La Iglesia hace memoria hoy de San Justino (+165) filósofo y mártir. Redactó una apología en defensa del cristianismo en tiempos del emperador Marco Aurelio por la que fue ejecutado. Copio para la meditación el final de su vida según lo cuenta su biografía:
Había ido a Roma, y allí fue denunciado por Crescencio, un filósofo con quien Justino había disputado mucho tiempo. El magistrado que lo juzgó, Rústico, también era un filósofo estoico, amigo y confidente de Marco Aurelio. Pero para el magistrado, Justino no era más que un cristiano, igual a sus compañeros, todos condenados a la decapitación por su fe en Cristo. Todavía hoy se conservan actas auténticas del martirio de Justino.
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