo largo de todo el film:

Padre Amorth: "¿Te he marcado esta página. Apréndete eso?"                                                              Padre Esquibel: “Pero... Está en latín"                                                                                                  Padre Amorth: "Es parecido al español. Las oraciones tienen más poder en latín" 

Una mención especial merece la medalla milagrosa que aparece en la trama. Sobre una cruz se puede leer la palabra latina "Pax" (paz), uno de los lemas benedictinos (junto a ora et labora -reza y trabaja-) desde hace siglos. Alrededor del borde del reverso de la medalla, se encuentran las letras V R S N S M V - S M Q L I V B que son las iniciales de una oración latina de exorcismo contra Satanás: "Vade retro Satana! Nunquam suade mihi vana! Sunt mala quae libas. Ipse venena bibas!" (¡Vete, Satanás! ¡Jamás me tientes con tus vanidades! Lo que me ofreces es maligno. ¡Bebe tú mismo el veneno!)

Padre Amorth: "Te entrego la Medalla Milagrosa, portadora del fuego sagrado, muy poderosa. Para vencer al rey del infierno necesitamos la armadura de Dios"  

Quisiera resaltar el exorcismo final, donde se usa una fórmula trinitaria con la que la pareja de exorcistas consiguen aniquilar a Asmoneo. La espectacularidad de la escena oculta lo verdaderamente interesante, el exorcismo en sí:

P. Amorth y P. Esquibel: "En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Dios es tu Señor"

Una frase me parece espiritualmente la más provechosa del film. No es explícita sobre las posesiones, pero se pone en boca del exorcista y realmente no tiene desperdicio:

Padre Gabriel Amorth: "El amor de una madre es lo más parecido que conocemos al amor de Dios"

Vamos con lo negativo de la película. No todo es positivo. Errores históricos y teológicos también los hay. El film no es perfecto. Desde lo inverosímil que resulta que el Padre Amorth se desplazase en una lambretta desde Roma hasta Castilla, pasando por escudos imaginarios de la Inquisición o mapas imposibles de una América que aún no había sido descubierta cuando la cripta fue sellada. Lo peor, sin duda, es la escena final en la que el film se aparta de la posesión personal y entre en un cara a cara entre Asmodeo y los exorcistas, de lo que no hay ninguna constancia en los libros de Amorth. Un final espectacular pero inverosímil, si bien para que la victoria sea incompleta y justificar la presencia del maligno en la tierra se recurre a esta frase un poco más adelante:

Cardenal Lumumba: "Quedan muchos más por encontrar. Pronto sabremos los 199 lugares de la tierra donde Dios no es bienvenido"

En definitiva, un film entretenido e interesante. Pero es preciso volver a resaltar que hay tanto de realidad como de ficción, y que no resulta fácil para un profano en la materia distinguir entre lo uno y lo otro. Para quien quiera conocer la realidad de primera mano, recomiendo leer de las fuentes del Padre Amorth, ya que como se dice dos veces en la película: "Los libros son buenos". Aquí dejo el vínculo a un comentario escrito por mí hace ya casi 20 años de uno de ellos: Habla un exorcista.

viernes, 14 de noviembre de 2025

19 cumpleaños

El Blog cumple hoy 19 años. Toca como otros años hacer balance de lo recorrido, con una cifras que siguen creciendo año a año. Igual para el año que viene cuando cumpla 20 años preparo algo más especial, pero este año voy simplemente a actualizar los datos ya existentes de otros años 

De la primera tabla -ya lo hemos comentado otros años- ya casi solo importan las tres primeras filas, pues el resto ha ido desapareciendo con el transcurso de los años:

Año

2020

     2021     2022      2023      2024  2025  

Entradas

875

      911      966     1.020     1.072    1.124

Visitas

1.506.826

1.624.6151.682.0061.721.2221.874.4371.970.590 

Comentarios

2.518

     2.521    2.524    2.560    2.566     2.594

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Un breve comentario de estas cifras. El Blog sigue avanzando a un ritmo aproximado de 52 entradas  y unas 160.000 visitas anuales, lo que suponen una media de 440 visitas diarias. Los comentarios arrojan una cifra irrelevante, siendo un recurso cada vez menos utilizado. Una pena, pues en los primeros años eran un elemento que provocaba mucha interacción, debates, intercambio de posturas... Hoy tengo la sensación de que pocas personas interactúan, si bien el número de visitantes del Blog no solo no decrece sino que aumenta cada año. 

De la segunda tabla, un año más, la situación tampoco presenta muchas variaciones. Las cifras se han consolidado tanto que apenas hay cambios en las posiciones, por lo que los dígitos son muy similares a los de años anteriores: 

Año

2022

2023

2024

2025

Entrada más vista

Huellas en la arena

180.233

Huellas en la arena

188.493

Huellas en la arena

194.517

Huellas en la arena

195.714

País con más visitas

Estados Unidos 

255.134

Estados Unidos

267.358 

Estados Unidos

277.222

Estados Unidos

292.167

Navegador más usado

Google Chrome

916.000 (54%)

Google Chrome

981.000 (55%)

Google Chrome

1.070.000 (57%)

Google Chrome

 1.150.000(58%)

Sistema operativo

Windows

873.000 (52%)

Windows

892.000 (50%)

Windows

934.000 (50%)

Windows

982.000 (50%)

Como se puede comprobar las tendencias están casi calcadas a las del año pasado. La entrada más vista sigue siendo la misma, a mucha diferencia de la siguiente, El niño tranquilo (85.432). EE.UU. también mantiene las distancias con su "competidora" más cercana, México (256.329), mientras que Google Chrome gana otro año más un 1% al tiempo que Windows frena definitivamente su retroceso, igualando este año los dígitos años anteriores.

Seguiremos viendo la evolución, como digo siempre, mientras Dios me de salud y fuerzas...

Un año más, un año menos... ¡Feliz Cumpleaños!


lunes, 10 de noviembre de 2025

Dios premia la fe: Habacuc

El contexto histórico en el que Habacuc escribe su libro es el del siglo VII a.C., una época pesimista donde imperan la corrupción, la injusticia y la violencia, fruto de la decadencia de la monarquía y muy cercana a la invasión de Babilonia.

El libro del profeta Habacuc plantea la actitud de un profeta que, aún reconociendo el temor al juicio de Dios, expone su confianza inquebrantable en Yahvé. Está perfectamente estructurado en tres actos (que coinciden con los capítulos bíblicos).  El primero de ellos comienza presentando una queja del profeta, quien no entiende la aparente oposición entre la soberanía divina y la justicia humana. Bajo su punto de vista, la opresión con la que los reyes someten a los israelitas no es justa y no debería ser permitida por Dios. No obstante, aunque prevalecen el mal y la violencia a su alrededor, Habacuc manifiesta su confianza en la verdadera justicia, la divina. En el segundo acto, como recompensa por su fidelidad, Habacuc recibe una visión en la que comprueba el triunfo final de dicha justicia divina. Gracias a ella, de su boca brota (tercer acto) una poética oración de fe. En ella expresa respeto por la majestad divina, enumerando sus grandes acciones en la historia. 

De entre este interesante material profético he escogido un versículo del segundo capítulo en el que Dios comienza a hacer partícipe a Habacuc de la visión salvífica. En ella alaba la fe y la perseverancia del justo frente a la persona que manifiesta dudas en Él:

Habacuc 2, 4

“Aquí la tienes: El que vacila nunca contará con mi favor, el justo sí vivirá por su fe”

lunes, 3 de noviembre de 2025

La mala educación (España, 2004)

Cuando uno ve una película de Almodóvar sabe a lo que se expone. Un cine humano, de calidad, con varias historias personales entrelazadas y un final conmovedor. Pero también se arriesga a contemplar la constante aparición de yonquis y toda una fauna variopinta de diferentes condiciones sexuales, además de alguna que otra escena de sexo explícito. Una pena porque esta obstinación con el sexo le ha restado tradicionalmente al director manchego una buena cantidad de espectadores que huyen de lo soez y lo vulgar, elementos en los que a veces degenera su filmografía. 

A nivel personal he visto muchas de sus películas, y tenía especial interés en ver y valorar la única en la que la dimensión religiosa se haya explícitamente presente. Era muy consciente de que la aparición de este apartado espiritual no era precisamente para alabarlo, sino para denigrarlo y satirizarlo, pero como soy un firme convencido de que para juzgar o criticar una obra hay que conocerla de primera mano, me puse el otro día manos a la obra. 

Vamos primero con la ficha técnica y luego con el comentario de la dimensión espiritual.

A nivel de realización se trataba de su decimosexta película (al presente lleva 25) y como ya hemos adelantado, la primera/única con connotaciones religiosas. Debido a su contexto masculino (un internado religioso dirigido por curas) fue también la primera película en el que el protagonismo no recayó sobre mujeres, sino sobre un trío de actores de sobra contrastados (Gael García Bernal, Fele Martínez, Javier Cámara...). El productor fue -como siempre- su hermano Agustín y la música -sublime, una de las características fundamentales del cine almodovariano- fue obra de otro de sus compañeros incondicionales, Alberto Iglesias. Destaco las piezas Quizás, quizás, quizás, dos adaptaciones de Moonriver y Torna a Surriento y por encima de ellas un hermosísimo Kyrie extraído de la Petite Messe Solennelle de Gioachino Rossini. El film tuvo el honor de abrir el 57º Festival de Cannes pero sin embargo no tuvo una acogida demasiado cálida. De hecho, a nivel de reconocimientos internacionales no obtuvo ningún premio, alcanzando únicamente una nominación a los Bafta y cuatro a los Goya. No obstante, a nivel de taquilla sí fue bastante rentable, con 40 millones de euros recaudados sobre un presupuesto de 5. Es justo decir que para elevar el número de espectadores en EE.UU. se emitió una edición recortada del film, en la que se eliminaron varias escenas de sexo explícito y se pasó de la calificación inicial de -17 a la de todos los públicos. 

El argumento tiene miga. En los años del franquismo (1960), Ignacio y Enrique son internos de un colegio cristiano. Allí surge el amor entre ellos, ante el desencanto del padre Manolo, director del colegio y profesor de Literatura que también está enamorado de Ignacio. Este trío - al que se agregará un cuarto miembro- se volverá a encontrar de nuevo en los años 70 y en los 80, dando lugar a conexiones extrañas entre ellos. 

Comenzamos el análisis del apartado espiritual. ¿Por qué la homosexualidad?, ¿Por qué un trío amoroso? Porque todos ellos son elementos esenciales del cine de Almodóvar, por lo que no son de extrañar. ¿Por qué la pederastia?, ¿Por qué ambientarlos en un colegio católico? Estas preguntas también tienen fácil respuesta, pues el film es concebido a rebufo de las irlandesas Las hermanas de la Magdalena (2002) y Los niños de San Judas (2003), películas en las que se trataron en primicia y con profundidad el tema de los abusos en los colegios católicos irlandeses. Habría que esperar unos años para que Hollywood recogiera este testigo con la oscarizada Spotlight (2015). Almodóvar, por lo tanto, no es un descubridor de nada, pero sí el primero que denunció estos casos -al menos cinematográficamente- en nuestro país. Debido al temor de Almodóvar a una mala recepción, decidió que el sacerdote protagonista de los abusos colgara la sotana y se convirtiera en un hombre casado, para alivio de las autoridades eclesiásticas que comprobaban así como el protagonista pervertido de la historia al menos no ejercía ya sus funciones sacerdotales. Esta frase recoge ese cambio:

Sr. Berenguer: "No soy el Padre Manolo. Soy el Señor Berenguer. ¡Ya no soy padre ni de mi propio hijo!"

Dicho esto, el filme carece prácticamente de cualquier contexto espiritual, ya que este no es el interés del director, más centrado en sus obsesiones sexuales que en el análisis del fenómeno religioso. Las escenas en el interior de la iglesia y los diálogos que se producen con el sacerdote son, por lo tanto, bastante superficiales en cuanto a nada que tenga que ver con Dios o la religión. Se anteponen los sentimientos humanos, bien sean homosexuales o pedófilos. Una pena ya que parece una oportunidad perdida para que el director hubiera esgrimido argumentos a favor o en contra de la fe, cuestión sobre la que pasa de puntillas y sin apenas involucrarse. 

Debido a este desinterés, pocas frases y diálogos merecen, por lo tanto, ser resaltados. Si acaso estas tres, pero después de mucho rebuscar algo que llevarse a la boca:

Enrique niño: "Yo no creo en Dios. Soy hedonista, a los que les gusta pasárselo bien. Lo he leído en la enciclopedia". 

Ignacio niño: "Pienso que acabo de perder la fe en este momento y, al no tener fe, ya no creo en Dios ni en el infierno. Y si no creo en el infierno, ya no tengo miedo. Y sin miedo, soy capaz de cualquier cosa". 

Enrique-Ángel: "Has cambiado el final, ¿No?"
Ignacio: "Sí. La visita no puede tener un final feliz. Como en tu relato"
Enrique-Ángel: "¿Por qué?"
Ignacio: "No me creo que Zahara salga del colegio sin más. Es demasiado peligroso para los curas. Y ya sabemos cómo se las gasta la Iglesia"

Dichas frases y en general el contexto del film revelan la inquina que Almodóvar le tiene a la Iglesia Católica. Un adagio latino dice "Excusatio non petita accusatio manifesta" (si no tienes nada de qué justificarte, no te disculpes). Ello es perfectamente aplicable a la presentación que el director hizo de la película, en la que afirmó: "Esta película no es un ajuste de cuentas con los curas que me maleducaron, ni con el clero en general. Si hubiera necesitado vengarme no habría esperado cuarenta años para hacerlo. La Iglesia no me interesa ni como adversario". Creo que sobran los comentarios, pues a estas alturas su posición ideológica está más que clara.

Lo dicho, a nivel personal quedo un poco desencantado de ver que un tema tan serio se trata con tanta superficialidad y parcialidad. Los abusos a los niños han sido una realidad demostrada, pero no generalizada, algo que no queda claro en el film. Lo escribe alguien que estudio en un colegio religioso durante 15 años (los Marianistas de Jerez) en los años 80 y no presenció nada parecido a estos casos en todos esos años. Alguien que recibió una educación segregada pero no por eso afloró en él ningún sentimiento homosexual. Es injusto, por lo tanto, generalizar como parece hacerlo esta cinta, pues en tiempos de Franco -y en la democracia- la educación religiosa se impartía a millones de niños, de los cuales solo unas decenas de casos (todo lo más una centena) han sido denunciados. Tirar por tierra la labor educativa de una institución en la que miles de sacerdotes y religiosos actuaron con nobleza y pureza se antoja, cuanto menos, injusto. El título del film, sin embargo, parece renegar de una educación que el propio cineasta recibió. Pero para el director resultaba más fácil y cómodo subirse al carro de las denuncias, algo previsible conociendo su aversión al mundo eclesiástico ocultado en indiferencia. No lo juzgo, pero sí a su obra, que parece ventajista y desproporcionada. El filme es interesante como reliquia histórica de unos eventos que desgraciadamente ocurrieron en los años 60 y de una aversión que determinados cineastas españoles han tenido al elemento religioso en las últimas décadas. Afortunadamente, tanto unos como otros parecen ya cosa del pasado.