Recordamos hoy a San Leonardo de Puerto Mauricio (1676-1751), santo italiano que destacó por sus predicaciones y por extender la devoción al Via Crucis. En Roma es un santo muy querido ya que evitó en su época la demolición del Coliseo. Este edificio estaba siendo utilizado como cantera hasta que el santo estableció allí el rezo del Via Crucis y comenzó a convertirse en centro de peregrinación, por lo que se paralizó su expolio. Copio para la meditación una frase del santo al respecto, así como otras frases interesantes de su biografía:
Me queda la satisfacción de que el Coliseo haya dejado de ser simplemente un sitio de distracción, para convertirse en un lugar donde se reza.
Un párroco escribía de él: "Bendita sea la hora en que se me ocurrió llamar al Padre Leonardo a predicar en mi parroquia. Sólo Dios sabe el gran bien que ha hecho aquí. Su predicación llega al fondo de los corazones. Desde que él está predicando no dan abasto todos los confesores de la región para confesar los pecadores arrepentidos".
No obstante su éxito, el santo se iba a menudo solo a meditar, diciendo: "Hasta ahora he estado predicando a otros. En estos días tengo que predicarle a Leonardo"
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