La Iglesia celebra hoy a San Agapito I (+536), 57º Papa que luchó incansablemente por la libertad de la Iglesia y por la libre elección de los Patriarcas de las iglesias. Copio para la meditación la historia de la controversia de la elección del patriarca de Bizancio, en la que se entrometía la emperatriz Teodora:
No bien hubo llegado el Papa, la mayoría prominente del clero mostró cargos en contra del nuevo patriarca (Anthimus), como un intruso y un herético. Agapito le ordenó hacer una profesión escrita de la fe y volver a su sede abandonada; sobre su negativa, rechazó tener cualquier relación con él. Esto enfadó al Emperador, que había sido engañado por su esposa en cuanto a la ortodoxia de su favorito, llegando al punto de amenazar al Papa con el destierro. Agapito contestó con el espíritu: "Con anhelo ansioso vengo a mirar hacia el Emperador Cristiano Justiniano. En su lugar encuentro a un Dioclesiano, cuyas amenazas, sin embargo, no me aterrorizan." Este atrevido idioma hizo que Justiniano tomara una pausa; siendo convencido finalmente de que Anthimus era poco sólido en la fe, no hizo ninguna objeción al Papa en ejercitar la plenitud de sus poderes a deponer y suspender al intruso, y, por primera vez en la historia de la Iglesia, consagrar personalmente a su sucesor legalmente elegido, Mennas.
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