La Iglesia conmemora hoy a San Quintín (+287), santo romano hijo de un senador que fue enviado a predicar a la Galia, donde padeció el martirio bajo las persecuciones del emperador Maximiliano. Es el patrón de los cerrajeros debido a que como cuenta el acta de su martirio las cadenas con que lo ataban se soltaban milagrosamente. Copio el acta para la meditación:
El gobernador hizo azotar muy cruelmente a Quintín y encerrarlo en un oscuro calabozo, amarrado con fuertes cadenas. Pero por la noche se le soltaron las cadenas y sin saber cómo, el santo se encontró libre, en la calle. Al día siguiente estaba de nuevo predicando a la gente. Entonces el gobernador lo mandó poner preso otra vez y después de atormentarlo con terribles torturas, mandó que le cortaran la cabeza, y voló al cielo a recibir el premio que Cristo ha prometido para quienes se declaran a favor de Él en la tierra.
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