La Iglesia celebra hoy a los Ángeles Custodios o Ángeles de la guarda. Esta tradición según la cual cada persona tiene un ángel que lo protege y lo acompaña encuentra sus raíces en la Biblia, concretamente en el Salmo 91, 10-12: "No ha de alcanzarte el mal, ni la plaga se acercará a tu tienda; que Él dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos. Te llevarán ellos en sus manos, para que en piedra no tropiece tu pie". Origenes, ya en el s. II decía: "Los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para que nos guíe y proteja". Para la meditación copio un fragmento de un Sermón de San Bernardo sobre los ángeles de la guarda, así como la oración más conocida que se les reza:
"A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos". Estas palabras deben inspirarte una gran reverencia, deben infundirte una gran devoción y conferirte una gran confianza. Reverencia por la presencia de los ángeles, devoción por su benevolencia, confianza por su custodia. Porque ellos están presentes junto a ti, y lo están para tu bien. Están presentes para protegerte, lo están en beneficio tuyo. Y, aunque lo están porque Dios les ha dado esta orden, no por ello debemos dejar de estarles agradecidos, pues que cumplen con tanto amor esta orden y nos ayudan en nuestras necesidades, que son tan grandes.
Ángel de la guarda,
dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día.
No me dejes solo
que sin ti me perdería.
Hasta que amanezca
en los brazos
de Jesús, José y María
Amén.
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