Recordamos hoy a San Calixto I (+222), papa y mártir. Fue el papa número XVI en la sucesión de San Pedro, y será recordado para siempre por depositar a muchos mártires en lo que hoy se conoce como "Las catacumbas de San Calixto" en Roma. De origen humilde, siendo joven tuvo que soportar los trabajos forzados y la deportación a Cerdeña. Tras su elección como papa, se produce el cisma de Hipólito que lo acusa de servil y de condescendiente con los pecadores. Copio para la meditación el acta de su martirio:
Nuestro santo ayunaba días y semanas y hasta 40 días seguidos. Cuando los perseguidores lo llevaron preso por proclamar su fe en Jesucristo, lo echaron a un oscuro calabozo, esperando que se desesperaría por hambre. Pero después de unos días lo encontraron muy tranquilo. Le preguntaron cómo lograba mantenerse sereno sin comer ni beber y les dijo: "Acostumbré a mi cuerpo a pasar días y semanas sin comer ni beber, y esto por amor a mi amigo Jesucristo, así que ya soy capaz de resistir sin desesperarme". En la cárcel consiguió con sus oraciones la sanación de la esposa del carcelero cuando ya la pobre mujer estaba agonizando. En acción de gracias, el carcelero y toda su familia se hicieron bautizar por él. Entonces el jefe pagano de Roma ordenó que lo echaran en un pozo profundo y que cubrieran la boca del pozo con tierra y escombros. Todavía en Roma señalan a los turistas el pozo de San Calixto, desde donde su alma voló al cielo a recibir el premio prometido por Cristo Jesús a los que lo proclaman en la tierra.
No hay comentarios :
Publicar un comentario