Que la Cuaresma es un tiempo de conversión, de cambio y de arrepentimiento es algo que a estas alturas nadie desconoce. Un tiempo propicio para acudir al sacramento de la Penitencia, del Perdón, de la Reconciliación o Confesión, una gracia de Dios con tantos nombres pero que oculta una única realidad: Dios nos espera como el Padre de la parábola del hijo pródigo, al borde del camino, yendo cada día a ver si su hijo se arrepiente y vuelve a casa. Más aún, Dios sale en nuestra busca como el pastor que abandonando a las noventa y nueve ovejas va en busca de la descarriada. Esa es la Cuaresma, que habrá sido un tiempo fructífero si consigue conmover nuestro corazón y acercarlo a Dios o un tiempo de monotonía si el transcurrir de los días no alcanzan a tocarlo.
Sea como fuere, no habrá otra Cuaresma igual a esta. El año que viene, si Dios quiere y estamos vivos, nuestras circunstancias existenciales habrán cambiado, para mejor o para peor, pero habrán cambiado. Así que aprovechemos estos días que no volverán a repetirse.
Han pasado ya tantas Cuaresmas desde que comenzó el Blog -dieciocho- que el material recopilado en él es abundante y provechoso. Os dejo algunos links interesantes de otras publicaciones de años anteriores que os pueden servir como lectura espiritual y propicia para este tiempo:
Miércoles de Ceniza: Origen y Sentido
El tren de la vida: Reflexión para Cuaresma.
Miércoles de Ceniza y Cuaresma: Reflexión sobre el ayuno, la limosna y la oración
Miércoles de Ceniza: El Judas de Leonardo da Vinci: Un cuento cuaresmal
Una historia real de perdón para Cuaresma: Un caso real
Un cuento cuaresmal: El sacrificio del hijo: Otro cuento de Cuaresma
Comentario del hijo pródigo: Ideal para Cuaresma
Que os aproveche. Lo dicho, hagamos valer este tiempo único e irrepetible.