La Iglesia recuerda hoy a San Ernesto de Steisslingen (1116-1146), santo abad de Zwiefalten. Tras volver de la Segunda Cruzada se retiró a una abadía en la que fue proclamado superior hasta que partió para la Tercera Cruzada, de la que nunca volvió. Cuenta la tradición que fue hecho prisionero por los musulmanes y fue torturado y martirizado en La Meca. Se conserva su despedida de la abadía que copio hoy para la meditación:
Cuando se despidió de sus hermanos religiosos, les dijo: "Creo que no volveré a veros en esta tierra, pues Dios me concederá que vierta mi sangre por él. Poco importa la muerte que me reserva, si me permite sufrir por el amor de Cristo".
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