Líbranos del mal no es únicamente una película sobre exorcismos. Al igual que
Seven o
Fallen, su perspectiva es más bien la de un
thriller policíaco, si bien a diferencia de aquellas, en esta el mal es atribuido a un elemento sobrenatural, lo que requerirá como solución la intervención de un sacerdote a través de un exorcismo. Como película responde así a un público bastante ávido de estos dos temas. Como prueba hay un dato esclarecedor: obtuvo 87 millones de dólares de recaudación sobre una inversión inicial de 30, lo cual habla a las claras de su éxito comercial. Como buen
film de este género, se anuncia a bombo y platillo como
"basada en hechos reales" más concretamente en casos recogidos en el libro
"Cuidado con la noche" escrito por el policía
Ralph Sarchie, quien además de tener una brillante carrera profesional terminó convirtiéndose en experto demonólogo. El director y guionista de la película es Scott Derrickson, experimentado en películas de este tipo como El exorcismo de Emily Rose (2005) o Sinister (2012). Con ese background, el director nacido en Denver es capaz con pocos elementos de crear un clima de suspense y terror a partes iguales. En este caso, bajo mi punto de vista, abusa un poco de los planos oscuros y de bichos repugnantes de todo tipo, aunque consiguen el objetivo de tenerte en tensión y erizarte la piel en más de una ocasión.
El elenco de actores -bastante interesante- está encabezado por Eric Bana (Ralph Sarchie), Edgar Ramirez (Padre Mendoza) y Olivia Munn (Jen Sarchie). Lamentablemente, una gran parte de las interpretaciones se pierde por lo oscuro de los planos, pero a pesar de ello, logran dar un toque creíble al film en todo momento.
De la BSO destacan poderosamente las tres canciones de The Doors: People Are Strange, Riders on the Storm y Break On Through (To the Other Side), que acompañan perfectamente el ritmo rockero y "endiablado" del film. De hecho, toda la película está llena de referencias a The Doors.
Vamos con el argumento. Ralph Sarchie es un agente de operaciones especiales de la policía de Nueva York con una vida bastante estresante y en contacto con el lado oscuro del ser humano. Una serie de sucesos aparentemente aislados -pero interconectados entre sí- lo llevan tras la pista de tres ex-marines de la guerra de Irak: Tratner (arrestado como maltratador por Sarchie), Griggs (suicida con una mujer encerrada en el psiquiátrico) y Santino (quien parece ser la clave para resolver el complicado puzle). Tras presenciar una serie de fenómenos paranormales, Sarchie recurrirá al Padre Mendoza, experto en exorcismos.
Como en otras ocasiones, vamos a ir comentando algunos temas interesantes que transmite el film al hilo de diálogos del mismo. Me gustaría comenzar con la presentación del sacerdote, que es bastante curiosa, incluyendo algo de humor necesario en este tipo de películas para rebajar la excesiva tensión de la trama:
Mendoza: "Joe Mendoza. Ella es una de mis "encargos"".
Sarchie: "¿Uno de sus "encargos"?¿Qué significa eso?"
M.: "Soy un sacerdote jesuita".
Butler: ¿No parece uno de los sacerdotes sobre quien siempre lees? ¿Esos que mueren en la cama con prostitutas y drogas?
M.: "Hay peores caminos por recorrer".
S: "¿Dónde está su alzacuellos, Padre?"
M.: "Trabajo de incógnito, como usted".
Uno de los puntos fuertes del film es mostrar la transformación interior de Sarchie, un policía que ha dejado de creer en Dios debido al mal que presencia de manera cotidiana. Como hemos apuntado anteriormente, de no creer en nada paranormal el policía se dedicará profesionalmente a la investigación de esos casos
Sarchie: "¿Qué puedo hacer por usted, Padre?".
Mendoza: "Debe ser católico. es la segunda vez que me ha llamado Padre".
S: "Yo era monaguillo en San Ignacio. Fui criado como católico".
M.: "Pasado".
Sí. "Supongo que superé todo eso".
M.: "¿Superaste a Dios?"
M.: "Creo que el problema de Jane es de naturaleza espiritual".
S: "Lo sabía". (Riéndose con sarcasmo)
M.: "He experimentado dos tipos de maldad en esta vida, Oficial Sarchie. El mal secundario, el mal que hacen los hombres. Estoy seguro de que sabe todo sobre eso".
S: "He visto bastante"
M.: "Y el mal primario, que es algo otra cosa distinta por completo".
S: "¿Que quiere decir?"
M.: "Estoy seguro de que recuerda que en la enseñanza católica hay señales muy específicas que indican la presencia de un espíritu maligno. Bueno, Jane está demostrando muchos de ellos".
S: "¿Cree que está poseída? Lo siento, padre, pero yo creo que eso es ridículo culpar a las hadas invisibles de las cosas malas que hace la gente.".
M.: "Entonces no ha visto el verdadero mal".
Precisamente esta última frase ("No has visto el verdadero mal") es el eslogan promocional de la película. La primera hora de la película transcurre entre investigaciones policiales y sobresaltos, pero sin excesiva intervención del sacerdote ni del elemento religioso. En la segunda parte, no obstante, la presencia de Padre Mendoza es constante, dando lugar así a conversaciones más importantes. Destaco a continuación algunas de ellas, especialmente la de la necesidad de estar en gracia de Dios (confesar) antes de dedicarse a combatir el mal.
M.: "El creador de este video podría estar enviando mensajes. Tal vez conoce tu don".
S: "¿Mi don?"
M.: "Esas corazonadas que tienes, qué tu pareja llama a tu radar, lo llamamos "el discernimiento de los espíritus". Puedes sentir lo que otros no pueden. Es un don espiritual, pero también te pone en riesgo. Te convierte en un objetivo".
M.: "¿Tienes un crucifijo en tu casa?"
S: "Somos italianos. ¿Qué crees?"
M.: "Bien. Eso es un comienzo. si has estado llamado a la Obra, tú y tu familia ya estáis en peligro".
M.: "Y ahora escúchame. No puedo ayudarte más a menos que te humilles ante Dios".
S: "¿Qué quieres decir, con una confesión? ¿En una iglesia?"
M.: "No necesitamos una iglesia. Podemos hacerlo aquí mismo. Puedes llamarlo confesión, admisión de culpa, sincerarse, terapia... lo que sea. Es un mal espiritual con el que estás lidiando, Sarchie. No puedes pelear contra él de la forma habitual" .
M.: "Un santo no es un ejemplo moral. Un santo es un dador de vida".
M.: "Y la venganza siempre destruye al vengador".
M.: "Cada cultura, cada religión desde que los humanos cayeron de los árboles ha practicado exorcismos. La mayoría de ellos son una mierda. Es verdad. Pero tal vez el 10 o el 15% no lo son".
Con ello llegamos al exorcismo, bajo mi punto de vista excesivamente corto y atropellado. Debido a lo extenso de la trama, se concentra en apenas 2-3 minutos. En él se suceden seis pasos que el Padre Mendoza va anunciando a Sarchie y de paso al espectador, ya que todo sucede tan deprisa que sin esa ayuda auditiva no daría tiempo a asimilarse. Por cierto, esas seis etapas no están recogidas en ningún manual, forman parte de la invención de los guionistas:
M.: "Hay seis etapas en el exorcismo. Presencia, simulación, punto de quiebra, voz, choque y expulsión. Durante cada etapa, harás exactamente lo que te diga y nada más. No le hables. No lo escuches. Solo lee y ora. ¿Lo entiendes?"
S: "Si, lo tengo".
La película termina con un nuevo sacramento, en este caso un bautismo, en el que casualmente -y por exigencias del guión- el único que hace la profesión de fe necesaria es Sarchie:
M.: "¿Que niña se presenta en esta casa hoy para recibir el santo bautismo?"
S: "Daniella Ann Sarchie".
M.: "¿Y quién presenta a esta niña para ser bautizada?"
S: "Jennifer y Ralph Sarchie".
M.: "Ralph Sarchie, ¿Renuncias a Satanás y a todas sus obras?"
S: "Renuncio a él, a todas sus obras, y a todos sus caminos. Renuncio a todo mal".
Para terminar el comentario, vamos a analizar la figura del maligno. ¿Quién es el demonio del
film y que características tiene? Podemos responder a esta pregunta afirmando que hay un guiño a
"El Exorcista", que hace proceder al demonio
Pazuzu de
África y
Mesopotamia. En este caso procede de Irak:
M.: "Las imágenes son pictografías persas, pero las palabras están en latín".
S: "¿Persa y latín?"
M.: "Sí. Eso no es extraño en sí mismo. Esa mezcla ha estado ahí desde antes del tiempo de Cristo cuando los romanos ocuparon el Medio Oriente".
Las imágenes referidas en ese diálogo contienen las palabras "Invocamus te vi ingrediaris ab inferis" que significan "Te llamamos con fuerza para que entres desde el infierno". Aparecen en varias ocasiones a lo largo del film.
En el exorcismo el demonio revela su nombre, Jungler (Jungla) lo que concuerda con las escenas iniciales de Irak y del zoo de Nueva York. No se ha buscado en este caso un nombre bíblico sino uno que concordara con la historia.
Como características fundamentales podemos señalar las comunes a este tipo de películas: la persona poseída produce ruidos extraños, obliga al poseído a arañar el suelo, se autolesiona con marcas en la piel, realiza contorsiones imposibles, provoca suicidios, emite voces extrañas, habla lenguas extrañas como el latín, manifiesta una fuerza sobrehumana o conoce datos íntimos del exorcista o sus acompañantes. Todo de manual, excepto que en este caso el demonio posee simultáneamente a los tres ex-marines y una de sus mujeres, no limitándose únicamente a uno de ellos. Eso sí es una novedad que me extraña al estar supuestamente basada en hechos reales. También la aparición de una especie de corona de espinas en el poseído me resultó novedosa.
En resumen, una película muy interesante para los que nos gusta el género del thriller y el tema de las posesiones. Recomendable.
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