lunes, 20 de enero de 2025

Todo lo puedo en Cristo: Carta a los Filipenses

Tras un parón navideño para comentar un par de películas vuelvo a la labor comenzada en mayo del año pasado de comentar el versículo que más me llama la atención de cada libro de la Biblia. Con este de hoy ya he comentado 21 de los 73, así que aún queda lectura y camino por delante. 

Hoy he escogido la Carta de San Pablo a los Filipenses, concretamente el capítulo 4 y último de dicha carta, que contiene una serie de exhortaciones conclusivas a los habitantes de Filipos, una comunidad emergente a la que Pablo da las gracias por su fidelidad y la ayuda recibida. Ante una muerte cada vez más inminente, el santo anima a los receptores de la misiva con unos versículos preciosos, de entre los que hoy destaco estos dos:

Filipenses 4, 12-13

Yo sé vivir tanto en las privaciones como en la abundancia; estoy hecho absolutamente a todo, a la saciedad como al hambre, a tener sobra como a no tener nada. Todo lo puedo en Cristo, aquel que me conforta.


lunes, 13 de enero de 2025

Navidad y otras fiestas a evitar (A Merry Friggin' Christmas, EE.UU., 2014)

Intrigado por su título y por la siempre atrayente presencia de Robin Williams, estas Navidades ha visto esta película que -debo reconocer- me ha decepcionado bastante. Y el golpe ha sido doble, tanto por lo normalito de lo cinematográfico como por lo mejorable de la aportación espiritual en un contexto navideño, donde supuestamente lo familiar y lo tradicional se prestan a grandes lecciones morales. En este sentido, y aunque como veremos presenta algunos valores, creo que está bastante desaprovechada. A nivel técnico fue dirigida por el británico Tristram Shapeero (su primera y última película hasta el momento, por algo será...). En esta introducción es justo decir que algunas cosas son salvables, eso sí, pero realizando algunas matizaciones para que nadie se lleve a engaños.

Lo primero que hay que destacar es que no se trata de una comedia al uso. Los gags se van sucediendo de manera casi continua pero uno no debe equivocarse. Yo me atrevería a decir que es un auténtico drama revestido de comedia, que es algo muy distinto. Su calificación en EE.UU. (no recomendada para menores de 13 años) ya hace sospechar que lo humorístico es solo el envoltorio que recubre un caramelo mucho más amargo. Tanto el título como su eslogan publicitario ("Pásalas con aquellos que odias") están cargados de ironía, sarcasmo y de una realidad que encierra la película: las Navidades son un arma de doble filo en el que conviven el amor familiar con las tensiones no resueltas entre sus miembros a lo largo de muchos años. 

El argumento es típico de un film navideño. Boyd (Joel McHale) es un hombre al que el trabajo y la familia le van bien, pero no así su relación con su padre Mitch (Robin Williams), un amargado alcohólico que no supo educar correctamente a sus hijos y vive por ello en una soledad interior en la que se siente abandonado, si bien físicamente no lo está pues aún sigue conviviendo con su mujer. Un rocambolesco bautizo unirá de nuevo a toda la familia (los padres y los tres hermanos) en una noche inolvidable y llena de peripecias y disparates, pero que servirá para replantear las maltrechas relaciones entre todos ellos.

Los aspectos espirituales se reducen al ambiente navideño que rodea la película, más allá de la corta escena del bautizo y de la bendición de la cena de Nochebuena. Varios Santa Claus aparecen por doquier en una trama secundaria que dará sentido y solución al gran problema que plantea el film: la ilusión de los más pequeños por la llegada de los regalos navideños.

A destacar que es una de las tres últimas películas interpretadas por Robin Williams antes de su fatal desenlace en ese mismo año. Un papel casi premonitorio, desgraciadamente.  Al final de los títulos de crédito se puede ver una foto del actor con la siguiente dedicatoria: "Dedicada A la memoria amorosa del hombre que nos hizo reír a todos. Robin Williams 1951 - 2014". Que nos hizo reír, sí. Pero también emocionarnos y soltar alguna lagrimilla, ya que el actor tan polifacético siempre escogía papeles en los que el drama se ocultaba tras la sonrisa. 

¿Qué tiene de espiritual entonces este film?, ¿Sólo el ambiente navideño en el que se desenvuelve?. No. Hay algo más. El nudo gordiano que recorre la trama es la relación entre los dos protagonistas masculinos, una relación rota desde la más tierna infancia pero cuyo cordón umbilical no estaba totalmente roto. Mitch admira a su hijo Boyd y se siente orgulloso de él, como finalmente le hace ver. Y Boyd, con el paso de los años y la madurez que este concede, comprende parte del contexto vital de Mitch, una conciencia que en la infancia es imposible de alcanzar. La madre, la esposa y los hermanos de Boyd ponen cada uno su granito de arena para que conozcamos mejor las interioridades de la familia, mientras que sus hijos y sobrinos aportan la parte cómica e inocente de la historia. Es cine familiar y navideño, sí, pero de una dureza y un realismo que la convierten en verosímil.

En definitiva, una película que se deja ver, con partes muy aprovechables, que posee una gran lección moral sobre la vida y la familia y que es de visionado imprescindible para los aficionados a Robin Williams, sin ser de lejos su mejor actuación. 

lunes, 6 de enero de 2025

La leyenda de Santa Claus (Joulutarina, Finlandia, 2017)

No es común visualizar una película finlandesa. Supongo que en toda mi vida habré visto menos de los dedos de mi mano. Pero casualmente es la segunda de temática religiosa que comento en el Blog, tras Cartas al Padre Jacob. Casualmente, como este año estoy publicando los lunes, ha coincidido que la vi el otro día y que la publique hoy 6 de enero, el día de sus "rivales" en la entrega de regalos a los niños, los Reyes Magos.

Dejando para el final el aspecto religioso del film, vamos a comentar los aspectos más relevantes de una película para -casi- todos los públicos, entretenida y que explora una faceta poco conocida de un personaje -como el título deja entrever- mezcla de leyenda e historia. "Incluso las mejores historias tienen un comienzo" y "La historia jamás contada de un niño llamado Nicolás" fueron los eslóganes promocionales que ya dejan entrever de qué va la historia.

A falta de datos históricos fiables para bucear en tiempos pretéritos, el guion se basa en el libro de 1932 "La vida y aventuras de Santa Claus", escrito por Julie Lane bajo el seudónimo de Amelia C. Houghton. Lejos de ser un dulce cuento para niños, en mi opinión es una cruda lección de vida para adultos. Viendo el argumento se entenderá mejor esta afirmación, pero se puede adelantar que al más puro "estilo Disney", la acción comienza con un drama en toda regla, lo que desaconseja su visionado para niños demasiado pequeños. 

La acción se desarrolla en un tiempo indeterminado del pasado en Laponia, una región finlandesa. Nikolas es un niño huérfano que ha perdido a sus padres y a su única hermana en un accidente en un lago helado. La solución que el pueblo encuentra para hacerse cargo del niño es que cada familia lo adopta por un año, comenzando el día de Navidad. Al terminar cada año, Nikolas, hábil con el cuchillo y la madera, deja regalos para los hijos de sus familias adoptivas. Con el pasar de los años, cada vez son más los niños y regalos que hacer. Su habilidad como carpintero llama la atención de Iisakki, un gruñón y huraño carpintero que poco a poco irá cambiando su personalidad al ver la bondad interna de Nikolas

¿Por qué Santa Claus viste de rojo?, ¿Por qué tiene un trineo?, ¿Por qué el trineo va tirado por renos que le obedecen?... Estas y otras preguntas ven encontrando respuestas en una trama algo plana pero que no deja indiferente. La aridez del paisaje, el frío, la nieve, los bellísimos planos panorámicos mitigan unos vestuarios y decorados decentes pero poco más. La Banda Sonora acompaña bastante bien los momentos más emotivos del film, y las interpretaciones son bastante dignas, sobre todo teniendo en cuenta que una buena parte del mismo es interpretado por niños, lo cual no es tarea sencilla.

¿Quién fue realmente Nikolas? Esa pregunta sí encuentra una hipotética respuesta en el largometraje. Un niño a la vez traumatizado por la pérdida de su familia pero agradecido por la acogida de muchas otras familias. Un joven que tuvo que hacerse a sí mismo sin perder el altruismo y la generosidad que lo caracterizaban. Y un anciano incansable que intentó hacer más agradable la vida de los demás hasta su último aliento. Realidad o ficción, así es presentado en su faceta menos conocida.

A nivel religioso, no hay frases memorables ni profundas que reseñar, pues su objetivo no es espiritual sino biográfico. No obstante, la última escena es la más destacable, pues -no podía ser de otra forma- Nikolas se transforma en un Santa Claus celestial que vive para siempre. Evidentemente, esta versión finlandesa no menciona la posible relación entre Santa Claus y San Nicolás de Bari, otro posible origen de la leyenda pero con una historia personal bien distinta. Finlandia barre en este caso para casa y nos presenta su versión de los hechos.

Sea como fuere, la película merece la pena ser visionada. Impregna de espíritu navideño y de bonhomía, pero sin ocultar lo dramático y a veces desconcertante de cada existencia humana.