El caso de Cristo es sin duda una película apologética de la fe cristiana. Su primer objetivo es llevar a la pantalla fielmente el libro autobiográfico El caso de Cristo: una investigacion exhaustiva, escrito casi diez años antes (2008). Al igual que con El Cielo es Real, Los milagros del Cielo, Conversaciones con Dios o La Cabaña todos ellos comparten el haber sido grandes best sellers primero y haber sido adaptados al celuloide después. Creo que es por esta condición por los que en general las críticas profesionales suelen se bastante duras con todas ellas, tachándolas de excesivo proselitismo religioso, afirmando que no son más que sermones para públicos ávidos de este tipo de productos. Critican su poca profundidad teológica a la par que su escasa calidad cinematográfica. No digo yo que no haya algo de razón en ello, pero una crítica tan feroz me parece tan injusta como poco fundamentada.
En el caso de la película que comentamos hoy, el argumento de libro y película -como no podía ser de otra manera- es semejante. Lee Strobel es un afamado periodista del Chicago Tribune que alardea de ateísmo al tiempo que escribe artículos excelentes que lo hacen subir como la espuma en su trabajo. Su vida cambiará radicalmente el día que su hija está punto de morir atragantada en un restaurante. La rápida intervención de Alfie, una enfermera cristiana, es decisiva para salvarle la vida a su hija y sembrar la semilla de la fe en su esposa, Leslie. A partir de ahí comienza una crisis matrimonial en la que Lee no acepta la búsqueda espiritual de Leslie, planteando para combatirla un ambicioso objetivo: escribir un artículo en el que desmonte una a una todas las mentiras del cristianismo.
El primer análisis -el más sencillo- es el cinematográfico. La película es correcta, con la dirección del novel John Gunn (su tercer film hasta esa fecha), sin grandes estrellas de Hollywood en el reparto (apenas un minuto de intervención de Faye Dunaway como lo más destacado), sin nada de efectos especiales y con una BSO discreta. Cuenta con un guión bien hilvanado con tres tramas que se cruzan: los problemas familiares de Lee (paterno, matrimonial y abuso del alcohol), un caso de corrupción policial que está investigando para su periódico y la mencionada búsqueda de la fe. Su presupuesto fue de 3 millones de dólares y su recaudación rozó los 18, por lo que como negocio cumplió con creces su objetivo.
Mayor miga tiene el plano teológico-espiritual, que merece un análisis mucho más detallado. En su intento por desacreditar la fe cristiana, Lee recurre a varias autoridades de campos del saber bien distintos, teniendo con cada uno de ellos conversaciones más que interesantes. Vamos a analizar las frases y diálogos que a mí me han parecido más interesantes.
No obstante, vamos a comenzar un poco antes de esa búsqueda periodística de Lee. El primer elemento religioso introducido en la película es la primera frase que dice Alfie tras su intervención "salvadora". Con ella ya se nos adelanta que a partir de ese momento podemos entender todas las situaciones de la vida desde la fe o desde el azar. Alfie le dice a Leslie que ella es de las que todo lo interpreta desde la fe:
Bueno, no es suerte.
Es Jesús.
Mi esposo y yo íbamos de camino
a otro restaurante esta noche.
Algo me dijo que necesitaba estar aquí.
Tras el susto inicial, en la serenidad de la noche y en una conversación familiar en la cama de la pequeña, Lee deja clara su postura al respecto de la religión a su hija y a todos los espectadores:
- Pero nosotros somos ateos. Los ateos no creen en Dios.
- ¿Qué creen?
- Uh, creemos en lo que es real, en lo que podemos ver, lo que podemos tocar. Los hechos son nuestra verdadera arma contra las supersticiones, la ignorancia y la tiranía”
A veces Dios nos habla de la manera más inesperada y de la forma más sorprendente.
Ante el cambio de actitud de su esposa, comienza aquí la búsqueda periodística de Lee acerca de la fe. Lo hace pidiendo asesoramiento a un compañero de trabajo, Kenny, que le da la pista para comenzar su investigación. Curiosamente es un anuncio puro del kerigma cristiano, que basa toda su verdad en la resurrección de Cristo:
Toda la fe cristiana
depende de la resurrección
de Jesús.
Si no sucedió,
es como un castillo de naipes. Se reduciría a
un rabino incomprendido en el mejor de los casos.
En el peor de los casos, a un lunático
que fue martirizado.
Con esta premisa, Lee se dispone a cuestionar el hecho en sí de la resurrección y la validez de las fuentes que lo atestiguan. La primera autoridad a la que se dirige es al Doctor Habermas, un teólogo experto en la resurrección de Cristo, quien desmonta una a una sus conjeturas iniciales cuando le propone que la resurrección no tiene fundamento:
Bueno, no de acuerdo a los registros históricos. ¿Sabías que tenemos un informe de la resurrección con testigos oculares específicos que data a apenas unos meses de la resurrección?
Cuando Lee le comenta al teólogo que su posición es creyente y por lo tanto interesada, el doctor le rebate con otro interesante argumento:
El hecho de que yo me beneficie de la gravedad de la tierra no es prueba de que sea real, al igual que mi repulsión por los mosquitos no es un argumento contra su existencia. Ya ves, lo que quiero y lo que no quiero no tiene ningún impacto en la verdad. Habiendo dicho esto, si la resurrección de Cristo significa que llegaré a estar con Debbie de nuevo (su difunta esposa) no tengo ningún problema en ser feliz por eso. A veces la verdad nos recuerda lo que es realmente importante.
Tras esta primera impresión, Lee acude a un antiguo científico (arqueólogo) convertido ahora en sacerdote, el padre Márquez. En un nuevo diálogo fe-cultura, Márquez le da un dato esclarecedor: el Nuevo Testamento es la fuente histórica de la antigüedad de la que más documentos se han descubierto.
¿Sabe que a día de hoy se han recuperado 5.843 manuscritos griegos del Nuevo Testamento? Eso es cuatro veces más que la "Ilíada"...
Tras esta contundente referencia histórica, Lee dirige sus pasos hacia la ciencia, consultando a un científico agnóstico para quien sin embargo no hay ninguna duda de la veracidad de los relatos evangélicos desde un punto de vista histórico, el Dr Craig. Para éste, quien busca desde el ateísmo se equivoca, pues nunca encontrará evidencia para rebatir la fe cristiana. Para él, la postura más lógica es la agnóstica, afirmando que es imposible demostrar la fe, pero también es imposible demostrar su no existencia. De paso recrimina a Lee su postura tan extremista, haciéndole ver que quién verdaderamente tiene prejuicios y no una búsqueda abierta de la verdad es él:
La tumba vacía se basa en evidencia, y ¿la evidencia no es tu oficio? ¿Pero cuándo será para ti "suficiente evidencia" suficiente evidencia?
Mientras ello sucede, Leslie acude a la iglesia evangélica en la que el pastor sigue anunciando claves de la fe cristiana:
Dios quiere ser tu Padre. amarte hasta que conozcas su promesa del cielo. Porque esto es la simple verdad de nuestra fe. Dios nos creó. Echamos a perder las cosas. Cristo pagó por nuestros pecados y todo lo que tenemos que hacer es recibirlo. Realmente es tan simple como eso.
Lee cada vez tiene más problemas con su mujer, con el alcohol y con su padre. Leslie encuentra consuelo en Alfie y en el profeta Ezequiel, en quien descubre una bonita oración para rezar constantemente por la conversión de su esposo:
"Te daré un corazón nuevo. Y pondré en ti un nuevo espíritu. Arrancaré de ti tu corazón de piedra y te daré un corazón de carne ". (Ez 36, 26-28)
Cada vez más confundido, Lee acude a la Psicología para intentar demostrar que la fe es un desvarío interesado, un invento humano. La también agnóstica Doctora Roberta Waters, presidenta de la Asociación Americana de Psicoanálisis, sin embargo, también desmonta esa teoría. Es más, lo que le dice para su meditación es que la mayor parte de los militantes ateos tienen de raíz un conflicto paterno, cuestión que en el caso de Lee es absolutamente cierta:
¿Sabías que todos ellos (los ateos más famosos) tuvieron un padre que, o bien murió cuando ellos eran jóvenes, o los abandonó, o eran físicamente o emocionalmente abusivos? En el mundo de la terapia se llama "herida del padre".
Leslie se bautiza, y Lee se dispone a gastar su última bala: demostrar que Cristo en realidad no murió, sino que su resurrección es un invento urdido por él mismo, que consiguió escapar de la cruz. Para ello acude al patólogo más importante de los Estados Unidos, el Dr. Metherell. Una vez más su teoría es rebatida sin fisuras y sin resquicio a la duda, basten estas tres frases como muestras de un largo diálogo.
- Los romanos eran asesinos profesionales.
- La Biblia dice que de su costado manaron sangre y agua. Lo que muchos siglos después sabemos que es una descripción perfecta de derrame pericárdico como resultado de la muerte por asfixia.
- Le merece credibilidad la revista de la Asociación Médica Americana?
- Por supuesto. Es un periódico científico de primer nivel. Incluso yo lo admitiré.
- "Sobre la muerte física de Jesús: Claramente, el peso de la evidencia médica e histórica indica que Jesús estaba muerto antes de la herida que fue infligida en su costado. En consecuencia, las interpretaciones basadas en la suposición "que Jesús no murió en la cruz" parecen estar en desacuerdo con todos los conocimientos médicos modernos".
Para cerrar el círculo al cómo comenzó su investigación -pero ahora abatido y derrotado-, Lee vuelve a tener una conversación con su compañero Kevin, quien lo remata con esta frase:
Uno de mis héroes es C.S. Lewis, un hombre que empezó siendo escéptico, muy parecido a ti. Al final de su viaje, ¿sabes lo que dijo? Dijo: si el cristianismo es falso, tiene importancia cero. Pero si es verdad, entonces no hay nada mas importante en todo el universo.
Finalmente, Lee se convierte y reza. Escribe un artículo sobre sus conclusiones, pero es rechazado por el director del periódico. Entonces, su mujer, Leslie, le lanza un órdago que es el origen de esta historia
En lugar de un artículo,
¿Qué tal un libro?
Bueno, como se puede ver, la película presenta diálogos y frases muy interesantes, al tiempo que deja un mensaje contundente. La fe no solo se basa en quimeras, sino en hechos verificables y demostrables. un film que no pasará a la historia de la cinematografía pero que sí se ha convertido ya en un referente de la apologética cristiana.
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