La Iglesia celebra hoy a San Crisanto y Santa Daría (+284), esposos y mártires. Crisanto era el hijo de Polemio, un alto funcionario del imperio romano. Se convirtió al cristianismo y fue bautizado en contra de la voluntad de su padre, quien ideó que se alejara de la fe cristiana casándolo con Daría, una sacerdotisa pagana del culto de Minerva. Sin embargo, el efecto fue el contrario, convirtiéndose Daría al cristianismo tras una predicación de Crisanto y decidiendo ambos vivir su matrimonio en castidad. Enterado del engaño, su padre los mandó ejecutar en el campo del Escelerado. Copio para la meditación una anécdota del encuentro de sus posibles restos:
En el año 2008, durante las obras de restauración de la catedral de la ciudad italiana de Reggio Emilia, debajo del altar principal, fueron encontrados los esqueletos de una joven pareja romana, cuya antigüedad determinada bajo la prueba del carbono 14 arrojó una datación entre los años 80 y 340 después de Cristo. Por la ausencia de señales de trabajo físico en las osamentas se presume su pertentencia a la clase pudiente de la antigua Roma. Tales coincidencias, además del trato de veneración que recibieron los reliquias, han llevado a algunos académicos a señalar que esos restos arqueológicos son las osamentas de los mártires Crisanto y Daría.
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