Celebramos hoy a Santo Tomás Moro (1478-1535), patrono de los gobernantes y los políticos debido su honradez, integridad y coherencia. Fue además un insigne pensador, teólogo, político, humanista y escritor inglés. Murió decapitado tras oponerse al divorcio de Enrique VIII con Catalina de Aragón. Copio para la meditación algunas frases célebres del final de su vida:
Sus últimos momentos tuvieron la ironía graciosa que conceden los mártires. Cuando fue a subir al cadalso le dijo gentilmente al verdugo: "Sir, ¿quisiera ayudarme a subir? Para bajar pensaré solo". Dirigiéndose al mismo verdugo, le dijo: "Coraje amigo mío, no tengas miedo. Sobre todo recuerda que tengo el cuello corto. Pon atención, ¡va tu honor!" y luego al poner la cabeza en el cepo, la alzó para acomodarse la barba y dijo: "esta no ha traicionado, por lo tanto no debe cortarse". Murió sin rencor, diciendo: "Orad a Dios por el rey, para que lo ilumine y lo inspire"
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