Desde que era pequeño recuerdo haber visto películas clásicas sobre las apariciones de
Lourdes y
Fátima. Son películas tan antiguas que las he tenido que rever para poder comentarlas de manera más completa. Me dispongo con ello a rellenar un hueco necesario, ya que sobre la
Virgen de Lourdes solo había comentado hasta el momento la algo irreverente "
Lourdes" por lo que en justicia no podía dejar pasar más tiempo sin comentar la que hoy nos ocupa y
Aquella joven de blanco (1964) que también he vuelto a ver en estos días y comentaré en breve.
La película de Henry King (Las nieves del Kilimanjaro) que hoy comentamos se puede considerar el primer largometraje dedicado a la figura de la Virgen María. Promocionada con el slogan "¡Aquí está la grandeza... la maravilla... y la majestad... que ninguna palabra humana puede describir!", ganó cuatro Oscars de los doce a los que estaba nominada, destacando el de mejor actriz y mejor fotografía. 80 años después el tiempo ha pasado por ella, pero conserva aún elementos sobre las apariciones que posteriores producciones han tenido que copiar a la fuerza.
El reparto está encabezado por la cinco veces nominada al Oscar -y ganadora únicamente en ésta- Jennifer Jones como Bernadette Soubirous. Se da la circunstancia de que con esta interpretación, Jones fue la primera mujer en la historia en ganar conjuntamente el Oscar y el Globo de Oro. La acompañan Charles Bickford como el Padre Peyramale, William Eythe en el papel de Antoine Nicolau y un joven Vincent Price (sí, el actor que hace de inventor en Eduardo Manostijeras...) como el fiscal Vital Dutour. La música -ganadora del Oscar- corrió a cargo de Alfred Newman y la meritoria fotografía es obra del tres veces oscarizado - incluida ésta- Arthur C. Miller. Es curioso que en el doblaje español se prescindió de la B.S.O. de Newman y en su lugar fue sutituida por otra de autor desconocido, a excepción de los momentos de las apariciones. Ignoro el motivo de esta modificación y no he encontrado información al respecto.
La película narra la historia en 1858 de las apariciones de la Virgen de la Inmaculada Concepción en la gruta de Massabielle, cerca de Lourdes (Francia) a una joven llamada Bernadette Soubirous. En su aldea nadie la cree al principio, pero las revelaciones que realiza y los milagros que se van produciendo hacen que la jerarquía de la Iglesia, los médicos y las autoridades civiles investiguen a fondo los hechos.
Comentamos como siempre algunas de las frases espirituales que más me han gustado al hilo del argumento:
Comienzo por los créditos iniciales, que en sí son ya una frase para la reflexión: "Esta es la historia de Bernadette Soubirous que vivió en Lourdes, un pueblo en el sur de Francia cerca de la frontera española. Para aquellos que creen en Dios, no es necesaria ninguna explicación. Para aquellos que no creen en Dios, ninguna explicación es posible".
Luego se nos presenta a Bernadette como una mala estudiante y en constante conflicto con una religiosa, como refleja este diálogo:
Hermana Marie Therese Verzous: "¿Eres impertinente, indiferente o solo estúpida?"
Bernadette: "Soy estúpida, hermana. Tengo mala cabeza para estudiar."
La primera aparición sucede rodeada de sus hermanos y amigos, salvo que estos no pueden ver nada. Así la explica el film:
Marie Soubirous: "¿Qué estabas haciendo allí, arrodillada en las rocas?"
Bernadette: "¿No viste a nadie?"
M. S.: "¿Quién?"
Jeanne Abadie: "¿Había alguien contigo en esa cueva?... Oh, alguien estaba; y estabas orando por el perdón".
B.: "¡Jeanne!"
M. S.: "Vamos, dinos quién fue".
B: "Bueno, si te lo digo, debes jurar que no me delatarás. Si mamá se enterara, podría darme con un palo".
M. S.: "Lo juro".
J. A.: "Te doy mi palabra pero no juraré. Jurar así es pecado mortal, y no querrás que peque así justo antes de mi primera comunión, ¿verdad?... Ay, vamos, cuéntanos".
B.: "Bueno, vi a una dama, y ella estaba toda de blanco; y vestía un cinto azul y tenía una rosa de oro en cada pie. Nunca he visto nada en mi vida tan hermoso".
J. A.: "Ah, tonta. ¿Qué estaría haciendo una hermosa dama en un lugar asqueroso como este?"
B.: "No lo sé. Pero ella estaba allí, realmente lo estaba".
La segunda aparición es también registrada con un diálogo posterior muy interesante, es este caso con el molinero Antoine Nicolau:
Antoine Nicolau: "¿Qué pasaba? ¿Qué pasó?"
Bernardette: "La Señora estuvo mucho tiempo allí y me habló".
A. N.: "¿Ella habló contigo? ¿Qué dijo ella?"
B.: "Ella dijo: '¿Me darás la gracia de venir aquí todos los días durante 15 días?' Y luego añadió: 'No puedo prometerte hacerte feliz en este mundo, solo en el próximo'."
Comienzan así las dudas, las investigaciones, las primeras conversiones y milagros. El personaje principal de las mismas es en el film el Dr. Dozous, presentado como un ateo, aunque en la realidad era creyente y se decantaba más por la locura de Bernadette. Destaco algunas frases de este proceso:
Dr. Dozous: "Muy cerca de ella, dos veces seguidas, escuché un largo y dilatado "Sí", extraído de sus profundidades".
Dr. Dozous: "Le pregunté '¿Sabes lo que es un pecador?' Y ella respondió: 'Ciertamente, señor. Pecador es el que ama el mal'. Esa es una muy buena respuesta. Lo que me complació es que ella dijo 'ama' y no 'hace'."
Obispo de Tarbes: "La Comisión sólo puede dictar una de tres decisiones. Primero: "Eres una impostora, pequeña Soubirous. Vete a un hogar de delincuentes juveniles". Segundo: "Eres una loca, pequeña Soubirous. Vete a un manicomio". Tercero...
Peyramale: "Eres el más raro de los seres mortales, pequeña Soubirous".
Procurador Imperial Dutour: "Si le entiendo bien, doctor, entonces la ciencia excluye el fraude; excluye la enfermedad mental y excluye un acontecimiento milagroso. Me aventuro entonces a preguntarle a la ciencia, ¿qué queda?"
Dr. Dozous: "Sí, ¿qué queda...?"
Tía Bernarde Casterot: "Ella ve a esta señora. Nadie más lo hace. ¿Quién eres tú para decir que está equivocada y tú tienes razón? Bien puede ser una criatura celestial... ¡Irás con ella! Todas las mujeres de la familia deben estar a su lado. Iré. Y cuando camine con ella... ¡que cualquiera se atreva a reír!"
Tras la aceptación tácita del milagro se pasa al fin de la vida de Bernadette, con solo 35 años. Con humildad, espíritu de sacrificio y muy enfermiza, pasa sus últimos años en las Hermanas de la Caridad de Nevers donde muere de tuberculosis. Allí también se gana la admiración de todos y muere en olor de santidad:
Madre Superiora: "¿Y bien, doctor?"
Dr. St. Cyr: "Bueno, además del gran tumor en la rodilla, tiene tuberculosis en los huesos. ¿Nunca se ha quejado de dolor?"
M. S.: "No. ¿Lo ha hecho?"
Hermana Marie Therese Verzous: "Nunca lo mencionó".
D. S. C.: "No puedo entenderlo. Ha tenido esta aflicción durante mucho tiempo, y el dolor y el sufrimiento constantes asociados con esta enfermedad son casi demasiado horribles para describirlos".
H. M. T. V.: [se aleja, entra tambaleándose en la capilla del convento y se arrodilla en oración] "Oh, Dios. He tratado de asaltar las puertas del cielo sacrificándome. Ahora sé que debemos ser elegidos... que debemos ser agraciados como tú has agraciado a esta niña. Dios perdoname. La he perseguido, y no le creí... porque estaba llena de odio y envidia. Dios me ayude a servir a esta alma escogida por el resto de mis días. ¡Dios ayúdame! ¡Dios ayúdame!"
Las últimas palabras de Bernadette según sus biografos fueron: "Santísima María, Madre de Dios, ruega por mí". Sin embargo, las recogidas en el film son este diálogo con el Padre Peyramale:
Bernadette: "Su Reverencia, Sí la vi".
Peyramale: "Sí, hija mío, lo hiciste. Y la volverás a ver".
B.: "Tal vez no he sufrido lo suficiente".
P.: "Bastante has sufrido, hija mía, por el Cielo de los Cielos".
Algunos datos erróneos (o discutibles) de la película son los siguientes:
En primer lugar, Jennifer Jones tenía 24 años cuando interpretó a la vidente, mientras que Bernadette Subirous era una muchacha de sólo 14. Demasiada diferencia de edad para mi gusto.
Buscando la polémica que aumentara el marketing del film, la actriz que encarnó a la Virgen María fue Linda Darnell, una joven con fama de chica fiestera que para colmo estaba embarazada durante el rodaje. La potente luz que irradiaba y los anchos vestidos que utilizó ocultaron esa condición en la joven.
Hacia el final de la película, el Padre Peyramale dice que la curación de Adolard Bouhouhorts fue el primer milagro atribuido al manatial. En realidad, la devolución de la vista del cantero fue el primero.
Finalmente, el Padre Peyramale murió en 1877, dos años antes de la muerte de Bernadette, por lo que no estuvo presente en su lecho de muerte, lo que convierte esa última escena en imposible.
A pesar de estos errores, la película constituye un acercamiento muy fiable del relato de las apariciones de la Virgen de Lourdes, lo que hacen muy conveniente su visionado.
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