Celebramos hoy a San Cayetano (1480-1547), presbítero italiano que destacó por la caridad hacía los enfermos incurables, así como a mejorar la formación del clero y de los laicos. Fundó la Congregación de los Teatinos, así como asociaciones llamadas "Montes de piedad" (Montepíos) que se dedicaban a liberar de la miseria a pobres y marginados, por lo que tras su muerte y canonización fue nombrado patrón del pan y del trabajo. Copio para la meditación una anécdota de su biografía:
Un día en su casa de religioso no había nada para comer porque todos habían repartido sus bienes entre los pobres. San Cayetano se fue al altar y dando unos golpecitos en la puerta del Sagrario donde estaban las Santas Hostias, le dijo con toda confianza: "Jesús amado, te recuerdo que no tenemos hoy nada para comer". Al poco rato llegaron unas mulas trayendo muy buena cantidad de provisiones, y los arrieros no quisieron decir de dónde las enviaban.
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