La Iglesia celebra hoy la memoria de San Vicente de Paúl (1581-1660), sacerdote francés fundador de la Congregación de la Misión (Paúles) para formar a los sacerdotes y ayudar a los necesitados, ayudando además a Santa Luisa de Marillac para que fundara la Congregación de Hijas de la Caridad. Para la meditación copio una anécdota de su autobiografía acerca de cómo Dios a través de la oración puede cambiar el corazón de las personas:
"Me di cuenta de que yo tenía un temperamento bilioso y amargo y me convencí de que con un modo de ser áspero y duro se hace más mal que bien en el trabajo de las almas. Y entonces me propuse pedir a Dios que me cambiara mi modo agrio de comportarme, en un modo amable y bondadoso y me propuse trabajar día tras día por transformar mi carácter áspero en un modo de ser agradable". Entonces se propuso leer los escritos del amable San Francisco de Sales y estos le hicieron mucho bien y lo volvieron manso y humilde de corazón.
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