Celebramos hoy a San Próspero de Aquitania (390-455), discípulo de San Agustín, laico secretario del Papa León Magno. Fue un teólogo e historiador clave para conocer los comienzos del cristianismo, así como para la lucha contra la herejía del pelagianismo. Copio unas líneas de su biografía en la que se ensalza su labor teológica y dogmática:
Muerto Casiano y fallecido también san Agustín, no se acabó la discusión entre los seguidores del fraile y tuvo que ser el laico o seglar Próspero quien mantuviera firme y alta la bandera de la ortodoxia. Que se sepa, escribió «La vocación de todos los gentiles», «Contra el autor de las Colaciones», «Sobre la Gracia y el libre albedrío» y «De los ingratos». Terminó sus días el seglar Próspero siendo secretario nada menos que del papa san León Magno y hasta se piensa que pudo poner su aportación en la Epístola Dogmática escrita a los Orientales para exponer magisterialmente el misterio de la Encarnación, declarando la unión Personal en Cristo contra la herejía de Nestorio y contra Eutiques y los monofisitas las dos naturalezas de Cristo.
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