La Iglesia celebra hoy a Santa Martina de Roma, una mártir de la que se sabe poco hasta que en 1634 el Papa Urbano VIII descubrió las reliquias de la mártir junto a otras dos tumbas. Se sabe que en el siglo VIII ya se celebraba la fiesta de la santa. Poco más se sabe, por lo que el proceso de su martirio tiene más de leyenda que de histórico. Copio unos párrafos de la Passio Legendaria:
Santa Martina era una diaconisa, hija de un noble romano. Debido a su abierta profesión de fe, la arrestaron y la llevaron al tribunal del emperador Alejandro Severo (222-235). quien con atroces torturas martirizó a la santa. Cuentan que cuando Martina fue llevada ante la estatua de Apolo, la convirtió en pedazos y ocasionó un terremoto que destruyó el temple y mató a los sacerdotes del dios. El prodigio se repitió con la estatua y el templo de Artemidas. Todo esto hubiera debido hacer pensar a sus perseguidores; pero no, se obstinaron más y sometieron a la jovencita a crueles tormentos, de los que salió siempre ilesa. Entonces resolvieron cortarle la cabeza con una espada, y su sangre corrió a fertilizar el terreno de la Iglesia romana.
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