La Iglesia celebra hoy a San Arsenio (+450), un monje anacoreta consejero del Emperador Teodosio, que abandonó las comodidades de palacio para dedicarse a la oración y la penitencia. Copio algunas de sus frases más conocidas:
- Muchas veces he tenido que arrepentirme de haber hablado. Pero nunca me he arrepentido de haber guardado silencio.
- Siempre he sentido temor a presentarme al juicio de Dios, porque soy un pecador.
- El religioso debe preguntarse frecuentemente: ¿Para qué abandoné el mundo y me hice religioso? y responderse: Me hice religioso porque quiero santificarme y salvar mi alma. Si esto no lo consigo, he perdido totalmente mi tiempo.
- La ciencia infla y llena de orgullo, y en un corazón orgulloso Dios no hace obras de arte en santidad. En cambio los humildes conocen su debilidad, su ignorancia, y su insuficiencia, y ponen toda su confianza en Dios, y en ellos sí hace prodigios de santificación Nuestro Señor.
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