lunes, 16 de mayo de 2022

Fallen (EE.UU., 1998)

Fallen (literalmente "Caído") es un thriller policiaco dirigido por Gregory Hoblit, quien por aquel entonces atesoraba ya mucha experiencia en películas y series policíacas y de intriga como Canción Triste de Hill Street o Las dos caras de la verdad; y que contó con un reparto de auténtico lujo con Denzel Washington, John Goodman y Donald Sutherland en los papeles principales. La película explora el tema de las posesiones demoníacas desde un punto algo diferente al clásico, siendo en este sentido bastante original aunque visualmente menos atractiva que otros filmes similares. La BSO merece una mención especial, sobre todo el tema Time Is On My Side interpretado por The Rolling Stones.

El eslogan publicitario del film no puede ser más sugerente: "El detective John Hobbes está buscando a un criminal al que ya conoció... ya atrapó... y ya mató". Sin embargo, a nivel comercial no fue en absoluto rentable, arrojando su balance final unas pérdidas de cinco millones de dólares. 

El argumento es un despliegue del eslogan mencionado: En Filadelfia, el detective de homicidios John Hobbes (Denzel Washington) acude a presenciar la ejecución de un asesino en serie, Edgar Reese. Tras tener una "conversación de despedida" y asistir al ajusticiamiento, todo parece haber concluido, pero sin embargo ese final no es más que un comienzo. De repente, una serie asesinatos con un patrón similar al estilo de Reese vuelven a producirse en el entorno de Hobbes. El desconcierto del detective, de su compañero Jonesy (John Goodman) y del teniente Stanton (Donald Sutherland) serán más que evidentes. 

El comentario teológico-espiritual, en esta ocasión, es imposible realizarlo sin realizar el temido spoiler. No obstante, el film es antiguo y espero aportar algunas claves a quienes entren en el Blog curioseando sobre este título sin fastidiar a nadie que no lo haya visto aún. 

Toda la trama gira en torno a uno de los nombres atribuidos al demonio: Azazel. En concreto este nombre aparece cuatro veces en la Biblia, todas en el capítulo 16 del Libro del Levítico, donde se dan unas normas para entregar dos chivos en la celebración del Yom KippurDía de la Expiación, uno a Dios y otro a Azazel. Las características que se le atribuyen en el filme (pasar de un cuerpo a otro a través del contacto físico) no son referidas en el Texto Sagrado, si bien no son extrañas a las dadas al Príncipe del Mal. Según la tradición, Azazel sufre la maldición de vagar por la tierra sin ningún cuerpo fijo, pero puede poseerlos y cambiar a otro cuerpo con cualquier contacto físico.

La película comienza de manera muy original, con las enigmáticas palabras del propio Azazel: "Quiero hablarte sobre la vez que casi muero...". En la primera entrevista de Hobbes con el condenado Reeze, Azazel ya posee al asesino en serie y se presenta "formalmente", aunque al hablar en arameo no descubrimos su identidad hasta más tarde. Lo que parece un galimatías es una amenaza en toda regla. La traducción de sus palabras es: "No puedo entrar en ti con el tacto, pero incluso cuando pueda, cuando sea un espíritu, no lo haré. No. Mejor te pillaré de verdad. Te joderé arriba, abajo, izquierda, derecha, yendo y viniendo. Me acercaré tanto a ti, tan cerca, que te romperé por dentro. Y si eso no funciona, tengo otras formas. Tengo tantas, tantas maneras...". Tras la muerte de Reeze el espectador empieza a sospechar que algo raro pasa. El condenado tararea una melodía en la cámara de gas y poco después otras personas comienzan a tararearla también. Poco a poco vamos comprendiendo que el demonio puede salir de un cuerpo y poseer otro, y que para ello necesita un contacto físico. 

Tras una exhaustiva investigación sobre el tema, el detective Hobbes logra descubrir la verdad y tiene una idea brillante para exterminar al maligno. Su plan consiste en citarse en medio del bosque con su compañero Jonesy (de quien sospecha que está poseído por Azazel) asesinarlo y suicidarse para que el demonio no tenga a nadie cerca en quien encarnarse. En cierta manera -y salvando las distancias- se trata de un auto-sacrificio semejante al de Jesucristo: morir como víctima inocente para salvar a la humanidad. Evidentemente hay matices diferentes, pero el sacrificio redentor es muy usado en este tipo de filmes, como en El Fin de los días o Pactar con el diablo. Así desvela su brillante plan en el diálogo final:

John Hobbes: "Vamos Azazel. Abre tus ojos" (se mete un cigarro en la boca). "Mira a tu alrededor".(enciende su cigarrillo)
Azazel: "¿Que es esto? Tú ya no fumas".
J.H.: "Tienes razón, no lo hago. ¿Sabes por qué? Porque los cigarrillos matan. Especialmente los cigarrillos mezclados con veneno".
A.: "Mierda".
J.H.: "El mismo tipo de veneno que usaste para matar a mi hermano".
A.: "Eh, eh, vete a la mierda".
J.H.: "Sí, lo sé. fue tan dulce  (cantando) El tiempo está de mi lado. Sí lo está".
A.: "Vete a la mierda, hijo de puta".
John Hobbes: (Coge su arma) "Adiós, Jonesy". (le dispara a Jonesy en la cabeza, quien está poseído por Azazel) 

La idea del policía es brillante... pero... Azazel termina el film despidiéndose con sus últimas palabras:

"Como dije antes, me golpearon. Estaba maltratado, cansado y engañado por el detective John Hobbes. Era inquietante saber que había estado vivo durante mil años y que me daba cuenta de que en realidad iba a morir porque un policía santurrón creía que iba a salvar el puto mundo. Sí, un demonio puede morir, y Hobbes finalmente supo cómo vencerme en mi propio juego..."
"¡Ay! Olvidaste algo, ¿no?. Iba a contarte la vez que CASI muero..." (risas, aparece de entre loss matorrales un gato  con los ojos relucientes que se acerca a los cadáveres) "¡Nos vemos!".

Una película entretenida, con cierta profundidad y que refleja una realidad teológica incuestionable: mientras que el mundo sea mundo no podemos derrotar al maligno para siempre. Mejor dicho, ya está derrotado, pero no por nosotros, sino por Jesucristo... pero él no lo sabe y continúa haciendo todo el daño que puede mientras no se agote su tiempo, que poco a poco se le acaba...

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