Hoy es el día que la Iglesia dedica a pedir la intercesión de todos los santos, todos aquellos hombres y mujeres que gozan ya de la comunión plena con Dios (comunión de los santos) y que se nos proponen como modelo de entrega a Dios, al prójimo y al Evangelio. Son aquellos que el libro del Apocalipsis nos dice que están inscritos en "El libro de la vida". Maestros de Teología, de oración, de caridad, papas, mártires, vírgenes, sacerdotes, religiosos, casados, viudos, solteros... todos podemos encontrar nuestro modelo de santidad para intentar a nuestra vez ser nosotros santos. no son solo aquellos que están en el santoral cristiano sino todos aquellos santos anónimos que de seguro están gozando ya también de la gloria de Dios. Como nos recuerda el Evangelio de hoy, santos son todas aquellas personas que han hecho de las Bienaventuranzas su programa de vida. No hay por ello hoy nada mejor para la meditación que releerlas con tranquilidad y rezarlas. Os propongo para ello las que se encuentran en el capítulo 5 de San Mateo:
- Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
- Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
- Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
- Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
- Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
- Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
- Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
- Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
- Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.
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