Recordaos hoy a San José de Cupertino (1603-1663), presbítero italiano de la Orden de Hermanos Menores Conventuales que destacó por su pobreza y humildad. Tras no encontrar lugar ni en varios conventos ni en su propia casa (no valía para nada en especial...) comenzó a trabajar como obrero en un convento franciscano donde comenzó a mostrar su valía. Fue ordenado sacerdote a pesar de tener muchas dificultades con los estudios, por lo que se le conoce como el patrón de los estudiantes con problemas. A partir de ese momento comenzaron una serie de sucesos inexplicables como éxtasis, levitaciones o curaciones milagrosas. Copio para la meditación cómo se narran los éxtasis en su biografía:
Cuando estaba en éxtasis lo pinchaban con agujas, le daban golpes con palos y hasta le acercaban a sus dedos velas encendidas y no sentía nada. Lo único que lo hacía volver en sí era oír la voz de su superior que lo llamaba a que fuera a cumplir con sus deberes. Cuando regresaba de sus éxtasis pedía perdón a sus compañeros diciéndoles: "Excúsenme por estos ‘ataques de mareo’ que me dan".
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