La Iglesia recuerda hoy a San Leonardo de Noblac o de Limoges (491-559), santo francés declarado patrono de los prisioneros y las parturientas. El motivo de ser el patrono de los misioneros es que debido a su amistad con el rey de los francos, tenía el privilegio de devolver la libertad a los cautivos. Su devoción se extendió por toda Europa a lo largo del siglo XI. Para la meditación copio en este caso la anécdota que lo convirtió en patrono de las parturientas:
Un día su soledad se vio interrumpida por la llegada de Clodoveo que iba a cacería junto con todo su séquito. Con el rey iba también la reina, a quien precisamente en ese momento le vinieron los dolores del parto. Las oraciones y los cuidados de San Leonardo hicieron que el parto saliera muy bien, y entonces el rey hizo con el santo un pacto muy particular: le obsequiaría, para construir un monasterio, todo el territorio que pudiera recorrer a lomo de un burro.
No hay comentarios :
Publicar un comentario