La Iglesia conmemora hoy a San Severino (410-482). nacido en Roma y patrón de Viena y de Baviera. Destacó por su defensa del cristianismo durante los ataques de los bárbaros, fundando monasterios, socorriendo a los pobres y defendiendo a las aldeas de los ataques. Fue un notable predicador. Tuvo dos profecías que le valieron el respeto y la admiración de las personas de su época y que copio a continuación:
La primera de ellas es cuando se encontró con Odoacro, un pequeño reyezuelo, y le dijo proféticamente: "Hoy te vistes simplemente con una piel sobre el hombro. Pronto repartirás entre los tuyos los lujos de la capital del mundo". Y así sucedió. Odoacro con sus Hérulos conquistó Roma, y por cariño a San Severino respetó el cristianismo y lo apoyó.
En otra ciudad predicó la necesidad de hacer penitencia. La gente dijo que en vez de enseñarles a hacer penitencia les ayudara a comerciar con otras ciudades. El les respondió: "¿Para qué comerciar, si esta ciudad se va a convertir en un desierto a causa de la maldad de sus habitantes?". Y se alejó de la ciudad porque no le hacían caso. Poco después llegaron los bárbaros y destruyeron la ciudad y mataron a mucha gente
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