Como en otras obras del Canal 5 italiano comentadas en este blog, el formato del telefilme presenta una duración de 193 minutos destinados a ser emitidos en dos partes. La dirección corrió a cargo de Ricky Tognazzi, quien ya había dirigido exitosamente otro biopic sobre el juez Falcone y que alterna hasta el presente sus trabajos para Tv con largometrajes cinematográficos.
Para interpretar al Papa Juan XXIII se optó por dos actores distintos. Para el joven Angelo Giuseppe Roncalli el elegido fue el desconocido Fabrizio Vidale, mientras que para interpretar al ya electo Juan XXIII sí se contó con un "primer espada", en este caso el experimentado Bob Hoskins, con una dilatada y exitosa carrera a sus espaldas, si bien es cierto que en la mayoría de casos como actor secundario. En esta obra se trasluce a la perfección todo su potencial interpretativo, recreando con credibilidad una de las figuras más portentosas del siglo XX.
A nivel interno convocó el Concilio Vaticano II, casi 100 años después del anterior Concilio, iniciando un proceso de cambios y de actulización de la Iglesia Católica, que tenía que dar una respuesta racional y pastoral a un mundo cada vez más secularizado. También destacó por su labor ecuménica, con acercamientos importantes por primera vez en la historia moderna a las Iglesias Ortodoxas y Protestantes.
A nivel personal el telefilm nos muestra un hombre valiente, sacrificado, de oración y al que no le pesaba la enorme tarea que recayó sobre sus espaldas. Refleja también su parte más humana, con las lógicas dudas de quien toma decisiones que afectan a millones de seguidores. Tampoco se ocultan las miserias mundanas del Vaticano, y las controversias de Juan XXIII con el ala más conservadora de la Iglesia. Con un peculiar sentido del humor y una sonrisa casi permanente en su cara es famosa su frase "Cualquiera puede convertirse en Papa. La prueba de ello es que yo he llegado a serlo". Su relación con el Abate Pierre, el Padre Pío o Jacques Maritain son también reflejadas a lo largo del telefilm.
Aunque no forma parte del film, de este Papa siempre me ha llamado la atención su famoso "Decálogo de la serenidad", que os invito a leer porque no tiene desperdicio.
Lo dicho, una fenomenal oportunidad de conocer mejor la egregia figura de Roncalli en uno de los periodos más convulsos de la Iglesia Católica.
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