La Iglesia hace memoria hoy de Santa Catalina de Siena (1347-1380) italiana virgen y Doctora de la Iglesia, además de patrona de Italia y de Europa. Perteneció a las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo. A pesar de ser analfabeta, dicto uno de los libros espirituales de referencia para el cristianismo, "Diálogo de la divina providencia", en el que recoge las experiencias místicas que vivió durante sus oraciones. Copio para la meditación el comienzo de dicha obra:
Cuando un alma se eleva a Dios con ansias de ardentísimo deseo de honor a El y de la salvación de las almas, se ejercita por algún tiempo en la virtud . Se aposenta en la celda del conocimiento de sí misma y se habitúa a ella para mejor entender la bondad de Dios;
porque al conocimiento sigue el amor, y, amando , procura ir en pos de la verdad y revestirse de ella.
Y porque de ningún otro modo gusta y es iluminada
tanto de esa verdad como por la oración humilde y continuada , fundándose en el conocimiento de sí y de Dios,
al ejercitarse en ella del modo dicho, ese alma se une a
Dios siguiendo las huellas de Cristo crucificado. De esta
manera, por el deseo perfecto y la unión de amor, hace
de El un «otro yo». Esto parece que significaba Cristo
cuando dijo: «A quien me ame y atienda mis palabras, a
ése me manifestaré yo mismo , y será una cosa conmigo, y yo con él»
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