lunes, 30 de enero de 2023

Unplanned (EE.UU., 2019)

En agosto comenté El derecho de nacer, una película de 1966 en la que de manera melodramática se nos expone una visión pro-vida y antiabortista dentro de la mentalidad de aquella época. Mucho han cambiado las cosas en estos casi sesenta años, y lo que por aquel entonces eran excepciones hoy son actos cotidianos realizados en muchos casos de manera irreflexiva. Y por supuesto, ello ha generado toda una industria económica que mueve una cantidad ingente de millones de dólares en todo el mundo. 

La película que hoy comentamos, Unplanned, es una respuesta doble. Por un lado, a ese proceso irreflexivo que muchas mujeres realizan y del que después se arrepienten a lo largo del resto de su vida. Y, por supuesto, es también una crítica despiadada a todos aquellos que han visto en esta práctica un filón económico de valor incalculable. 

El argumento está basado en una historia real, el de una ex-trabajadora que por sí sola le gana un juicio a una multinacional. Lo normal en este tipo de films es que generan espontáneamente el reconocimiento de la heroicidad del diminuto que se enfrenta al gigante, como sucede en Erin Brockovich o El Dilema. Solo por ello, se supondría que el progresismo debería apoyar la temática, como sucedió con esas películas basadas en las luchas judiciales contra la Pacific Gas and Electric Company o contra la tabacalera Brown & Williamson. Pero claro, si la franquicia investigada se llama Planned Parenthood la cosa cambia. Y si además el elemento religioso aparece como el motor de la lucha interna de la protagonista, el film se convierte directamente en objeto de ataque por parte de la propia industria mediática que supuestamente debería ensalzarla. Técnicamente, es cierto que aquí no intervienen -como en aquellas- Julia Roberts, Al Pacino o Rusell Crowe, pero las interpretaciones son convincentes y por encima de todo se nota la mano de Verasategui que -como sí del Rey Midas se tratara- todo lo que toca se convierte en oro, dotando a sus películas de una profundidad y una humanidad solo al alcance de quien va sobrado de talento. 

A nivel técnico el film está dirigido por la pareja Chuck Konzelman y Cary Solomon en la que es la segunda de las tres películas que han rodado a día de hoy. Existen dos versiones del film, una de 94 y otra de 105 minutos. La versión extendida se recrea con todo lujo de detalles en la práctica abortiva. Creo sinceramente que la crudeza de la misma es aterradora, y que si muchas mujeres visualizaran esas escenas cambiarían drásticamente su decisión ante un tema que ha tendido a frivolizarse y banalizarse cada vez más. Cualquiera de las dos versiones es realista y desagradable, tan cruda como la vida misma. Del reparto destaca Ashley Bratcher como actriz principal, de la que en otra ocasión comenté la película de temática religiosa Un lugar donde rezar y que protagoniza también 90 minutos en el Cielo. El resto del elenco son actores y actrices con una menor experiencia en largometrajes. No obstante esta carencia, el film cuenta con buenas actuaciones, una música destacable y una trama que te engancha. Como sucede con este tipo de películas, no te puedes fiar ni de la crítica especializada (negativa en su mayoría, vete tú a saber subvencionada por quién) ni en las votaciones de los espectadores en páginas especializadas, pues los adeptos la puntúan con un 10 mientras que los detractores la catalogan con un 1. Ni una cosa ni otra, digo yo... Por todo ello es una película difícil de catalogar y que merece un comentario reposado y lo más imparcial posible, dentro de un tema muy sensible y que despierta posturas muy encontradas.  

La película cuenta la "conversión" de Abby Johnson (Abby Brannam en la vida real), quien pasó de ser una de las directoras más jóvenes y con mayor proyección de las clínicas abortivas "Planned Parenthood" a una ferviente defensora de la vida del no nacido en la Asociación "Coalición por la Vida". No hay mejor presentación que la que la protagonista nos hace al comienzo de la historia:

Abby: "Mi historia no es fácil de escuchar. Creo que probablemente debo advertirte de ello desde el principio. A menudo encuentro que a la gente no le gustan mis respuestas. Eso es comprensible, porque mi historia no es clara y ordenada, y no viene envuelta en un bonito lazo rojo. De hecho, probablemente te hará sentirte un poco incómodo. Desafortunadamente para mí, esta es mi historia..."

Abby se va conviertiendo en una experta que convence a jóvenes chicas de que el aborto es su única salida:

Cristina: "Mis padres realmente me presionan para que haga esto. Pero, ¿y si estoy cometiendo un error?"
Abby: "No lo es".

Con ello va subiendo posiciones en la empresa al tiempo que se va separando de sus padres y su marido Doug, quienes la advierten de que está realizando una labor inhumana. Estas frases son algunos ejemplos:

Doug: "Así que le estás pidiendo a Dios que muestre su voluntad deteniendo algo que ya has puesto en marcha".
Abbie": ¿Por qué no? Él es Dios. Él puede intervenir. Si obtengo el trabajo, sabré que es su voluntad que yo dirija la clínica".

Doug: "La verdad es que acabas de citar tres ejemplos de injusticia: esclavitud, segregación y el Holocausto. Eso solo puede ocurrir cuando se deshumaniza a todo un segmento de la población. Y eso es exactamente lo que hace Planned Parenthood con los no nacidos".

Tras el desarrollo de la trama sabemos que Abby abortó dos veces en su juventud, por lo que en principio era partidaria de esta práctica. El espectador va visualizando el inicio de su trabajo en la clínica, el rechazo al mismo de su familia y su marido, sus autoengaños permanentes y la maldad de sus superiores. Todo ello va quedando reflejado en una historia personal que no deja indiferente a quien la ve. La protagonista va cambiando su perspectiva de lo que inicialmente le dicen ("Pero en Planned Parenthood, nuestro objetivo es hacer que los abortos sean raros") a descubrir que los sábados no hay consultas sino únicamente abortos, bien quirúrgicos o bien a través de la mal llamada en España "píldora del día después(RU-486), un medicamento abortivo que puede ser tomado hasta 8 semanas después de la concepción, gratuito en España y con un coste de 400$ en Estados Unidos. Tampoco le deja indiferente que los 150 dólares que cuesta la primera ecografía son descontados del futuro aborto como parte de una "oferta". Además esa ecografía tiene otra función, como explica al final del film:

Abby: "Si entras por esa puerta… Lo primero que te van a hacer es hacerte una ecografía, pero no te van a dejar verla".
Clienta: "¿Por que no?"
A. "Porque no quieren que veas a tu bebé".
C. "Entonces, ¿por qué hacen la ecografía?"
A. "Porque la ecografía determina el tamaño del feto. Y el tamaño del feto, del cráneo en particular, es lo que determina el precio que te van a cobrar".

Tremendo es también el momento en el que descubre lo que hay en un cuarto vetado a las enfermeras en general llamado POC. En la versión inglesa tiene más sentido que en la traducción española:

Enfermera: "¿Sabes lo que significa POC?"
Abby: "Productos de la concepción. (Products of conception)".
Enfermera: "Pedazos de niños. (Pieces of children). Después de un aborto quirúrgico, cada feto debe volver a ensamblarse cuidadosamente en una placa de Petri para asegurarse de que no falte ninguna de sus partes. Porque si faltan, significa que todavía están dentro del paciente".

Otro momento impactante para una mujer que lucha internamente es el asesinato del doctor Tiller, un médico abortista convertido en provida que fue asesinado en el interior de su Iglesia. Es la gota que colma el vaso y la convence de seguir adelante con la causa, aún sabiendo que pone en riesgo su propia vida y la de su familia. Ni las presiones de su jefa Cheryl la detendrán ya en su decisión:

Cheryl: "Los establecimientos de comida rápida buscan alcanzar el punto de equilibrio con las hamburguesas que venden. las venden casi a precio de coste. ¿Sabes cómo ganan su dinero?"
Abbie: "No".
C. "Con las patatas fritas y la gaseosa, los artículos de bajo costo y alto margen".
A: "Cheryl, lo siento, pero no entiendo..."
C: "El aborto es nuestra patata frita y refresco, pero de alguna manera acabas de decidir que ya no es tu prioridad. El aborto es lo que paga tu salario. Paga tus 400 mil dólares de sueldo mensuales, tus cuatro semanas de vacaciones, tus seguros médicos. El aborto... el aborto es lo que paga todo, para ti y tu familia. Y la política corporativa es simple. Somos un proveedor de aborto."
A: "Pero somos una organización sin fines de lucro".
C: "La organización sin fines de lucro es un estado fiscal, no un modelo de negocio".

Cheryl: "¿Alguna vez has visto los nombres de nuestros donantes? Soros, Gates, Buffett. Eso es lo que nosotros tenemos. ¿A quién tienes, tú, Abby?"

A nivel espiritual el film presenta varias perlas destacables. Destaco tres oraciones:

Una de ellas es el sermón del servicio religioso que comenzará a cambiar la mentalidad de Abby:

Pastor: "Porque Tú creaste mi ser más íntimo. Me entretejiste en el vientre de mi madre. Te alabo porque estoy hecho completa y maravillosamente. Todas tus obras son maravillosas, y las conozco muy bien". Lo maravilloso de este pasaje es que vemos que en el silencio del útero, Dios todavía está formando y moldeando a las personas a su imagen y semejanza".

La segunda oración en el exterior de la clínica también merece ser destacada:

"Señor, encomendamos a tu cuidado las almas de estos cientos de niños, cuyos verdaderos nombres solo Tú conoces. Porque sabemos que están contigo ahora y para siempre. Oramos por la sanación de las madres y padres heridos. Y, Señor, oramos para terminar con el pecado del aborto. Porque en tu palabra prometiste: "Si mi pueblo -sobre el cual mi nombre es invocado- se humilla, y ora, y busca mi rostro, y se convierte de su mal camino, entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra".

La tercera y última es una oración simbólica a las puertas de la clínica derribada, en la que Abby reza a Dios por sus dos hijos abortados: 

"Os quiero mucho, y lo siento. Lamento no haber luchado por vosotros, no haberos amado lo suficiente como para evitar que esto sucediera. Y pienso en vosotros todos los días. Pero sé que algún día os encontraré a ambos en el Cielo, porque Dios es misericordioso. Y ha oído mis clamores, y me ha perdonado".

Por otro lado merece una mención el tema del remordimiento, tocado con mucha sutileza entre Abby y su marido Doug

Doug: "Te amo. Y también Dios. Él te perdonará si se lo pides".
Abbie: "No puedo creer eso. ¿Cómo? ¿Cómo podría?"
D. "Porque Él es Dios".

Vamos con algunos apuntes más. A pesar de la crudeza de algunas imágenes, hay temas que el film no trata. No se menciona los abortos realizados a síndromes de down u otras malformaciones, se limita casi en todos los casos a las prácticas de abortos de adolescentes. Tampoco se habla del empleo de los restos de los fetos en vacunas o productos cosméticos. En este sentido, existen múltiples denuncias a Planned Parenthood sobre ello, y no sería de extrañar su utilización dada la riqueza de células madre que los despojos contienen. En una sociedad como la nuestra no creo que debamos ser tan ingenuos como para creer que no se le da una reutilizacion posterior a ese material tan atractivo para muchas industrias.

Respecto al tema moral del aborto en general me gustaría hacer un comentario. "No juzguéis y no seréis juzgados" (Lc 6,37). Con su vida y ejemplo, Cristo nos llama a denunciar al pecado pero a acoger y perdonar al pecador. Una mujer que recurre al aborto merece toda la comprensión y empatía posible, pues a menudo son sus circunstancias familiares, sociales o económicas las que la lanzan al abismo de una decisión que la marca psicológicamente para el resto de su vida. La película pretende dejar claro que en el tema del aborto hay una cuestión económica que prevalece sobre la moral. Esa es lo que debe ser objeto constante de denuncia. Tras una supuesta lucha por los derechos de la mujer se ocultan los intereses y el marketing de muchas empresas privadas cuya única pretensión es sacar el máximo beneficio económico posible a estas prácticas. La negación al aborto no es solo un tema de fe, sino de valores, una cuestión ética de defensa de la vida y de denuncia de quien antepone el beneficio económico a la defensa de la vida. Esa creo que es la intención del film y la gran enseñanza que me ha dejado su visionado.

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