Por aquel entonces terminaba esa entrada comentando que lo único que quedaba de mi relación con esa espiritualidad -más allá de la añoranza y la nostalgia de los tiempos de juventud- era la de escuchar su hermosa música, esa que me ha acompañado a lo largo de mi vida en muchos momentos importantes de la misma. Desconozco el motivo, pero esta Cuaresma se ha producido un incremento notable de esas audiciones, como si necesitara de manera especial la paz y el recogimiento que me han inspirado siempre, y que me están acompañando en muchos momentos de oración-meditación de estos días.
Parte de culpa de ello la tienen las Nuevas Tecnologías (no todo iba a ser malo...) ya que hace unos años me creé una lista en Spotify con las que para mi gusto son las mejores canciones de meditación de Taizé. Recuerdo que en mi estancia en la localidad francesa allá por el año 1994 empleaba mis tardes en el coro que ensayaba para las celebraciones, y evidentemente son muchas de esas canciones de mi época las que me resultan más pegadizas y las que consiguen centrarme cuando ando algo disperso. El repertorio ha ido creciendo conforme han pasado los años, y muchos álbumes más han sido publicados con nuevos temas, pero para mí (y creo que para muchos como yo con los que he tenido oportunidad de hablar de este tema) como las canciones de los primeros discos y cassettes (luego vendrían los Cds...) no hay otras canciones que ni siquiera se acerquen a la melodía y las letras de aquellas.
Por si a alguien le ayuda, os comparto este enlace de las que para mí son las 21 mejores canciones de Taizé y las que más me ayudan en la oración. No pueden faltar, evidentemente, las españolas "Nada te turbe", "De noche iremos" o las latinas "Ubi Caritas", "Confitemini Domino" o "Bonum est confidere". Aunque también las hay inglesas "Jesus, remember me", italianas "Dona la pace", alemanas "Herr wohin" y, como no podía ser de otra forma, francesas "Bénissez le Seigneur".
Espero que os sirvan tanto como a mí.
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