Celebramos hoy a Santa Catalina (Kateri) Tekakwitha (1656-1680), santa canadiense que ofreció su virginidad a Cristo al bautizarse de adulta, lo cual siendo aborigen le ganó el despreció de la gente. Copio unos párrafos de su interesante vida:
La decisión tomada por la joven atrajo la hostilidad de la gente. Fue objeto de insultos e incluso vio amenazada su vida. Cuando el padre Lamberville se percató de que la situación que rodeaba a la muchacha era insostenible, se ocupó de sacarla de allí. Anastasie se encontraba ya en la conocida pradera de la Magdeleine en Nueva Francia, más allá del río san Lorenzo, y la esperaba con los brazos abiertos. En 1677 Kateri huyó abandonando a su tío con la ayuda de unos amigos. Logró llegar a la misión aunque para ello había tenido que recorrer más de 300 km. caminando por el bosque. Los jesuitas la consideraron un tesoro. Anastasie la instruyó en la fe y logró materializar su sueño de entregarse a la oración y a la penitencia. Le horrorizaba el pecado y se flagelaba sin compasión afligida por las faltas que hubiera podido cometer. En 1679 Kateri emitió su voto de virginidad, Su misión fue catequizar a los niños y prestar impagable ayuda a los enfermos y ancianos; todo ello sin dejar de mortificarse. Su débil organismo no resistió tantos envites. Al final, contrajo una tuberculosis que segó su vida el 17 de abril de 1680, cuando tenía 24 años. Sus últimas palabras fueron: «¡Jesús, te amo!»
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