La Iglesia celebra hoy a San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), santo napolitano doctor de la Iglesia y fundador de los Misioneros Redentoristas. Es el patrono de confesores y moralistas ya que sus tratados de moral son fundamentales para la propia moral de la Iglesia. También es muy conocida su devoción a la Virgen María. Copio sus "Glorias de María" para la meditación:
1- Oh María dulcísima y madre amorosísima, esto es lo que quieres, que nosotros, como niños, te llamemos siempre a ti en todos los peligros y que recurramos siempre a ti que nos quieres ayudar y salvar, como has salvado a todos tus hijos que han acudido a ti.
2- Jamás debe un pecador temer ser rechazado por María si recurre a su piedad; porque ella es la madre de la misericordia y, como tal madre, desea salvar a todos, hasta a los más miserables.
3- Ella misma promete la gracia de la perseverancia a todos los que la sirven fielmente en esta vida: “Los que se guían por mí, no pecarán; los que me dan a conocer a los demás, obtendrán la vida eterna.
4- Si todos los hombres amasen a esta Señora tan benigna y amable y en las tentaciones acudiesen siempre y pronto a su socorro, ¿quién jamás se perdería?
5- ¡Bienaventurado, hermano mío, si en la hora de la muerte te encuentras ligado con las dulces cadenas del amor a la Madre de Dios! Estas cadenas son la salvación que te aseguran tu salvación eterna y te harán gozar, en la hora de la muerte, de aquella dichosa paz, preludio y gusto anticipado del gozo eterno de la gloria.
6- Oh María, ¿cómo puede haber quien no te ame siendo tú tan amable y agradecida con quien te ama? En las dudas y confusiones aclaras las mentes de los que a ti recurren afligidos; tú consuelas al que en ti confía en los peligros; tú socorres al que te llama.
7- Oh María, nosotros, pobres pecadores, no sabemos encontrar otro refugio fuera de ti. Tú eres la única esperanza de quien esperamos la salvación; tú eres la única abogada ante Jesucristo, en la cual ponemos nuestros ojos”.“
8- Si no quieres verte anegado por la tempestad, mira a la estrella y llama en tu ayuda a María.
9- No desconfíes, pecador; recurre en todas tus necesidades a María; llámala en tu socorro, que la encontrarás siempre preparada a socorrerte, porque es voluntad de Dios que nos auxilie en todas las necesidades.
10- Esta madre de misericordia tiene tal deseo de salvar a los pecadores más perdidos, que ella misma los va buscando para auxiliarlos; y si acuden a ella encuentra muy bien el modo de hacerlos queridos de Dios.
11- ¡Bienaventurado el que siempre, en las batallas contra el infierno, invoca el hermosísimo nombre de María!
No hay comentarios :
Publicar un comentario