La Iglesia celebra hoy a Santa Juliana de Nicomedia (+308), mártir que murió decapitada en las persecuciones del emperador Maximiano. No consintió en casarse con el novio que su padre le había buscado para ella a no ser que se conviertiera al cristianismo. Son famosas las palabras de su padre -perseguidor de los cristianos- cuando se enteró de los planes de su hija: «¡Por Apolo y Diana! Más quiero verte muerta que cristiana». Copio un resumen de su martirio:
Vienen los tormentos esperados cuando las razones no son escuchadas. Estaño derretido y fuego; además, cárcel para darle tiempo a pensar y llevarla a un cambio de actitud. Finalmente, con 18 años, se le corta la cabeza el 16 de febrero del 308.
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