domingo, 20 de octubre de 2019

Santa Irene / Beato Jerzy Popieluszko

La Iglesia celebra hoy un santo y un beato que quiero comentar con vosotros:

Santa Irene de Tancor, (+653) virgen y mártir, fue una religiosa portuguesa que destacó por la vida piadosa que llevaba. Copio para la meditación su martirio tal como se recoge en su biografía:

Un apuesto joven puso los ojos en ella y se enamoró locamente de sus encantos. Cuando ella le comunicó que había hecho voto de virginidad, sintió el joven una gran pena en su corazón enamorado. Al principio lo aceptó más o menos bien. Pero a medida que pasaban los días, su mente y su vida entera maquinaban lo peor. Y efectivamente, el chico le pagó a un criminal una cantidad de dinero para que le diese muerte. Cuando su cuerpo joven cayó a tierra sin vida, lo arrojó al río Tajo. Un tío de Irene se enteró del vil asesinato. Fue corriendo a las riberas del río para encontrar su cadáver y llevarlo en procesión al monasterio.

El Beato Jerzy Popieluszko (1947-1984) es un sacerdote y mártir polaco asesinado por el régimen comunista soviético por pertenecer al sindicato Solidaridad. En este Blog ya he comentado su película Popieluszko. La libertad está en nosotros. Para la meditación copio el relato de su martirio: 

Así, fue arrestado en 1983, pero fue pronto liberado por la intervención del clero y perdonado por una amnistía. Se escenificó un accidente automovilístico para asesinar a Jerzy Popiełuszko el 13 de octubre de 1984, pero logró escapar con vida. El plan alternativo era secuestrarlo y fue llevado a cabo el 19 de octubre de 1984. El sacerdote fue golpeado por tres oficiales de la policía de seguridad. Luego, todavía con vida fue lanzado al interior del Reservorio del río Vístula, cerca de Włocławek, atándole un saco con piedras en su interior para que su cuerpo no flotara, sus restos fueron recuperados el 30 de octubre de 1984 Las noticias del asesinato político causaron una conmoción en toda Polonia y los asesinos y uno de sus superiores fueron condenados por el crimen.


Su funeral se realizó el 4 de noviembre de 1984 y fue la mayor concentración de gente después de la visita del Beato Juan Pablo II a su Patria en 1983. A pesar de las amenazas y de la violencia, más de 500.000 personas estuvieron presentes en el funeral del Padre Popiełuszko. Desde entonces su tumba, que se encuentra junto a la iglesia de San Stanislao Kostka en Varsovia, es la meta continua de decenas de peregrinaciones de fieles provenientes de Polonia y de otras diócesis europeas.

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