Recordamos hoy a San Francisco de Jerónimo (1642-1716), misionero presbítero de la Compañía de Jesús conocido como el "Apóstol de Nápoles". Se dedicó fundamentalmente a las misiones populares y a ayudar a los más necesitados. Copio para la meditación algunos datos de su biografía:
Al concluir sus estudios de teología, los superiores le nombraron predicador de la Iglesia del Gesú Nuovo, de Nápoles. Se dice que convertía por lo menos a unos 400 pecadores al año. El Santo visitaba las prisiones, los hospitales y no vacilaba en seguir a los pecadores hasta los antros del vicio, donde algunas veces fue brutalmente maltratado.
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