jueves, 10 de octubre de 2019

San Daniel Comboni / Santo Tomás de Villanueva

La Iglesia celebra hoy -entre otros- a dos santos con mucha devoción, San Daniel Comboni y Santo Tomás de Villanueva:

San Daniel Comboni (1831-1881) obispo italiano que fundó el Instituto para las Misiones en África (Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús), es famoso por su consigna "África o muerte" y por la defensa de los derechos humanos. Para la meditación copio un extracto de una carta suya escrita a sus padres explicando la complejidad de su tarea:

Tendremos que fatigarnos, sudar, morir; pero al pensar que se suda y se muere por amor de Jesucristo y la salvación de las almas más abandonadas de este mundo, encuentro el consuelo necesario para no desistir en esta gran empresa





Santo Tomás de Villanueva (1488-1555) fue un obispo español religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín. En la sede de Valencia, destacó por el amor a los pobres, llegando a vender su propia cama para entregar el dinero a los pobres. Para la meditación copio en este caso de su biografía un milagro que realizó siendo ya obispo:


Tenía costumbre todas las noches, ya tarde, dar una vuelta con el paje que llevaba la vela por toda la casa y por todas las puertas de los aposentos altos y bajos, a ver si estaban todos recogidos como debían… Una noche, haciendo este oficio, entróse en un aposento donde estaba un acemilero enfermo, muy al cabo, esperando los que estaban con él cuándo acabaría. Se llegó a su cama, le exhortó a tomar aquella enfermedad con paciencia y a estar muy resignado a la voluntad del Señor. Detúvose allí a la cabecera de aquel enfermo un buen rato, consolándole y animándole para morir. Le dijo los Evangelios y le dio la bendición y se subió a los aposentos. Aquella misma noche, habiendo llegado aquel enfermo al extremo, le dejó la calentura que era mortal y pensando los médicos a la mañana, cuando le vinieron a visitar, que ya lo hallarían muerto, lo hallaron sano y bueno y sin algún rastro de su enfermedad. Lo cual les admiró muchísimo, porque naturalmente era imposible... Y así se atribuyó aquella salud a la visita que le hizo este bendito Prelado y a los Evangelios y oraciones que le dijo.


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