Comentamos hoy la segunda parte de "Don Camilo", que a nivel de reparto tuvo pocos cambios sobre la primera. Dado el éxito de la primera entrega, un año más tarde se rueda esta secuela que sintetiza en su guion otros dieciséis relatos cortos de las historias de Giovannino Guareschi. Continúan en sus papeles Fernandel como Don Camilo y Gino Cervi como Peppone, dirigidos de nuevo - por última vez- por el francés Julien Duvivier.
En "El regreso de don Camilo", el cura ha sido trasladado por orden del obispo a Montenara, un pueblo perdido en la montaña. Mientras, las disputas de Peppone con el nuevo sacerdote en Brescello son continuas y ásperas (en el fondo echa de menos a su amigo y rival... ). En voz del narrador "...Y todos los ancianos del pueblo se abstuvieron de morir, los niños rechazaron el nacer y los enamorados el matrimonio, sin la ayuda de Don Camilo". Todo ello complica la situación socio-económica del comune. En vista de ello, Peppone decide ir a hablar con el obispo para que le "devuelva" a Don Camilo.
No obstante, para que la vuelta de Don Camilo no sea gloriosa, Peppone organiza un combate de boxeo a la misma hora que llega su tren para que nadie vaya a recibir al sacerdote a la estación. Entonces comienzan una nueva serie de peripecias respecto a la verdadera hora del pueblo (la del reloj de la casa del pueblo de Peppone o del campanario de Don Camilo), la posible construcción de una presa para prevenir una riada o las desgracias acontecidas a uno de los secuaces de Peppone, "El negro" o al propio hijo del alcalde. Algunas frases memorables son las siguientes:
Peppone: "Dime, ¿Cuál es esa nueva estatua que pusiste en la Iglesia en lugar de San Lucio?"
Sacerdote nuevo: "Es Santa Rita de Casia".
P.: "San Lucio es el patrón de los lecheros, ¿no? Quitándola perturba el orden económico del país, ¡le ruego que haga reponer esa estatua lo antes posible!"
Don Camilo: "¿Has adelantado de nuevo tu sucio reloj?"
P.: "¿No querrás que lleguemos tarde a las reuniones del Partido?"
D.C.: "El del campanario marca la hora solar, el sol no hace política: tu reloj adelanta."
P.: "¡Es el reloj del pueblo, si está atrasado para el pueblo tanto peor para el sol y todo su sistema!"
D.C.: "¡Oh, Señor defiéndeme, la Tierra ya no les alcanza, quieren rehacer el Universo!".
D.C.: "¿Qué le das a tus abejas para alimentarlas? ¿Las obras de Karl Marx?"
P.: "Este invierno no necesito darles de comer, les repetí tu último sermón y desde entonces... han estado durmiendo."
P. (Pidiendo a don Camilo que hable con su hijo): "Está asustado, pero tú puedes hablar con él sin tener que golpearlo como lo haría yo".
D.C.: "Sinceramente, si voy para allá tengo miedo de que se me escape alguna bofetada".
P.: "Oh, si se trata de una bofetada, sin problemas, pero tómatelo con calma, es cierto que es un Botassi, pero todavía no tiene a la fortaleza de su padre...".
Espiritualmente la secuela carece esta vez de tantas conversaciones entre el crucifijo y Don Camilo. Es cierto que en alguna ocasión le reprocha sus "travesuras", pero sin tanto contenido como en el primer film. Quizás, lo más destacable en el aspecto de fe es la oración de intercesión de Don Camilo, que se atribuye la curación del hijo de Peppone y así se lo hace saber ante la incredulidad del alcalde...
Finalmente, como curiosidad cinematográfica hay que resaltar que las imágenes de la inundación final de Brescello son reales, correspondientes a las riadas de 1951 en Polesine que llegaron a alcanzar gran parte de la región.
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