Para dar vida a los personajes de la mencionada novela se optó por actores de perfil bajo como George C. Scott (Kinderman, le valió una nominación a los Premios Razzie como peor actor principal), Ed Flanders (Padre Dyer), Brad Dourif (Géminis) y Nicol Williamson (Padre Morning). Desaparece del elenco Linda Blair aunque se recupera a Jason Miller como el Padre Karras - Paciente X. Sin haber ninguna estrella mediática se perdía en calidad interpretativa pero se ganaba en solvencia y en un reparto coral que funciona de manera correcta.
Con un presupuesto de 11 millones de dólares consiguió recaudar 44, aprovechando aún el tirón de la primera entrega. En ese sentido continuista hay que entender la campaña publicitaria que intencionadamente situaba esta entrega en continuidad directa con la primera parte: ¿Te atreves a caminar estos escalones de nuevo? mencionando las icónicas escaleras en las que muriera el padre Karras en el origen de la saga. De la misma manera se volvió a contar con el pegadizo -casi obsesivo- Tubullar Bells de Mike Oldfield como parte de la B.S.O. Si bien a nivel de crítica consiguió mejorar el resultado de su antecesora, ni de lejos obtuvo un reconocimiento como el de la primera entrega. Por otra parte, algo que sí es común -en este caso en las tres entregas- es la variedad en la que la cinta se puede visualizar, ya que además de la estrenada en los cines existe una versión anterior del director (Director´s cut) con más de 20 escenas diversas, lo que la pueden hacer considerar casi una película distinta.
La trama está ambientada diecisiete años después de El Exorcista, como hemos comentado sin hacer ninguna referencia a nada de lo acontecido en el Exorcista II: El Hereje, si bien es cierto que tampoco se aporta ningún elemento que se oponga a lo que en esa película se contaba. En este caso, el teniente William F. Kinderman comienza a ver indicios de que existe una relación entre un asesino en serie que ha sido ejecutado pero que perece seguir actuando misteriosamente (Géminis) y el exorcismo que el padre Karras realizó a Regan McNeil varios años atrás. Todo hace indicar que el demonio ha vuelto y que el Padre Dyer y el Padre Morning deben volver a combatirlo...
Como realicé en las anteriores entregas me gustaría comentar algún diálogo por su contenido espiritual, asociado como no podía ser de otra manera en estas películas a la presencia del Maligno en el mundo. Comenzamos con un diálogo entre el Padre Kavanan y un desconocido que se acerca para confesarse, aparentemente con pecadillos veniales pero tras el que se oculta un monstruo sin corazón:
El segundo pertenece al protagonista principal, el teniente Kinderman. Se trata de una auténtica confesión de fe, pero no de fe en Dios, sino de fe en el diablo. Aunque quizás sea las dos cosas, ya que como diría Charles Baudelaire “El mayor truco del diablo fue convencer al mundo de que no existía”, por lo que confesar su existencia de una manera tan explícita no está lejos de ser una verdadera confesión en Dios, su antagonista:
Kinderman: "En esto creo... Yo creo en la muerte. Creo en la enfermedad. Creo en la injusticia y la inhumanidad, la tortura, la ira y el odio... Creo en el asesinato. Yo creo en el dolor. Creo en la crueldad y la infidelidad. Creo en la baba y el hedor y cada cosa pútrida y reptante... cada posible fealdad y corrupción, hijo de puta. Creo en ti".
La última frase que me gustaría destacar pertenece al exorcismo que vemos en el film, en el que el Padre Morning intenta retar y desenmascarar al diablo que posee al Paciente X - Padre Karras:
Padre Paul Morning: "¡Tú, ladrón de la vida! ¡Tú, autor del dolor! ¡Tú, corruptor de la justicia, de la inocencia y de la juventud!".
Tras este exorcismo se produce la "segunda muerte" del padre Karras, terminando así momentáneamente una saga que ya solo sería ampliada por el principio, con la precuela que comentaremos la semana que viene.
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