lunes, 20 de octubre de 2025

La fidelidad de Dios: 2 Timoteo

La Segunda Carta a Timoteo forma parte de las llamadas "Cartas pastorales" de San Pablo. La Primera Carta a Timoteo se compone fundamentalmente de exhortaciones que el Apóstol de los gentiles daba al propio Timoteo, a los obispos, presbíteros, diáconos y responsables de comunidades, así como consejos en el tratamiento necesario para diversas personas. Esta segunda carta tiene únicamente 4 capítulos, y tienen un tinte de despedida, pues Pablo está preso y prácticamente esperando sentencia. La fidelidad al ministerio en medio de la dificultad, de la prueba -y del sufrimiento que conlleva- son por ello claves para comprender el contenido de su mensaje. 

Algunas partes de esta Carta son muy profundas teológicamente hablando, mientras que otras -sobre todo el final y las despedidas- no dejan de ser meras curiosidades históricas que aportan poco a la espiritualidad cristiana. De entre este material me quedo con tres versículos en los que el apóstol intenta sintetizar el núcleo del dogma cristiano. Lo hace precisamente alabando la fidelidad de Cristo, pues aunque Él pudiera renegar de una persona, por su naturaleza únicamente puede ser fiel, cosa que no podemos decir de todos los seres humanos. 

2 Timoteo 2, 11-13

Esta doctrina es digna de fe: Si hemos muerto con él, viviremos con él. Si somos constantes, reinaremos con él. Si renegamos de él, él también renegará de nosotros. Si somos infieles, él es fiel, porque no puede renegar de sí mismo.

No hay comentarios :

Publicar un comentario