La Iglesia celebra hoy dos mártires de los primeros siglos del cristianismo, San Sebastián (+300) y San Fabián (+250). Contaré hoy una anécdota de cada uno de ellos:
San Sebastián fue un soldado que entró en el ejército para liberar a los cristianos cautivos. Pero un día lo denunciaron ante el emperador por su condición de cristiano. Maximino lo llamó y lo puso ante la siguiente disyuntiva: o dejar de ser cristiano y entonces ser ascendido en el ejército, o si persistía en seguir creyendo en Cristo ser degradado de sus cargos y ser atravesado a flechazos. Sebastián declaró que sería seguidor de Cristo hasta el último momento de su vida, y entonces por orden del emperador fue atravesado a flechazos. En Roma le levantaron desde muy antiguos tiempos una basílica en su honor.
San Fabián, por su parte, tiene una historia curiosa, ya que no siendo ni siquiera sacerdote fue escogido como Papa ya que en el momento de la elección una paloma se posó sobre él ante el asombro de los presentes.... Finalmente fue ordenado sacerdote y Papa, y murió mártir en las persecuciones del emperador Decio.
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